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Autor Tema: Crisis internacional y desafí­os de la deuda en el Sur y en el Norte...  (Leído 371 veces)

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Por...   Eric Toussaint

Exposición de introducción a un taller sobre deuda publica durante la Conferencia Nacional de Comitíés Locales (CNCL) ATTAC Francia, 16 y 17 de octubre 2010, Universidad de Saint-Denis, Paris VIII
 
I. Algunos datos sobre la deuda externa de los paí­ses en desarrollo (PED) y de los paí­ses mas industrializados

Volumen de las deudas:
 
Deuda pública externa de todos los PED[1]. 1,5 billones de dólares (1 500 000 000 000 dólares)
Deuda pública externa del ífrica subsahariana: 100.000 millones de dólares.
Deuda pública externa de Amíérica latina: 406.000 millones de dólares (406 000 000 000 dólares)
Deuda pública externa de Francia: 1,2 billones de dólares (1 200 000 000 000 dólares) -esta cifra incluye solamente la deuda del gobierno central-[2]
Deuda pública externa de España: 318.000 millones de dólares.
Deuda pública externa de Estados Unidos: 3,5 billones de dólares (la deuda total interna y externa de todas las administraciones públicas de Estados Unidos es de unos 15 billones de dólares).
 
Otro concepto a tener en cuenta: la deuda total externa es la suma de la deuda pública y de la deuda privada, y se compara con el PIB (producto interior bruto).
 
Deuda externa de Amíérica Latina: cerca del 40 % del PIB.
Deuda externa de Irlanda: 1.100 % del PIB.
Deuda externa de España: 169 % del PIB.
Deuda externa de Portugal: 233 % del PIB.
Deuda externa de Grecia: 162 % del PIB.
Deuda externa de Estados Unidos: 100 % del PIB.
Deuda externa de Reino Unido: 400 % del PIB.
 
II. La deuda en el Sur

El contexto actual es favorable en muchos aspectos a los PED, debido a tres factores que producen un peligroso sentimiento de despreocupación, cuando no de euforia en sus jefes de gobierno, ya sean íéstos de derecha, de centro o de izquierda.
 
- En lo que concierne a la deuda pública:
 
1) Los bajos tipos de interíés (0 % en Japón, 0,25 % en Estados Unidos, etc.) permiten a los PED refinanciar en el Norte su deuda externa, además con una reducción en las primas de riesgo vinculadas a cada paí­s. Por otro lado, para algunos paí­ses pobres muy endeudados, los efectos de la anulación de deuda por el Club de Parí­s, el Banco Mundial, el FMI, etc. comienzan a aliviar realmente el servicio de la deuda. Los problemas subsisten pero el peso del reembolso de la deuda es menor. Pero, atención, este alivio es la contrapartida de la prosecución de las polí­ticas neoliberales dictadas por el FMI y el BM que afectan mucho a las condiciones de vida de la mayorí­a de la población.
 
2) El alza de los precios de los productos primarios (a partir de 2004) aumenta los ingresos de los paí­ses que los exportan y, al mismo tiempo, aumenta sus reservas en divisas fuertes. Al tener estas reservas se facilita el reembolso de sus deudas exteriores (que se deben pagar en divisas).
 
3) Debido a la enorme masa de liquidez que se mueve a travíés del mundo, existen flujos de capitales que van, temporalmente, a las bolsas de los paí­ses emergentes.
 
â–º De manera general, la deuda externa pública de los PED baja, y esta evolución concierne a casi todos estos paí­ses, incluso a los más pobres. Pero de nuevo atención: hasta aquí­ hemos tenido en cuenta que la deuda pública externa disminuye. Sin embargo, la situación se complica claramente si se toma en cuenta la deuda pública total, ya que la deuda interna va en aumento. En consecuencia, el peso del servicio de la deuda pública con respecto al presupuesto del Estado es, en muchos casos, idíéntico al de hace unos años.
 
No obstante, como los gobiernos del Sur, el Banco Mundial y el FMI ponen íénfasis en la deuda externa, la situación parece a primera vista totalmente controlada. Sin embargo, esta coyuntura es frágil, puesto que depende de factores que los PED no controlan:
 
1.- La evolución de uno de ellos tiene y tendrá un papel determinante, se trata de China. Este paí­s —el taller del mundo— es el mayor importador de bienes primarios. El mantenimiento de un nivel elevado de importación de estos bienes por China provoca la elevación del nivel de precios de estos productos. Si los pedidos chinos bajaran de manera significativa, se correrí­a un fuerte riesgo de que su precio se redujeran o se desplomaran. Varios factores pueden fragilizar el crecimiento actual chino, que podrí­an conducir a una reducción de la demanda: la especulación en la bolsa, con unas fluctuaciones considerables; el desarrollo de una burbuja inmobiliaria que alcanza proporciones realmente preocupantes. Todo esto en un marco de endeudamiento exponencial dentro sus fronteras[3] puede producir la explosión de unas acreencias más que dudosas, provocando la fragilización de un sistema bancario principalmente público. Podemos temer el estallido de varias burbujas en China —llamadas en particular crisis gemelas: crisis de la bolsa y crisis inmobiliaria, que pueden producir el crash bancario, como ocurrió en Estados Unidos en 2007-2008, y en Japón en 1990—, y sin embargo, no se hace una valoración seria de cuáles serán las consecuencias en el resto del planeta, incluidos los PED. Lo que es probable, y es lo que debemos tener presente, es que en caso de desaceleración del crecimiento de la economí­a china existe un riesgo importante de descenso del precio de los productos primarios.
 
2.- Los tipos de interíés algún dí­a aumentarán. En el Norte, los bancos privados tienen acceso en los Bancos Centrales (la Fed, el Banco Central Europeo, el Banco de Inglaterra, el Banco de Japon,…) a un recurso financiero muy poco costoso, o sea, con un interíés bajo. Con esta enorme liquidez, los bancos prestan, pero en cantidades limitadas, a las empresas que invierten en producción y a las familias que consumen. El resto, grandí­simo, les sirve para especular con las materias primas, con los tí­tulos de la deuda pública, o para prestar a terceros (por ejemplo a empresas industriales, que con ese dinero a su vez especulan en lugar de invertirlo en producción). Los Bancos Centrales de los paí­ses más industrializados saben que se están formando nuevas burbujas y en consecuencia tendrí­an que aumentar los tipos de interíés para disminuir la liquidez en circulación. Pero dudan, puesto que si se resuelven a hacerlo existe de nuevo un riesgo de quiebras bancarias. Es como la elección ente la peste y el cólera: si los tipos permanecen bajos, se formarán nuevas burbujas y pueden llegar a un volumen realmente inquietante; si los tipos aumentan, las burbujas que ya existen podrí­an estallar rápidamente.
 
Si los tipos de interíés aumentan, la especulación con las materias primas deberí­a disminuir (ya que la liquidez disponible para esas actividades se agotará), lo que producirá una disminución en su precio.
 
Resumiendo, si los tipos de interíés acaban aumentando, los PED pueden acabar estrangulados: encarecimiento del servicio de la deuda, unido a un descenso en la entrada de divisas por la fuerte reducción en el precio de los bienes primarios (víéase el punto precedente). Los PED corren el riesgo en este caso de encontrarse de nuevo en la situación de los años ochenta: el alza del tipo de interíés decidido por la Reserva Federal estadounidense a fines de 1979 —decisión seguida por otros Bancos Centrales de los paí­ses más industrializados—que provocó el aumento brutal de los reembolsos de las deudas que debí­an efectuar los PED, que, al mismo tiempo, se vieron confrontados a una caí­da del precio de los productos primarios (recordemos que el precio de las materias primas mantuvo una tendencia a la baja de 1981 a 2003).
 
3.- Finalmente, los flujos de capitales que van hacia las bolsas de los paí­ses emergentes pueden cambiar su rumbo bruscamente, desestabilizando la economí­a de estos paí­ses.
 
III. La deuda en el Norte  

Sobre esta parte, Eric Toussaint toma como referencia un informe de economistas de la Universidad de Londres, en especial Costas Lapvitsas, donde se trata, entre otras, la cuestión de la deuda de Grecia, Portugal y España. Este estudio de 72 páginas, que merece ser traducido al español, es una mina de informaciones y de ideas.[4] Tambiíén se hace referencia a un trabajo de 4 páginas sobre el tema del la deuda en el Norte del CADTM.[5]
 
Referencia histórica: La deuda comenzó a tener en el Norte niveles elevados en los años ochenta del siglo pasado. En efecto, despuíés del primer shock petrolero y de la crisis económica de 1973-1975, los gobiernos trataron de relanzar la economí­a con empríéstitos públicos. La deuda explotó cuando la Reserva Federal estadounidense aumentó sin previo aviso los tipos de interíés a partir de octubre de 1979 (víéase más arriba).
 
Seguidamente, a partir de fines de los años ochenta, la situación de las finanzas públicas se agravó de nuevo. Su causa: la «contrarreforma fiscal » llevada a cabo a favor de las empresas y de las personas de altos ingresos, que tuvo como consecuencia una reducción de la recaudación fiscal, compensada por una parte por el aumento de los impuestos indirectos (el IVA), y por la otra por el recurso al endeudamiento.
 
La crisis que comenzó en 2007 y sobre todo la manera con que los gobiernos rescataron a los bancos privados degradaron aún más la situación de las finanzas públicas.
 
En los paí­ses como el Reino Unido, Bíélgica, Alemania, los Paí­ses bajos, Irlanda, los gobiernos gastaron sumas considerables de dinero público para salvar a los bancos. En un futuro próximo, el gobierno español decidirá seguramente hacer lo mismo con las cajas de ahorro regionales, en quiebra virtual debido a la crisis del sector inmobiliario. Irlanda está literalmente hundida bajo las deudas provenientes de los grandes bancos privados que el gobierno ha nacionalizado, sin recuperar el costo del salvataje, con los recursos de los accionistas.
 
Por otra parte, con la enorme liquidez puesta a su disposición por los Bancos Centrales en 2007-2009, los bancos del Oeste europeo (sobre todo los alemanes y franceses) concedieron un gran volumen de críéditos (principalmente al sector privado pero tambiíén a los poderes públicos) a los paí­ses de la «periferia de la Unión Europea», como España, Portugal y Grecia, ya que los banqueros consideraban que no existí­a ningún peligro. La consecuencia de esta polí­tica de príéstamos fue un fuerte aumento de la deuda de estos paí­ses, en particular el de la deuda privada (la relación deuda privada/deuda total externa es del 83 % en España, 74 % en Portugal y 47 % en Grecia)[6]. Los banqueros alemanes y franceses tienen entre ambos el 48 % de los tí­tulos de la deuda española (los bancos franceses el 24 %); tambiíén el 48 % de los tí­tulos de la deuda portuguesa (los franceses, ellos solos, el 30 %); el 41 % de los tí­tulos de la deuda griega (los franceses el 26 %)[7].
 
A pesar de que los gastos sociales de los Estados no son en absoluto responsables del aumento de la deuda pública, están en el punto de mira de los planes de austeridad.
 
El aumento de la deuda pública es utilizada por los gobiernos como argumento para justificar la adopción de nuevos planes de austeridad.
 
Por otro lado, se dice en el Norte que El Problema es la deuda pública, cuando, en la mayor parte de paí­ses es la deuda privada la que plantea problemas. Esta enorme deuda de las empresas privadas corre el riesgo, si no se toman medidas adecuadas, de transformarse en poco tiempo en deuda pública.
 
La crisis griega
Gran parte de los príéstamos fueron concedidos a Grecia para financiar la compra de material militar a Francia y a Alemania, aumentar el consumo a críédito de las familias y para favorecer el endeudamiento de las empresas privadas. Despuíés del estallido de la crisis, el lobby militar-industrial logró que el presupuesto de defensa fuera apenas tocado, mientras el gobierno del PASOK recortaba brutalmente los gastos sociales. Sin embargo, en plena crisis griega, a comienzos de año, Recep Tayyip Erdogan, el primer ministro de Turquí­a, paí­s que mantiene tensas relaciones con su vecino griego, fue a Atenas a proponer una reducción del 20 % en los presupuestos militares de ambos paí­ses. Pero el gobierno griego no cogió el cable que le habí­a tendido Turquí­a. Se encontraba bajo la presión de las autoridades francesas y alemanas, que querí­an promover sus exportaciones de armas. A eso hay que agregar los numerosos príéstamos de los bancos, principalmente alemanes y franceses, a empresas privadas y a las autoridades griegas en 2008-2009. Estos bancos habí­an recibido príéstamos del Banco Central Europeo a tipos de interíés bajos y ese dinero, así­ obtenido, lo prestaron a Grecia con tipos de interíés más altos. Como resultado, un buen negocio, que les permitió obtener en un corto plazo jugosos beneficios. Los banqueros no se preocuparon de la capacidad de los deudores para reembolsar el capital prestado a medio plazo. Por lo tanto, los bancos privados tienen una gran responsabilidad en este endeudamiento excesivo. Los príéstamos de los paí­ses miembros de la Unión Europea y del FMI a Grecia no respetan los intereses de la población griega, sólo sirven para el pago a los bancos alemanes y franceses en peligro por una arriesgada polí­tica de príéstamos. Además, están unidos a polí­ticas que atentan contra los derechos sociales de la población griega. Y bajo este aspecto, constituyen príéstamos odiosos.
 
Nota bene: ver la ponencia que hizo Claudio Katz en Atenas el 16 de octubre 2010 comparando Grecia 2010 y Argentina 2001- … http://www.cadtm.org/Grecia-2010-Argentina-2001
 
 
IV. Las alternativas  
1.- El CADTM ha propuesto 8 medidas que conciernen a la deuda pública (víéase las 4 páginas mencionadas más arriba en http://www.cadtm.org/Juntos-para-imponer-otra-logica), en el que el elemento central es la moratoria unilateral de la deuda, sostenida por una auditorí­a de la deuda pública efectuada bajo control ciudadano. Cuando el CADTM recomienda una cesación de pagos sabe de quíé habla, pues participó en la comisión de la auditorí­a de la deuda de Ecuador, creada en julio de 2007. Comprobamos que numerosos príéstamos habí­an sido concedidos violando las reglas más elementales. En noviembre de 2008, el nuevo gobierno se basó en nuestro informe para suspender el reembolso de bonos de la deuda que vencí­an, algunos en 2012 y otros en 2030. Finalmente, el gobierno de este pequeño paí­s de Latinoamíérica salió vencedor del pulso mantenido con los banqueros norteamericanos tenedores de los bonos de la deuda ecuatoriana. El gobierno compró por 1.000 millones de dólares tí­tulos que valí­an 3.200 millones, ahorrando así­ el tesoro público ecuatoriano cerca de 2.200 millones de dólares del stock de la deuda, a lo que hay que sumar los 300 millones de dólares de interíés por año, que desde 2008 no se pagan. Esto le dio al gobierno ecuatoriano nuevos medios financieros para poder aumentar los gastos sociales en sanidad, educación, ayuda a los pobres.
 
La cuestión es poner en evidencia el carácter legí­timo o ilegí­timo de la deuda (concepto histórico de «deuda odiosa», precedentes históricos como la anulación de la deuda iraquí­ en 2004, a pedido de Estados Unidos).
 
2.- Recurso de los Estados a efectuar «actos soberanos». Habitualmente se piensa a Estados Unidos o a Israel cuando se citan.
 
Sin embargo hay ejemplos recientes, en particular en Latinoamíérica, de actos soberanos para resistir a la dominación de las IFI, de acreedores privados o de paí­ses dominantes:
 
· El ejemplo de la suspensión unilateral del pago de la deuda por Ecuador, mencionado más arriba.
· El ejemplo de Argentina, que rechazó el pago de su deuda entre 2001 y 2005, poniendo por delante la responsabilidad de los acreedores. Argentina, despuíés de haber suspendido el reembolso de su deuda, finalmente la renegoció en febrero-marzo de 2005 al 45 % de su valor. Gracias a esta moratoria unilateral sobre los tí­tulos de la deuda por un monto de cerca de 100.000 millones de dólares, el paí­s pudo invertir sus recursos y reanudar su crecimiento (8 % de crecimiento anual en el perí­odo 2003-2007). Argentina todaví­a tiene una cuenta pendiente con miembros del Club de Parí­s. Desde diciembre de 2001 no hace ningún reembolso a los paí­ses miembros del Club y lo lleva muy bien. El Club de Parí­s representa los intereses de los paí­ses industrializados y no quiere publicidad acerca del no pago de la deuda argentina, ya que teme que otros gobiernos puedan seguir el ejemplo. Hay que destacar que Argentina forma parte actualmente del G20 y que, por lo tanto, no está en absoluto marginada a pesar de sus actos unilaterales soberanos.
 
Se puede agregar que, condenados por los órganos de las IFI, algunos paí­ses notifican a estas mismas organizaciones que han dejado de reconocer sus decisiones o arbitrajes, y eso está muy bien. Así­, en 2009, Ecuador denunció 21 tratados bilaterales de inversiones y notificó al Banco Mundial que dejaba de reconocer al CIADI, el tribunal de Banco Mundial en materia de litigios sobre inversiones. Ya Bolivia habí­a tomado la delantera en 2007.
 
3.- El Banco del Sur, lanzado en 2007 por 7 paí­ses de Amíérica del Sur (Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay, Venezuela), aunque todaví­a no ha comenzado sus actividades (víéase la entrevista a Eric Toussaint publicada en el diario suizo Le Courrier, el 16 de octubre de 2010, http://www.cadtm.org/Senales-preocupantes-en-America )
 
Perspectivas de trabajo para ATTAC
Despuíés de este taller, podemos sugerir varias pistas de trabajo: - Hacer difusión, mediante un material apropiado, las «gestiones soberanas» de resistencia realizadas por algunos paí­ses (Ecuador, Bolivia, Argentina, etc.), los actos efectuados y sus consecuencias.
 
· Impugnación de la deuda: condiciones de aplicación de una gestión análoga a la de Ecuador en el marco de la Unión Europea o de la zona Euro, con la identificación de los márgenes de maniobra que podrí­an disponer los paí­ses frente a los diktats de la Unión Europea, del FMI y a las presiones de los acreedores, etc.
 
· Integrar la reivindicación de la auditorí­a de la deuda en las proposiciones realizadas por ATTAC.
 
- Proponer una información accesible sobre los respectivos papeles de la deuda pública y de la deuda privada en la situación actual, sobre la responsabilidad de los bancos en la formación de las burbujas financieras y por lo tanto en el aumento de la deuda pública. (Traducido por Griselda Pinero)


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[1] Los paí­ses llamados PED por los organismos internacionales (FMI, BM, OCDE) son los de Amíérica Latina, ífrica, Oriente Medio, Asia —salvo Japón y Corea del Sur— y Europa del Este.
[2] OCDE, Dette de l’Administration centrale, Annuaire statistique 2000-2009, p. 31.
 
[3] Ojo! Nos referimos al endeudamiento interno preocupante en China. No confundir la situación de la China respecto a su deuda interna con la posición del paí­s asiático frente al exterior. China es el mayor acreedor internacional.   
[4] C. Lapavitsas, A. Kaltenbrunner, C. Lambrinides, D. Lindo, J. Meadway, J. Michell, J. P. Painceira, E. Pires, J. Powell, A. Stenfors, N. Teles «THE EUROZONE BETWEEN AUSTERITY AND DEFAULT», SEPTEMBER 2010 http://www.researchonmoneyandfinance.org/media/reports/RMF-Eurozone-Austerity-and-Default.pdf
 
[5] http://www.cadtm.org/Juntos-para-imponer-otra-logica
[6] C. Lapavitsas y … p. 8.
[7] C. Lapavitsas y … p. 10.



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 Pero nunca te saltes tus reglas. Nunca pierdas la disciplina. Nunca dejes ni tus operaciones, ni tu destino, ni las decisiones importantes de tu vida al azar, a la mera casualidad...