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Autor Tema: No hay cajas en quiebra, pero es difí­cil explicarlo  (Leído 925 veces)

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No hay cajas en quiebra, pero es difí­cil explicarlo
« en: Mayo 03, 2008, 11:12:27 am »
No hay cajas en quiebra, pero es difí­cil explicarlo

Publicado en Expansión por Vicente Lozano
 


El sistema financiero español ha cerrado el primer trimestre del año con sobresaliente. Matrí­cula de honor si se compara con sus competidores occidentales. La banca española -bancos y cajas de ahorros- está afrontando el primer embate de la crisis con cimientos sólidos. Se nota ahora la labor prudencial del Banco de España y el trabajo bien hecho de la mayorí­a de los gestores.

Cuando ya se conocen los datos de la primera parte del ejercicio de la mayorí­a de las entidades, la fotografí­a general es: fuerte crecimiento del negocio para la que está cayendo; mejora de la eficiencia gracias, sobre todo, a la reducción de costes, y un ritmo aceptable de incremento del beneficio, aunque en algunos casos se haya tenido que 'tirar' de atí­picos para conseguirlo. Por supuesto, la morosidad crece, pero desde unos niveles tan controlados que, por el momento, se sitúa en el terreno de la ocupación y no en el de la preocupación, como decí­a la semana pasada el consejero delegado de BBVA.

El paisaje es similar en bancos y en cajas de ahorros. Pero en estas últimas semanas todos los rumores que salen de no se sabe dónde y llegan a las redacciones sobre el supuesto mal estado financiero de una institución se refieren a tal o cual caja de ahorros y casi nunca se habla así­ de un banco. ¿Por quíé?

Teniendo en cuenta que siempre es injusto generalizar y que en los dos lados hay entidades sumamente eficientes y otras más rezagadas, se me ocurren algunas explicaciones.

1. Es un problema meramente informativo y de imagen. Es un hecho que las cajas no tienen tantas exigencias de transparencia como los bancos y por lo tanto no tienen por quíé dirigirse a la sociedad con los mismos estándares sobre la marcha de los negocios. En definitiva, nadie les obliga a 'retratarse' trimestralmente y es lógico que esta situación genere recelos cuando las cosas no van tan bien en el sector. Este problema se agrava cuando la mayorí­a de las entidades informa con generosidad y otras no lo hacen tanto.

2. La cuestión tiene que ver con el modelo de negocio de los últimos años. Las cajas se han centrado en el crecimiento a travíés de la concesión de hipotecas. Es posible que algunas de ellas hayan bajado algo el listón del control de riesgos para no perder cuota de mercado y ahora sufren más intensamente el parón inmobiliario del paí­s.

3. Esa falta de credibilidad es más de fondo y tiene que ver con la razón de ser y la naturaleza jurí­dica de las cajas de ahorros. Quiíérase o no, su gestión está más vinculada a la polí­tica que la de los bancos y se puede pensar que algunas decisiones importantes para la marcha de la entidad pueden no responder necesariamente a criterios de rentabilidad y eficiencia financiera. Sin duda es un hándicap importante, que se hace más patente cuando vienen mal dadas.

Sea por la imagen, por el modelo de crecimiento escogido o por su estructura jurí­dica, la experiencia demuestra que las cajas de ahorros tienen más problemas que los bancos para trasladar con eficacia a la opinión pública -a los clientes en definitiva- la marcha de su actividad. Seguro que el sector está reflexionando sobre el asunto.