Scott Glasser dirige ClearBridge, filial de Legg Mason especializada en renta variable estadounidense, y cogestiona el fondo Legg Mason Clearbridge US Appreciation Fund, que tiene especial predilección por el sector industrial y que acaba de recibir la calificación AA por Standard & Poor's. Según Glasser, el triunfo republicano en las elecciones de noviembre en la Cámara baja, "la que controla los Presupuestos", y el anuncio dos días más tarde por parte de la Fed de su segunda inyección monetaria por 600.000 millones de dólares son, según íél, las claves para un mercado que, un mes despuíés, está en zona de máximos desde 2008.
¿Quíé impresión le merecen las medidas tomadas por la Fed?
Ya estaban descontadas. Cuando hace se especuló con que la inyección de liquidez alcanzaría el billón de dólares, los bonos a 10 años bajaron un 2,3%. Luego el mercado bonista se ajustó, y vimos los mismos bonos irse a rendimientos en torno al 2,3% o 2,65%. Así que diría que el mercado en sí mismo fue bastante eficiente en descontar los efectos de las medidas.
¿Y cómo está afectando esta segunda oleada a la renta variable?
El efecto de la medida es desconocido. La primera ola no solventó los problemas que se pretendían solucionar, y la propia Fed admite que ha sido un lastre para el estímulo y el crecimiento económico. Creo que si con esta inyección de 600.000 millones en nueve meses no consiguen los objetivos establecidos se prolongará el programa. Este no es necesariamente el último movimiento de la Fed. Dicho esto, el mercado ha reaccionado positivamente. Los intereses bajos son buenos porque revitalizan la inversión en renta variable. Por otra parte, un resultado secundario es un dólar más díébil, algo que se ha percibido como un paso más en la guerra de divisas.
Entonces, ¿es suficiente el esfuerzo de la Fed?
No lo sabemos aún. Ha creado un efecto en el mercado, haciendo que la gente arriesgue más. Pero el acceso al críédito es escaso para los pequeños negocios, cosa que en gran medida es responsable de que no haya echado a andar la economía de EE UU. Tampoco se ha conseguido reactivar el mercado inmobiliario.
¿Cómo esperan que evolucione el dólar?
Probablemente estemos en el momento en el que el cambio está demasiado inclinado en una dirección. Ponerse ahora en anticipaciones a corto plazo de un dólar bajo es una posición arriesgada. Es más probable a corto que cambie la tendencia a que se sostenga. Es lo que hemos visto recientemente en el mercado. A largo plazo, la incapacidad del Gobierno de hacer que se estimule la economía apunta a una política continuada de bajos intereses durante una buena temporada. Llevará demasiado tiempo solucionar nuestros problemas. Se quiere estimular el crecimiento, pero indirectamente se está debilitando el dólar. Es muy importante ver tambiíén la evolución de la economía de EE UU respecto a la del resto de países del mundo. El íéxito de este segundo plan de estímulo depende mucho de lo que pase fuera.
¿Y respecto a la repercusión de las recientes elecciones en los mercados?
El cambio ha sido significativo, pero el mercado de renta variable ya lo había descontado. Los republicanos se han hecho fuertes en la cámara que controla la billetera, así que, muy probablemente, veremos algún tipo de restricción del gasto. Se avecina un periodo sin iniciativas relevantes ni grandes apuestas, cosa que desde el punto de vista del inversor elimina las incertezas relacionadas con la posibilidad de que vaya a haber grandes cambios fiscales o recortes sustanciales.
Los resultados de las compañías están siendo buenos...
Hay empresas que han tenido excelentes resultados, y íéstos ya se han reflejado en el precio de las acciones. Algunos valores han alcanzado el nivel de unas muy altas expectativas. A corto plazo, sería más sano digerir parte de las ganancias de los últimos meses para poder resetear las expectativas y poder seguir adelante. Creo que sería un escenario más sano para el mercado en su conjunto.
¿Quíé espera del final de año, y quíé previsiones tiene para 2011?
No creo que se cierre el ejercicio con resultados absolutos mucho mayores a los de ahora, y eso está bien, porque establece el tono para un mejor año que viene. En el próximo ejercicio espero un entorno de lento crecimiento continuado y unos bajos tipos de interíés tambiíén sostenidos. La combinación de ambos hará que la Bolsa crezca entre un 7% y un 9% en el año.