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Autor Tema: "Estamos asistiendo a una recuperación lenta pero real de la situación económica  (Leído 279 veces)

Scientia

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"Estamos asistiendo a una recuperación lenta pero real de la situación económica"

Les Echos

Nombrado tres veces mejor empresario del planeta por Barron's estos últimos años, Laurence D. Fink inició su carrera en el banco de inversión First Boston, en 1976, convirtiíéndose en uno de los primeros traders en activos hipotecarios.

Dentro de First Boston (firma que adquirió Credit Suisse en 1990), ascendió todos los niveles y ocupó todos los puestos, con una predilección por el sector inmobiliario, así­ como por los tipos de interíés. En 1988, fundó BlackStone Financial Management, sociedad que adoptó el nombre de BlackRock cuatro años despuíés.

Desde finales de 2009, Larry Finck lleva a cabo la delicada tarea de la fusión de BlackRock y Barclays Global Investors, una operación que ha hecho de íél el número uno mundial de la gestión de activos, con 3,5 billones de dólares en efectos al contado.

P ¿Le preocupa la situación económica actual?

R No formo parte de los pesimistas. Creo que estamos asistiendo a una mejorí­a lenta pero real de la situación económica. Los esfuerzos desplegados desde el inicio de la crisis están produciendo resultados. Pero los americanos son demasiado impacientes. Una crisis del críédito de tal amplitud no puede resolverse en dos años. Son necesarios por lo menos tres o cuatro años para conseguirlo. En realidad, creo que el principal riesgo que nos amenaza actualmente no es el de una recaí­da, sino el de una recuperación más rápida de lo previsto de la actividad. Semejante escenario causarí­a graves daños entre los inversores, ya que en su mayorí­a han sobreinvertido en obligaciones y no están muy dispuestos a adquirir acciones.

P Sin embargo, en EEUU la falta de dinamismo de la recuperación preocupa a mucha gente...

R En Nueva York y en California, es cierto. Pero si habla con un granjero de Kansas, le dirá que este es su año ríécord. Más globalmente, la economí­a americana está convaleciente y la tasa de paro en Estados Unidos se encuentra en un nivel inaceptable. Pero creo que las cosas podrí­an mejorar rápidamente. Nunca las empresas americanas tuvieron tanta liquidez. Más de dos billones de dólares. Por lo tanto, serí­a suficiente que invirtieran para que se reinicie la actividad. Pero, para ello, habrí­a que romper con el pesimismo ambiente, que se alimenta especialmente de la desconexión entre la administración Obama y el mundo empresarial. Espero que la Casa Blanca sepa atraer pronto a algún antiguo directivo de empresa muy conocido para salvar esa distancia. En el futuro, será necesario que los Estados Unidos saneen sus finanzas públicas, adoptando medidas drásticas como, por ejemplo, las que acaba de adoptar el Reino Unido, pero la prioridad, hoy en dí­a, consiste en reducir la tasa de paro.

P ¿Cree que las medidas no convencionales de la Fed permitirán recuperar la actividad?

R Soy muy comedido sobre este asunto. Lo que quiere Bern Bernanke, en mi opinión, es dopar el valor de las acciones. Si bajan los tipos de interíés - es lo que deberí­a ocurrir con el QE2-, las obligaciones de Estado alcanzarán precios prohibitivos y los inversores se volverán hacia las acciones. De hecho, observo que los mercados bursátiles americanos se han incrementado del 12 por ciento desde el anuncio de dichas medidas en sep- tiembre. Y este movimiento deberí­a seguir, lo que causará un importante efecto riqueza del que se beneficiarán todos los americanos.

P ¿Teme que se produzca una guerra de divisas?

R No creo en ello en absoluto. Lo que es seguro es que a 1,10 el euro no es competitivo, y eso perjudica a la economí­a europea. Pero no hay que concentrarse en el corto plazo. Hace menos de seis meses, el euro valí­a menos de 1,20. Con relación al yuan, el rechazo de China de reevaluar su moneda está ligado al papel central que desempeña el nivel de las exportaciones en la salud de la economí­a del paí­s. Los dirigentes chinos saben que deben encontrar empleos para cientos de millones de personas. Por lo tanto, no quieren degradar la competitividad del paí­s, teniendo en cuenta que algunos de sus vecinos, como Vietnam o Indonesia, son competidores temibles. Sin embargo, no tendrán más remedio que adaptarse en el marco del reequilibrio global. Tambiíén les interesa que mejoren las economí­as occidentales, y que íéstas pongan a trabajar a sus parados, ya que se convertirán en consumidores que comprarán productos chinos.

P Como inversor, ¿suscribe la idea de que se ha formado una burbuja financiera en China?

R En absoluto. De hecho, siento mucho que los inversores extranjeros estíén tan estrictamente vigilados. Por supuesto, existen bolsas de sobreevaluación en algunos activos como, por ejemplo, el sector inmobiliario, pero con un crecimiento del 8 al 9 por ciento anual, no hay nada que China no pueda absorber. En realidad, el mayor riesgo para la economí­a china hoy en dí­a serí­a un aumento de los salarios. Serí­a destructivo, teniendo en cuenta que muchas empresas no son aún rentables.

P En tíérminos de inversión, ¿quíé aconseja ahora a sus clientes?

R Hoy en dí­a, los bonos son demasiado caros. Concentran la atención de los inversores. Por otro lado, las acciones son la clase de activos peor valorada. Creemos que son una fuente de oportunidades muy importante.

P ¿Considera que la reforma financiera ha extraí­do todas las lecciones de la crisis?

R Creo que hemos llegado demasiado lejos en algunos ámbitos, especialmente en la reglamentación de los fondos propios, y no lo suficiente en otros aspectos. Al final, observo que para reducir los riesgos que presentaban los bancos para el resto de la economí­a, se ha reducido mucho su capacidad de rentabilidad, a la vez que les piden más fondos propios. En mi opinión, esto tendrá un doble efecto. En primer lugar, la mayorí­a de los bancos deberá volverse hacia los mercados para cumplir sus nuevas obligaciones de solvencia. En segundo lugar, para restaurar su rentabilidad, el sector bancario en su conjunto incrementará sus tarifas. Esto significa que las medidas anunciadas desde la crisis tendrán un coste, que será elevado. No estoy seguro de que todo el mundo sea consciente de ello.