INICIO FOROS ÍNDICES DIVISAS MATERIAS PRIMAS CALENDARIO ECONÓMICO

Autor Tema: El presidente de BBVA se juega cinco millones en acciones del banco  (Leído 412 veces)

Zorro

  • Administrador
  • Excelente participación
  • *****
  • Mensajes: 88.506
  • Karma: +35/-39
  • Sexo: Masculino
El presidente de BBVA se juega cinco millones en acciones del banco

por Marí­a Martí­nez en Expansión

Francisco González adquirió opciones sobre la entidad hace cuatro años y obtendrá minusvalí­as latentes si la cotización de BBVA no se multiplica por dos en diecisíéis meses.

 Francisco González, máximo responsable de BBVA, se juega 5,5 millones de euros en opciones sobre acciones de la entidad: depende de si el banco que preside duplica su valor en bolsa en un plazo de 16 meses. El banquero suscribió hace cuatro años tres contratos de productos derivados sobre 1,8 millones de acciones de BBVA (0,048% del capital).

Los acuerdos le dan derecho o le obligan, según el caso, a comprar acciones del grupo a precios que se sitúan hasta un 130% por encima de los actuales niveles de cotización. Estos productos presentan actualmente importantes minusvalí­as latentes. Deberí­an desaparecer una vez se estabilicen los mercados.

Primas
El primero de los contratos se suscribió el 28 julio de 2006, según la documentación registrada en la CNMV. Entonces, González adquirió una opción para comprar 600.000 tí­tulos de BBVA en julio de 2011 a un precio de 17,46 euros. Para hacerse con este derecho, el directivo pagó un prima de 1,55 millones. Si cuando vence el acuerdo, en julio de 2011, el valor cotiza por debajo de 17,46 euros, González podrí­a optar por no ejercer su derecho y perder la prima desembolsada. Antes de iniciarse la ampliación ya en marcha, BBVA cotizaba a 9,079 euros. Con esa referencia, la acción tendrí­a que subir un 90% en nueve meses para hacer atractiva la opción.

En paralelo a este primer contrato, el directivo suscribió un segundo acuerdo el mismo 28 de julio. í‰ste obliga al presidente de BBVA a comprar a un tercero 600.000 acciones del banco a un precio de 14,97 euros, en caso de que la entidad cotice por debajo de ese umbral cuando vence la opción, en julio de 2011. Por esta operación, González percibió 1,16 millones de euros, fondos que podrí­an haberle servido para financiar parcialmente la prima que tuvo que pagar para adquirir las opciones de compra (1,55 millones).

González confí­a en la entidad y acudirá a la ampliación que se estrenó ayer
Este producto presenta actualmente píérdidas latentes de en torno a dos millones de euros. Un paquete de 600.000 acciones de BBVA valoradas a 14,97 euros –el importe al que está obligado a comprarlas González– tiene un precio de 8,982 millones de euros. Sin embargo, el valor de mercado de esos 600.000 tí­tulos –con el precio previo a la ampliación– asciende a 5,447 millones, lo que arroja una diferencia en contra del presidente de BBVA de 3,54 millones. De este importe habrí­a que descontar la prima percibida, los 1,16 millones de euros, lo que rebajarí­a las minusvalí­as sin realizar a 2,3 millones.

El tercer y último contrato se firmó el 16 de febrero de 2007. En esa ocasión fue, de nuevo, una opción de compra por otras 600.000 acciones de BBVA. Vencen en febrero de 2012 y tienen un precio de ejercicio de 21,45 euros. Este importe se sitúa un 130% por encima de los niveles de cotización previos a la ampliación. La prima que González pagó –la que podrí­a perder en caso de no ejercitar la opción– asciende a 2,02 millones.

El presidente de BBVA no recibió financiación del banco para suscribir estos contratos, firmados a tí­tulo personal. Los inversores siempre han interpretado estos movimientos como un claro sí­ntoma de confianza hacia una entidad (ver información adjunta). En el caso del presidente de BBVA, su apoyo al banco tambiíén queda patente en su decisión de acudir a la ampliación de capital puesta en marcha por el grupo.

El único banquero que apuesta al alza
Francisco González es el único presidente de los bancos que cotizan en el Ibex que tiene apuestas alcistas sobre la entidad que dirige. El resto de máximos directivos tiene opciones sobre acciones vinculadas a los programas de retribución de sus respectivas entidades, pero no contratos suscritos a tí­tulo personal. El mercado siempre ha interpretado estas apuestas como un sí­ntoma de inequí­voca confianza hacia una empresa.