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Autor Tema: La banca por fin se plantea en serio solucionar el problema del ladrillo  (Leído 217 veces)

Eguzki

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Algo empieza a moverse por fin en la banca en cuanto a la necesidad de solucionar el gran problema de todas las entidades: el inmobiliario. El Banco de España y las propias entidades empiezan a reconocer, incluso en público, que lo que han hecho hasta ahora no ha servido de nada y que tienen que adoptar medidas más contundentes -y dolorosas- para evitar que la crisis actual acabe en una díécada perdida como la de Japón.

Hasta hace unos meses, el discurso generalizado de las entidades era el de "aguantar el chaparrón hasta que escampe". Por ejemplo, Roberto Higuera, ex consejero delegado de Popular, siempre decí­a que el banco no tení­a ningún problema en aguantar los inmuebles en balance el tiempo que hiciera falta y que lo que no iba a hacer era asumir píérdidas. Del mismo modo, Juan Marí­a Nin, director general de La Caixa, poní­a el ejemplo de los propietarios particulares: "¿Usted venderí­a su piso a cualquier precio aunque pierda dinero o esperarí­a a poder venderlo mejor si puede seguir pagando la hipoteca? Pues en las entidades pasa lo mismo".

Esta mentalidad generalizada es la que explica por quíé bancos y cajas, aunque han rebajado el precio de los inmuebles que se han adjudicado, siguen vendiíéndolos a niveles muy superiores a los que pueden pagar los demandantes en un entorno de paro creciente -y sin visos de remitir- y rebajas de salarios. La consecuencia es que apenas venden pisos, pese a los descuentos y a que ofrecen hipotecas por el 100% del precio.

Con la misma lógica, la banca ha refinanciado a la mayorí­a de las grandes inmobiliarias (con excepciones como Nozar o Noriega) y les ha concedido tres, o incluso cinco, años sin pagar un euro, ya que tampoco venden un piso. A ver si para entonces ha escampado y pueden devolver algo de lo que deben.

Pero la crisis no escampa ni la morosidad tampoco. Es más, las perspectivas para 2011 y 2012 no pueden ser peores, como adelantó El Confidencial a principios de octubre y como luego ha reconocido públicamente la mayorí­a de las entidades. Y mientras tanto, los ladrillos se siguen acumulando en los balances y empiezan a alcanzar niveles insostenibles; al fin y al cabo, el negocio hipotecario supone el 55% del beneficio del sistema financiero español. Hay que hacer algo.

El Banco de España toma la iniciativa

Esta situación es la que motivó en julio el cambio de la circular contable del Banco de España, que obliga a que los bancos provisionen un 10% del valor de los inmuebles por cada año que los mantengan en balance, y acelera el calendario de provisiones de los críéditos morosos (aunque ya no hace falta provisionar el 100% del críédito, sino que se minora por el valor de la garantí­a hipotecaria con ciertos descuentos). Pero este cambio tambiíén parece insuficiente.

De ahí­ que el lunes el gobernador del Banco de España, Miguel íngel Fernández Ordóñez, insistiera en que las entidades, "al aceptar inmuebles como pago de deudas, no difieran el reconocimiento de las píérdidas". Y añadió "la necesidad de que las entidades sean más transparentes en un momento de ajuste del sector inmobiliario y en el que la confianza en el sector bancario es todaví­a díébil".

Ahí­ puso el dedo en la llaga, porque la falta de transparencia del sector respecto a su exposición inmobiliaria es uno de los grandes problemas del sector. Si uno hace caso a los mensajes oficiales de los principales bancos y cajas, nadie ha dado críédito para segunda vivienda, nadie ha dado hipotecas por más del 80% del valor de la vivienda, nadie ha aceptado tasaciones infladas...

La solución, muy complicada

El presidente de Caja Madrid, Rodrigo Rato, reconoció en los encuentros financieros que organiza su entidad que "la digestión inmobiliaria es un gran reto al que se enfrentan prácticamente todas las entidades financieras". Pero advirtió que hay que buscar el equilibrio entre dos riesgos: que la digestión sea demasiado lenta "y los activos inmobiliarios se enquisten en los balances", lo que conducirí­a a una crisis a la japonesa; o que sea demasiado forzada, "de forma que, en un momento crí­tico como el actual, las instituciones incurran en cuantiosas píérdidas por la realización precipitada de activosen un mercado tan poco lí­quido como el inmobiliario".

Por tanto, la solución no es nada fácil. Pero más allá de medidas como las contables, acortar los procedimientos judiciales o favorecer el desarrollo del suelo (como pidió Rato), el sector coincide en que no hay más remedio que aceptar una fuerte caí­da de los precios de la vivienda, mucho mayor que la que hemos visto hasta ahora.

Carlos Sánchez proponí­a ayer desde esta página la creación de un 'banco malo' al estilo de Irlanda, controlado por el Gobierno y en el que se depositen los activos problemáticos de la banca (ladrillos y críédito promotor moroso, básicamente, que ascienden a 181.000 millones según el Banco de España, aunque habrí­a que añadir todo el críédito promotor refinanciado) y que ese banco malo decida quíé promotoras son viables y cuáles no, subaste los activos de las inviables y díé salida a los ladrillos de los bancos. A precios muy bajos y con fuertes píérdidas para ellos, claro. Algo muy doloroso, pero que cada vez parece más inevitable.