La fiesta continua en SOS. Tal y como había adelantado elEconomista, hay un nuevo interesado en acudir a la ampliación de capital de la compañía y desembarcar así en su accionariado: el fondo de capital riesgo francíés PAI Partners, copropietario del grupo Cortefiel y dueño en el sector alimentario de empresas como Yoplait o United Biscuits.
La confirmación de la noticia a primera hora de la mañana provocó que las acciones de SOS volvieran a subir un 3,03%, acumulando así en las tres últimas sesiones una revalorización del 21,4%. PAI no es, sin embargo, el único que ha mostrado interíés por la empresa.
A la espera de que pudiera haber nuevos interesados, la lista la completan, por el momento, otras cuatro firmas: el gigante norteamericano Bunge, la cooperativaHojiblanca, la empresa francesa Leisure y la portuguesa Sovena, fabricante de la marca blanca de Mercadona, que no acudirá a la ampliación, pero que ha manifestado ya su intención de estudiar una fusión, que dada la situación de SOS sería por absorción.
¿Y quíé puede ocurrir?
De momento, la aparición de forma consecutiva de los distintos candidatos ha rescatado a SOS desde los mínimos. Tras anunciar el pasado 27 de septiembre su ampliación de capital de 200 millones a 0,5 euros por título - hay otras dos más por un importe total de 596 millones para transformar preferentes y deuda en acciones- el valor se desplomó y tocó mínimos históricos dos días despuíés a 0,97 euros.
Desde entonces, y al calor de las noticias sobre los potenciales sociales, el valor ha subido un 75% y la consecuencia es evidente: la ampliación es más atractiva que nunca. Ahora mismo, quien decida acudir a la operación debe saber que tendrá un descuento del 70% respecto a la cotización actual. ¿Y quíé puede ocurrir? Lo más lógico es que, más allá de los problemas financieros que arrastran las cajas de ahorros, acudan a la ampliación.
El precio es lo suficientemente atractivo como para quedarse fuera y diluirse de forma significativa. ¿Y los minoritarios? Aunque no hay nada oficial, todo indica que el inversor suizo Daniel Klein, que controla alrededor de un 10% del capital, tambiíén acudirá. No lo podrán hacer en cambio los hermanos Salazar, en concurso de acreedores, y dueños ahora mismo de una participación del 20%, que quedará reducida a poco más del 4% del capital.
El riesgo puede merecer la pena
Parece evidente que el free-float que quedará despuíés de la ampliación será sensiblemente inferior al actual. La banca y las cajas acreedoras controlarían alrededor de un 50% si deciden suscribir íntegramente la ampliacion. Y los nuevos inversores podrían hacerse con hasta otro 30%.Todo ello en el supuesto de que la operación se cubra, porque de lo contrario se deja la puerta abierta a una fusión con la portuguesa Sovena.
En ese caso, a lo que habría que esperar más bien es a una OPA de exclusión. Con una deuda de más de 1.040 millones pendientes de refinanciación, el camino hacia el futuro no parece fácil. Pero el riesgo a veces puede merecer la pena.