Una hipótesis audaz sugiere que «existe un Universo fantasma semejante al nuestro. Sólo existe una interacción muy díébil entre estos dos Universos, de modo que no vemos ese otro mundo que se mezcla con el nuestro».
El Gnosticismo Científico, revolucionario, va mucho más lejos en esta cuestión: afirma enfáticamente, la coexistencia armoniosa de una infinidad de Universos Paralelos. La exclusión radical de este concepto científico trascendental, dejaría sin explicación lógica una serie considerable de hechos inclasificables: desapariciones misteriosas, etc.
En una región tropical de Sur Amíérica, un grupo de niños inocentes vieron con horror desaparecer su propia madre; flotó en el espacio por unos instantes y luego pareció sumergirse en otra dimensión.
«Un día de verano de 1809, Benjamín Bathurst, embajador de Inglaterra en la corte de Austria, se hallaba en una pequeña ciudad alemana, su carroza se detuvo delante de una posada. El embajador descendió y caminó unos pasos. Los caballos ocultaron su figura por un momento, y el posadero dejó de verlo lo mismo que sus criados y algunos viajeros que se encontraban allí. Nunca reapareció».
En estos días azarosos de nuestra vida, las desapariciones misteriosas de hombres, mujeres, niños, buques, aviones, etc., se multiplican escandalosamente a pesar de los servicios de inteligencia y de los maravillosos equipos de radar y radio, que teóricamente, no deberían darse el lujo de permitir misterios en este dominio.
El concepto de Universos Paralelos resulta a todas luces más exacto y más científico que esos famosos Planos Subjetivos del Pseudo-Ocultismo reaccionario. Un análisis de fondo nos llevaría a la conclusión lógica de que tales Universos existen no sólo en las Dimensiones Superiores del espacio sino tambiíén en las Infradimensiones sumergidas.
De ninguna manera resulta absurdo afirmar con entera claridad que dentro de cada Universo Paralelo existen series de Universos, llamíémosles átomos, molíéculas, partículas, cíélulas, organismos, etc. Aquí no estamos hablando de Universos de Anti-Materia, que es algo totalmente diferente. Esta obedece exactamente a las mismas leyes que nuestra materia pero cada una de las partículas que la componen tiene una carga elíéctrica inversa a la de la materia que nosotros conocemos.