España evalúa hoy hasta quíé punto se ha visto mermada su credibilidad en los mercados financieros por el contagio de la crisis irlandesa. Lo hará con una emisión de letras a 12 y 18 meses, con la que el Tesoro Público se ha propuesto captar entre 4.500 y 5.500 millones de euros.
Para completar esta evaluación, pulsará de nuevo la paciencia de los inversores el jueves, día en el que buscará entre 3.000 y 4.000 millones con una adjudicación de obligaciones a 10 y 30 años. En total, por tanto, las arcas públicas aspiran a verse reforzadas hasta con 9.500 millones en un entorno en el que la tensión con respecto a la deuda perifíérica ha vuelto a caldearse de la mano de Irlanda.
La prueba del algodón de la solvencia española comienza con la subasta de títulos a corto plazo. Y la dificultad del momento la confiesa el propio Tesoro en el objetivo de financiación perseguido, puesto que es inferior al de la anterior subasta de estas características. Hace un mes, con esta doble emisión de letras a 12 y 18 meses recaudó 6.400 millones de euros, una cantidad superior al máximo de 5.500 millones establecido para hoy.
La llave, una vez más, la tendrá la demanda, cuyas exigencias determinarán los intereses al que saldrán las letras. En octubre, los títulos a un año se colocaron con un rendimiento medio del 1,84 por ciento, mientras que las letras a 18 meses lo hicieron al 2 por ciento. Un mes despuíés, las rentabilidades podrían repuntar en torno a un 30 por ciento.
í‰ste es, al menos, el aumento registrado en el mercado secundario de los rendimientos de los bonos a dos años, un termómetro fiable de lo que puede ocurrir en la subasta de hoy. El 19 de octubre, la rentabilidad de estos títulos se limitaba al 2,04 por ciento, mientras que ayer se situó en el 2,66 por ciento.
La evolución de la prima de riesgo en las últimas semanas tambiíén presagia un notable encarecimiento de la operación. A mediados de octubre, el mercado exigía a los bonos españoles a 10 años sobre los bund germanos unos intereses adicionales de 163 puntos básicos -o 1,63 puntos porcentuales-, brecha que en la actualidad asciende a los 195 puntos básicos y que la semana pasada incluso rozó los 230 puntos básicos, el nivel más alto desde finales de los 90.
Y el jueves, obligaciones
Casi sin tiempo para valorar la operación de hoy, el Tesoro afrontará otra reválida el jueves, jornada en la que la deuda a corto plazo pasará el testigo a los títulos a largo plazo. Y la sombra del encarecimiento tambiíén planea sobre esta adjudicación.
La última colocación de obligaciones a 10 años tuvo lugar en septiembre y entonces salieron con una rentabilidad media del 4,14 por ciento, inferior al 4,52 por ciento en el que se encuentra ahora. En cuanto a los títulos a 30 años, su rendimiento se situó en septiembre en el 4,77 por ciento, cuando ahora asciende al 5,39 por ciento.