La aerolínea negocia a marchas forzadas con los pilotos y los tripulantes de cabina para cerrar antes de final de año el plan que acabe con las píérdidas de las rutas domíésticas y europeas.
Con la fusión con British Airways en la recta final, Iberia está concentrando sus energías en reestructurar cuanto antes la operativa de los vuelos nacionales y europeos, la mayoría en píérdidas por la competencia de las aerolíneas de bajo coste. La estrategia de la aerolínea es lanzar en febrero de 2011 la nueva marca Iberia Express con la que explotaría esas rutas ofreciendo menores precios gracias a una tripulación con costes más bajos y a que los aviones volarían más horas, según fuentes al tanto de los planes.
Convenios
La dirección ha acelerado los contactos con los pilotos y sus tripulantes de cabina (TCP) para renovar sus respectivos convenios colectivos (en el caso de los TCP un primer pacto de julio fue rechazado por los empleados) e introducir los cambios pertinentes que permitan a Express empezar a volar. Las conversaciones con los pilotos se han retomado tras el paríéntesis provocado por las elecciones para dirigir el sindicado Sepla en Iberia (finalmente, sólo se ha presentado la actual dirección liderada por Justo Peral).
Por si no fructifican esos contactos, la empresa sigue manteniendo oficialmente la opción de crear una nueva filial cien por cien de su propiedad, que se ocuparía de explotar esas rutas, su plan inicial. Pero la realidad es que “en las negociaciones ya sólo se habla de la marca Iberia Express. El objetivo es tener todo cerrado a mitad de diciembreâ€, señala una fuente.
La compañía ya constituyó una aerolínea de bajo coste en 2006, Clickair, que el año pasado se fusionó con Vueling y de la que Iberia posee el 45 por ciento.
Las negociaciones son muy complejas ya que supone una drástica modificación de los convenios con la introducción de nuevas salarios de entrada, más bajos que los actuales, y una progresión más lenta en el escalafón. Estos cambios explican que la reestructuración estíé pendiente desde finales de 2009. Inicialmente, la empresa quería poner en marcha el modelo en noviembre de este año.
Iberia Express explotaría las rutas de menor tráfico, como Madrid-La Coruña, pero que son esenciales para llevar los pasajeros que despuíés tomen los aviones hacia Amíérica, la clave de su negocio. Los aviones, pintados con el futuro logo nuevo de Iberia Express, tendrán menos espacio por asiento y servicios distintos a los tradicionales, que la dirección aún está diseñando. El objetivo es que la nueva enseña opere entre un 15% y un 20% de la oferta de vuelos de Iberia.
El resto de las rutas, las denominadas troncales, como la que une Madrid con Londres, seguirían en manos de lo que ya se denomina internamente como Iberia Clásica, que no sería un nombre comercial.