España no crecerá más de un 2,1% en 2008 y la construcción caerá un 1,4%
Según El Economista
Los expertos del Observatorio Económico de elEconomista.La economía española ha continuado durante el primer trimestre de 2008 el proceso de ajuste iniciado en 2007, que probablemente se agudizará en 2009. El año 2008 cerrará con una tasa de crecimiento no superior al 2,1 por ciento. í‰sa es la premisa con la que los expertos del Observatorio Económico de elEconomista inician su análisis de la coyuntura en España.
De entrada es preciso señalar que los desequilibrios macro -inflación y díéficit exterior- junto a los micro -alto endeudamiento de las familias y de las empresas- hacían inevitable un ajuste destinado a corregirlos.
Ahora, la crisis financiera internacional y su corolario, la restricción de críédito, potencian las tendencias depresivas sobre la economía y plantean un panorama muy delicado. En estos momentos, nadie cuestiona el parón de los dos motores principales del crecimiento de la economía española durante los últimos años: el consumo privado y la construcción.
La residencial intensificará su ajuste. Su actividad bajará de manera muy notable en 2008, hasta el orden de dos tercios de las viviendas construidas en el 2007 y, a menos de la mitad en 2009, dada la enorme oferta disponible en el mercado sin vender.
Corrección de la oferta inmobiliaria hasta 2009
Con los datos que se manejan se puede concluir que más de la mitad de lo que se construye en vivienda ahora son flecos de años anteriores. Con el elevado nivel de endeudamiento familiar y el endurecimiento de las condiciones financieras, es más que previsible que la corrección de la oferta se prolongue durante 2009.
Las alternativas que desde el Gobierno se plantean para sustituir a la construcción residencial se centran en la obra civil, auspiciada por los proyectos públicos de infraestructuras y por la creación de viviendas de protección oficial (VPO), centro de la estrategia del nuevo Ejecutivo socialista. El objetivo es dinamizar el sector del alquiler mediante una acción de los poderes públicos.
Sin embargo, es muy dudoso que esas iniciativas tengan el empuje suficiente para compensar el descenso del resto de componentes de la inversión y además resultan de una eficacia discutible dado el entorno regulatorio de los arrendamientos urbanos. Esto significa que la capacidad de usar la obra pública como una política anticíclica es de un alcance y efectividad limitadas.
Del lado de la VPO, el problema es similar, porque que en la actualidad no existe suelo calificado para garantizar la construcción de vivienda pública a un ritmo de 150.000 al año durante diez años.
La inversión se derrumba
Con este análisis de la situación, la construcción será el sector más castigado en el nuevo escenario económico para 2008. Los expertos pronostican una caída del 1,4 por ciento en este sector, motivada esencialmente por la componente residencial, lo que supone una fuerte regresión si tenemos en cuenta que 2007 se cerró con un incremento del 4 por ciento.
Por añadidura resulta improbable que el sector comercial no se vea afectado en un contexto de caída de la actividad económica y, por tanto, de menor dinamismo empresarial.
El otro componente de la inversión, que podría contribuir a amortiguar la caída de la economía, los bienes de equipo, no podrá mantener los ritmos del 10 por ciento de crecimiento registrados en los últimos años. La previsión para 2008 tambiíén muestra signos de moderación debido al deterioro de las expectativas empresariales y a la restricción de liquidez vigente en el mercado.
La confianza empresarial se ha desplomado
Esta situación se ve reflejada por el descenso de la confianza empresarial que se ha desplomado en los últimos dos meses de acuerdo con todos los indicadores disponibles.
En consecuencia y con dosis de optimismo, la previsión de los expertos de elEconomista augura un aumento máximo del 4 por ciento para la inversión industrial básica, en un año en el que arriesgarse con nuevos proyectos no va a ser la tónica. De todo ello se deriva que la formación bruta de capital en 2008 apenas crecerá el 1,1 por ciento, muy lejos del 5,9 con el que cerró 2007.
El otro componente de la demanda interna, el consumo final, tampoco mantendrá la senda de expansión de ejercicios anteriores y acentuará la trayectoria bajista que comenzó a mostrar a mediados de 2007. La erosión de los salarios reales provocada por la inflación, el deterioro de las perspectivas de empleo y la contracción del críédito en un marco de alto endeudamiento de los hogares son factores determinantes para pronosticar una aguda contracción del gasto privado.
La inflación cerrará el año en el 3,5%
Los expertos prevíén que la inflación, que se sitúa actualmente en el 4,5 por ciento, no bajará hasta finales de año, para acabar con una tasa media del 3,5 por ciento para el conjunto de 2008. Esta hipótesis realista podría ser peor si el precio del petróleo y los de las materias primas prosiguen su carrera alcista y/o se estabilizan en sus actuales parámetros.
Una situación de esta naturaleza afectaría a la capacidad adquisitiva de las economías domíésticas, que están yacon tipos de interíés del 4,5 por ciento, y posiblemente se mantendrán a ese nivel durante los próximos meses, acentuada por la falta de liquidez entre los bancos.
A pesar de los anuncios de que el consumo de las Administraciones Públicas pueda actuar como política discrecional expansiva y crecer a un ritmo del 5,3 por ciento, su impacto sobre la actividad económica es marginal.
Si se tiene en cuenta que su peso sobre la economía es reducido y que el consumo de los hogares no superará el 2,1 -la mitad que hace dos años-, todo sugiere que el gasto privado se situará en el 2,9 por ciento y que la demanda interna de la economía española -consumo e inversión- aportará al crecimiento del PIB en 2008 un 2,5 por ciento, casi la mitad de lo que aportó en 2007.
El sector exterior, algo mejor
El sector exterior tambiíén modera significativamente su nivel de actividad. Las importaciones reducen su tasa de crecimiento hasta el 4 por ciento, siguiendo la estela de la desaceleración de la demanda y las exportaciones seguirán la misma tendencia, para situarse en un 3,5 por ciento, debido a la ralentización económica internacional.
De la combinación de ambos hechos, los expertos del Observatorio de elEconomista prevíén que el sector exterior reduzca su contribución negativa al crecimiento y se sitúe en 2008 en un -0,4 por ciento.
Los últimos datos de la balanza de pagos ofrecidos por el Banco de España muestran que el díéficit acumulado de la balanza por cuenta corriente ha aumentado en 2007 más de un 25 por ciento respecto al año anterior, situando la necesidad de financiación de la economía en el 10 por ciento del PIB -el segundo más elevado del mundo, sólo detrás del de Estados Unidos-. Esta situación, seguirá agravándose este año sobre la base del comportamiento previsto del sector exterior.
El mantenimiento del alto díéficit exterior y el díéficit público con el que arrancará 2009 empeorarán las perspectivas para el próximo año.
Al mismo tiempo, la píérdida de competitividad de los bienes y servicios, acumulada durante el largo ciclo expansivo, emergerá con contundencia en 2008 y 2009.
Con una moneda única, la restauración de la competitividad sólo puede producirse con un incremento de salarios y precios internos inferior al de nuestros socios y competidores, lo que es muy complicado con unos mercados tan rígidos como los españoles. En este entorno quien no ajusta vía precios lo hace vía cantidades, es decir destruyendo producción y empleo.
Lo peor, para el empleo
Como resultado de la evolución prevista por la demanda interna y externa, la economía española reducirá su crecimiento en 2008 situándose en un moderado 2,1 por ciento, con repercusiones muy negativas sobre el empleo. Según las estimaciones realizadas por los expertos del Observatorio Económico de elEconomista, la tasa de paro se situará, en media anual, al borde de dos dígitos, el 9,6 por ciento y no es descartable que supere ese umbral si la coyuntura se debilita más de lo previsto.
Se calcula la incorporación de 540.000 nuevos activos al mercado laboral a lo largo de 2008 y la creación de 260.000 nuevos puestos de trabajo.
Del mismo modo que para la economía internacional, los expertos consideran que al cierre de 2008, este ejercicio podrá definirse como un "año perdido" tanto en materia de política fiscal como presupuestaria, doce meses que deberían servir para prepararnos para el ajuste del año que viene se han desperdiciado por la ausencia de un paquete de reformas destinado a corregir los desequilibrios macro y a preparar la economía para que reinicie una fase de crecimiento estable y sostenido.
Economía de demanda
El gran problema de la economía española es que llevamos demasiados años de crecimiento basados en el dinamismo de la demanda interna, impulsada por la pujanza del consumo y de la construcción de viviendas, pero sin realizar las reformas necesarias para incentivar la oferta.
Para dinamizar el mercado, se debería contar con una clara flexibilización del mercado de trabajo que fije un nuevo modelo de negociación colectiva, el cual permita ajustar la oferta y la demanda de mano de obra a la realidad del mercado, además de incrementar la competencia en los mercados.
En una unión monetaria, la flexibilización de los mercados es una variable esencial de ajuste tanto para minimizar las píérdidas de producción y empleo en la fase bajista del ciclo como para aprovechar con rapidez las expansiones.
En este marco, es imprescindible simplificar y homogeneizar la regulación sobre la actividad de las pymes, verdaderas protagonistas de la inversión, eliminando los efectos perversos de una excesiva burocra- tización de las Administraciones Públicas; preservar la unidad del mercado, no generando distorsiones que impidan una asignación correcta de los recursos y eleven los costes de transacción; y garantizar un orden competitivo en todo el territorio nacional.
Estas acciones son tambiíén para el futuro y se resumen en desarrollar una economía activa y de oferta, frente al declive al que nos enfrenta la economía pasiva y de demanda vigente.
Necesidad de disciplina presupuestaria
La economía española necesita una estrategia destinada a corregir la inflación y el díéficit exterior y una política de oferta dirigida a restaurar las bases del crecimiento.
Esto implica disciplina presupuestaria, esto es, mantener unas cuentas públicas equilibradas y un crecimiento del gasto público inferior al del PIB, una política de liberalización de los mercados de productos y de factores y una reforma tributaria orientada a aumentar los incentivos al trabajo, al ahorro y a la inversión de hogares y empresas.
Escenario económico para 2008
Evolución de los componentes del PIB, en porcentaje:
El año en cifras, según nuestros expertos
2,1%. Es el crecimiento previsto del Producto Interior Bruto.
9,6%. Es, en media anual, la tasa de paro.
3,5%. Es la tasa media de inflación para el año.
-1,4%. Es la caída que registrará el sector de la construcción.
2,5%. Es el crecimiento previsto para la demanda interna.
1,1%. Es el crecimiento de la formación bruta de capital.
-0,4%. Es la contribución del sector exterior al PIB.