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Autor Tema: "España falló en la reforma laboral, igual que Grecia"  (Leído 257 veces)

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"España falló en la reforma laboral, igual que Grecia"
« en: Diciembre 04, 2010, 10:15:15 am »
"España falló en la reforma laboral, igual que Grecia"

por Gemma Martí­nez en Expansión

Thomas Cooley, profesor de Economí­a y ex decano de Stern, escuela de negocios de NYU
España y su presidente, Josíé Luis Rodrí­guez Zapatero, ocupan estos dí­as muchas conversaciones en los pasillos de Stern, la escuela de negocios de la Universidad de Nueva York (NYU). Las medidas adoptadas por el Gobierno son bien recibidas por Thomas Cooley, un profesor afable, pausado y optimista nato. Cooley (Vermont, 1945), profesor de Economí­a y ex decano de Stern, considera que España saldrá adelante, pese a los errores cometidos hasta ahora. No obstante, afirma que su economí­a es la principal preocupación de los mercados y que la banca todaví­a despierta incertidumbres.

¿Cómo valora la situación de la economí­a española?
España, por su tamaño, es el gran problema que tiene hoy la economí­a europea. Todo el mundo habla de ella estos dí­as y la coyuntura preocupa. Dañada por el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y con un desempleo del 20%, se enfrenta a tiempos difí­ciles. El paí­s, como Grecia, fracasó en sus intentos anteriores de reformar el mercado laboral y el sector público. Pese a que fiscalmente ha sido mucho más responsable que otros paí­ses de su entorno y que podrá gestionar bien el impacto de la crisis de la deuda soberana, todaví­a existen incertidumbres, como el sector bancario.

¿En quíé sentido?
Los grandes bancos son percibidos como empresas sólidas, que nunca estuvieron altamente endeudadas y que fueron vigiladas con mucha atención por parte de los organismos reguladores. Pero todaví­a existen dudas en EEUU sobre la salud del conjunto del sector, sobre su exposición real a los críéditos hipotecarios problemáticos y sobre el impacto que pueden sufrir por la crisis de la deuda soberana de otros paí­ses europeos. En cualquier caso, serí­a un problema de liquidez, no de solvencia. Creo que todo irá bien, aunque el paí­s necesita que se produzcan quiebras de bancos. Hay que saber cómo afrontar este proceso, que las entidades puedan llegar a ser reestructuradas, cerradas o tomadas por otros, con un daño mí­nimo.

En este contexto, ¿quíé opina de la estrategia del Gobierno socialista?
Los planes de ajuste y la forma de actuar de España, endureciendo las medidas, dan a entender que sabí­an que tanto el BCE como la UE iban a ser muy exigentes con el paí­s en caso de que necesiten liquidez, como ya lo han sido con Grecia o Irlanda. Deben continuar con la reforma mercado laboral y la reducción del tamaño del sector público. Retrasar la edad de jubilación, rebajar los subsidios de desempleo y aumentar la flexibilidad en el despido. Para las empresas todaví­a es demasiado difí­cil realizar recortes de plantilla. Los cambios serán dolorosos, pero es evidente que serí­a mucho más duro sufrir las consecuencias de atravesar una volatilidad económica extrema.

Al margen de España, ¿quíé paí­s le preocupa?
Italia es el próximo en la lí­nea de fuego. Aunque la gestión fiscal de su gobierno ha sido mejor que la de Grecia y su deuda es más interna que externa. El riesgo de contagio a otros paí­ses no es tan grande. En cualquier caso, se ha puesto de manifiesto que existen diferencias dentro de la UE entre los distintos paí­ses y distintas necesidades de financiación. Bruselas tendrá que lidiar con ello.

En EEUU economistas como Roubini pronostican el colapso de la Unión Europea y del euro. ¿Quíé opina?
Esto no pasará. A nadie le interesa abandonar el euro. Hay paí­ses que piensan que por pertenecer a la UE han perdido margen contra la crisis, en tíérminos de devaluar su moneda y de endeudarse más. Pero una vez que se ha realizado el compromiso, es muy duro dar marcha atrás. Los estados miembros deben ser aumentar su competitividad de otra forma, no devaluando la moneda.

El lunes, Otaviano Canuto, vicepresidente de Polí­tica Económica del BM.

No a reequilibrar el orden económico
Thomas Cooley es muy escíéptico ante la necesidad de reequilibrar el orden económico internacional, objetivo que persigue tanto Estados Unidos como el G-20 (grupo que integra a las mayores potencias industriales del mundo y a las economí­as emergentes). Bajo esta premisa, los paí­ses exportadores (como Alemania y China) deben fomentar el consumo interno, mientras que los que más gastan (EEUU) han de potenciar el ahorro.

"Intentar dictar los flujos de capitales es erróneo. Los desequilibrios, aunque pueden llegar a ser problemáticos, no deben demonizarse. En ocasiones sólo están motivados por variables demográficas, como la población de un paí­s. Hay que dejar actuar a los mercados", asegura el profesor de la escuela de negocios Stern. El acadíémico es mucho más beníévolo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que está asumiendo un papel muy activo en combatir la crisis y rescatar a los paí­ses con problemas. "Su actividad ha cambiado y para bien", indica Cooley.



Voy del oro a Squirrel Media y tiro porque me toca.