La Policía Nacional ha detenido en Santander a cuatro personas como presuntos autores de una estafa cercana a los siete millones de euros y que utilizaba como "gancho" contratos falsos firmados supuestamente con el Real Madrid o el Barcelona, Zara, Coca Cola o Tous.
Según han informado a Efe fuentes policiales, el "cerebro" de la trama es el cántabro Rufino Pereda, presidente del Grupo Red Enlaza, una empresa sin actividad real, pero que aseguraba dedicarse a la fabricación y venta de telíéfonos móviles, pese a que nunca vendió ninguno.
La compañía, según Pereda, tambiíén se iba a convertir en el primer operador de telefonía móvil de cuarta generación (4G) y supuestamente había firmado contratos de exclusividad para el suministro de telíéfonos personalizados con los clubes de fútbol de Primera División y con empresas como Coca Cola, Zara, Tous o Telepizza.
Todo era una farsa, ya que la empresa nunca había diseñado, fabricado ni vendido ningún telíéfono móvil, no tenía ninguna patente registrada, ni había firmado contratos con ninguna empresa ni club de fútbol.
Los arrestados son el propio Rufino Pereda, su esposa, y los directores comercial y financiero de la compañía que se encontraban en paradero desconocido desde el mes de marzo, pero que se sospecha habían iniciado los primeros pasos para una estafa similar en Cataluña.
Entre los estafados hay unas sesenta personas, la mayoría profesionales y empresarios de Cantabria, que creyeron a pies juntillas los "bulos" de Pereda y decidieron invertir su dinero en el proyecto empresarial.
Las víctimas compraron acciones de la empresa por un valor cercano a los seis millones de euros, aunque la Policía tiene constancia de que hubo entregas de dinero negro que podría elevar significativamente la cantidad defraudada.
Desde el año 2008 y hasta la pasada primavera, Rufino Pereda y los directivos del Grupo Red Enlaza, mantuvieron un altísimo tren de vida para aparentar la solvencia de la empresa y atraer a nuevos inversores.
Viajaban en aviones privados y alquilaron oficinas en las zonas más caras de Santander y Madrid: como La Moraleja, la calle Serrano o el Paseo de Pereda.
Nunca pagaron ni un euro ni por los viajes en avión ejecutivo, ni por el alquiler de sus sedes, que llenaron con 64 trabajadores contratados con empresas de trabajo temporal que actuaban como "figurantes", porque no tenía ninguna actividad laboral que realizar.
Incluso llegaron a organizar un viaje a China, al que invitaron a un grupo de inversores para mostrarles las instalaciones de una fábrica de móviles, haciíéndoles creer que la factoría era propiedad del Grupo Red Enlaza.
Para dar credibilidad al montaje, llegaron a mantener reuniones con dos presidentes autonómicos, con el pretexto de que iban a realizar en su territorio una fuerte inversión.
De hecho, en febrero de 2009 anunciaron en una rueda de prensa en Míérida la inminente puesta en marcha en Extremadura de la telefonía móvil de cuarta generación.
La monumental estafa comenzó a desplomarse en los primeros meses de este año cuando una compañía de vuelos ejecutivos presentó una denuncia por impago ante la sección de fraudes de la Brigada de Delincuencia Económica de la Policía Nacional.
El denunciante aseguraba que otras empresas del sector tambiíén habían sido víctimas de la estafa y alertaba de que los directivos del Grupo Red Enlaza hacían creer a los inversores que los aviones en los que viajaban eran suyos.
Al verse descubiertos, los responsables de la estafa desmantelaron todas las oficinas que tenían abiertas en Madrid y Santander, despidieron a los trabajadores, dejaron las facturas sin pagar y se fugaron, dejando de atender a sus telíéfonos habituales.
Finalmente, los cuatro detenidos fueron localizados la semana pasada en Santander, donde han sido arrestados.