La escalera de Jacob, es el emblema de las virtudes y de las cualidades espirituales del alma, tiene siete escalones que corresponden a los siete planetas, indicando el progreso -o elevación progresiva- del hombre en sucesivos estados de conciencia, desde lo material a lo divino.
Los estados o condiciones de la conciencia, así como los pensamientos, se elevan hacia el cielo como aspiraciones y se manifiestan en nosotros como inspiraciones. Estos son los "ángeles y arcángeles de Dios" - Mensajeros o expresiones de lo Divino-, que "suben y bajan" por la escalera, que son realmente, según la expresión de Jacob, "casa de Dios y Puerta del Cielo".
La misma torre de Babel surgió con un propósito análogo, como lo indica su nombre, que tambiíén significa "Puerta de Dios".
Los siete peldaños o puertas de la escalera se consideran, respectivamente, formados de plomo, cobre, hierro, estaño, amalgamas, plata y oro correspondiendo a los siete planetas que dominan sobre estos metales y a las virtudes de la Prudencia, Templanza, Fortaleza, Justicia, Fe, Esperanza y Caridad.