La remuneración todavía late en los depósitos
por Nuria Salobral en Cinco Días
La captación de depósitos ha sido el objetivo prioritario de las oficinas bancarias a lo largo del año. Solo cuando la intensa rivalidad ha dejado a las entidades financieras al límite de sus fuerzas, la puja por ofrecer el depósito más rentable parece rebajar su intensidad. Bancos y cajas han repetido hasta la saciedad que la guerra por el pasivo supone una presión difícilmente soportable para los márgenes de negocio y es insostenible en el tiempo. Pero la duración del conflicto ha sido más larga de lo previsto, hasta el punto de dar un vuelco al tradicional equilibrio de fuerzas del sistema financiero, en el que las cajas habían prevalecido sobre los bancos en la captación de depósitos.
De hecho, las ofertas más agresivas - y tambiíén más inesperadas por su intensidad- han llegado desde los bancos, con ofensivas como la lanzada por Banco Popular y, en especial, Banco Santander en la pasada primavera. Entonces el listón de la máxima rentabilidad quedó puesto en el 4% a un año, con algunas ofensivas puntuales de depósitos al 4,5% a doce meses, y ahí es donde permanece en la actualidad la rentabilidad de las mejores ofertas. El sector reconoce que el entorno de fuerte rivalidad va a mantenerse, al menos en el corto plazo, aunque ya sin entidades que se aventuren a romper el mercado.
Rentabilidad
El cliente ha sido el principal beneficiado de la dura rivalidad que ha mantenido la banca por la captación de depósitos. Un repaso detenido a las ofertas bancarias permitía confiar los ahorros al mejor postor, con la rentabilidad como máximo reclamo. La rentabilidad media de los nuevos depósitos a plazo había subido en octubre al 2,75%, desde el 2,19% de un año antes y ha crecido del 1,89% al 2,86% en el caso de los bancos y del 2,33% al 2,73% en el caso de las cajas.
Pero, en una segunda fase de la guerra del pasivo, la mejor rentabilidad ha ido acompañada de fuertes requisitos de vinculación. No en vano, remunerar un depósito a un año al 4% cuando el euríbor a ese plazo está al 1,52% y apenas se conceden críéditos implica píérdidas para la entidad, que se compensan solo si se establece una relación duradera con el cliente en la que venderle otros productos financieros que generen margen de negocio e ingresos adicionales a futuro. Por lo tanto, el mejor depósito para el cliente no solo será el que ofrezca la rentabilidad más alta sino el que exija menos requisitos, que suelen ser la domiciliación de la nómina, un determinado consumo con tarjeta de críédito o la contratación de un seguro, un fondo de inversión o un plan de pensiones. Por ejemplo, las mayores rentabilidades en depósitos a plazo se encuentran vinculados a aportaciones a planes de pensiones, ahora que se desarrolla la campaña habitual de fin de año. Así, La Caixa ofrece un depósito a un año al 5% con intereses por anticipado pero si tambiíén se suscribe un plan de pensiones.
Caixa Penedí¨s, en proceso de fusión con Caja Granada, Murcia y Sa Nostra, ofrece un depósito a un año al 5% a cambio de una elevada vinculación. El interíés de partida es de solo el 1,5%, pero se amplía a medida que se domicilia la nómina, se consume con la tarjeta de díébito o críédito y se contratan productos de inversión, hasta alcanzar ese 5%. Tal rentabilidad tambiíén está disponible en esta caja catalana si se contrata un plan de pensiones, aunque los intereses se liquidan al vencimiento y si se mantiene el plan durante al menos un año.
Sin requisitos de vinculación y con una rentabilidad del 4% a un año aparece el depósito de Banco Popular, por un mínimo de 300 euros, aunque solo para dinero nuevo. Banco Sabadell tambiíén ofrece el 4% al mismo plazo, si bien es necesaria la vinculación del cliente con la entidad, con la domiciliación de la nómina, seguro de hogar y de vida y plan de pensiones. Aunque puestos a contratar un plan de pensiones, Sabadell tambiíén da opción a un depósito a un año al 5% si se realizan aportaciones o traspasos a este producto para la jubilación, desde un mínimo de 600 euros.
Importe mínimo
Junto al grado de vinculación, el importe mínimo que se invierte en el depósito es otro gran filtro a la hora de acceder a las mejores ofertas. Así, Banco Espírito Santo mantiene una campaña en la que ofrece un depósito a 18 meses de plazo y una rentabilidad del 4,6% TAE, sin requisitos de vinculación aunque por un importe mínimo de 25.000 euros. Un listón superior al del resto de las ofertas más competitivas que se encuentran hoy por hoy en el mercado.
Los depósitos que ofrecen por internet Activobank -al 4% TAE a un año- y Caja Canarias -al 4% a año y medio- tambiíén requieren un importe mínimo considerable, de 3.000 euros.
Liquidez
A diferencia de las cuentas corrientes -a menudo capaces de ofrecer más rentabilidad que los depósitos de muchas entidades-, las imposiciones a plazo no garantizan al cliente liquidez inmediata. Además, la rentabilidad suele ser inferior si se rescata el dinero antes del vencimiento, en el caso de que sea posible. Los tíérminos en los que el cliente puede recuperar su inversión son un factor importante a la hora de contratar un depósito a medio plazo, más aún en un momento en el que, junto a los plazos más cortos, tambiíén proliferan las ofertas para imposiciones a dos o tres años.
Caja Madrid comercializa un depósito a tres años al 3% TAE -sin importe mínimo pero con requisitos de vinculación que crecen con el tiempo- que ofrece liquidez inmediata. Sin embargo, en caso de reembolso anticipado el interíés será de apenas el 25% del nominal (2,97%) si se produce en el primer año, del 50% en el segundo año y del 75%, en el tercero.
Por su parte, Barclays ofrece un depósito a 15 meses -con rentabilidad del 3,24% TAE y desde un mínimo de 50.000 euros- con tres periodos en los que se puede rescatar el dinero sin penalización y sin píérdida de remuneración: los siete primeros días de octubre, febrero y junio.
Vencimientos
El vencimiento de un depósito es el momento propicio para echar un vistazo al escaparate bancario. Las mejores ofertas están destinadas a captar dinero fresco de otras entidades, de modo que será muy modesta la remuneración que se le ofrezca por renovar su depósito en la misma entidad y por el mismo importe del producto que vence. Fuentes financieras reconocen que la rentabilidad que se ofrece en una simple renovación, sin que haya aumento del saldo con el banco, apenas llega al 1% TAE.
Pero la necesidad de las entidades financieras de retener el ahorro captado y evitar su fuga a la competencia da al cliente una cierta posición de ventaja y un margen de negociación con su banco para obtener mayor rentabilidad. El grado de vinculación será un factor decisivo para conseguir unas díécimas más de remuneración. Aunque no hay que olvidar que, una vez que el cliente se ha comprometido con una entidad y le ha confiado no solo su ahorro sino su nómina, sus tarjetas o su fondo de inversión, será mucho más difícil mudarse a otro banco con todo ese equipaje financiero en busca de mayores rentabilidades, reservadas precisamente a la clientela más fiel.
Bancos o cajas
La agresividad de la política comercial de una entidad y su posición para competir en la guerra de depósitos va a depender en gran medida de su estado de salud financiera. Por un lado, la captación de depósitos sirve a bancos y cajas para hacer acopio de liquidez en los momentos en que se complica el acceso a la financiación en los mercados, como se vio con la quiebra de Lehman Brothers y con la crisis de la deuda soberana griega y su contagio al resto de la Europa perifíérica. Y el esfuerzo para competir en precio se debe no solo a esas necesidades de liquidez sino tambiíén a la avidez por robar cuota de mercado a la competencia. Por lo tanto, los mejores depósitos se han estado ofreciendo bien en entidades obligadas a recurrir a sus propios clientes para financiarse o bien en aquellas con colchón suficiente para competir en precio, aun sacrificando márgenes. Santander entró de forma arrolladora en la guerra del pasivo la pasada primavera, pero ahora se mantiene en la retaguardia, despuíés de haber elevado cuota y captado 32.000 millones de euros en el segundo trimestre.
Y por la parte de las entidades más necesitadas de liquidez, son tambiíén las que arrojan una cuenta de resultados más díébil. Es contraproducente por tanto que compitan en el precio de sus depósitos por lo que conlleva de deterioro adicional en sus márgenes. "Ahora la prioridad absoluta en el sector es el margen de intereses. La competencia se mantendrá, pero las campañas agresivas serán muy puntuales", señalan desde Barclays España. El Banco de España ya ha advertido que las entidades que hayan recibido fondos públicos del FROB deberán actuar con especial prudencia.
Catalizadores favorables para la Bolsa
Alfredo Sáenz. Consejero delegado de Banco Santander. Una rivalidad "desquiciante"
Banco Santander ha sido la entidad que más presión ha ejercido este año sobre el sistema en la captación de pasivo. Entró abiertamente en la guerra de precios con el lanzamiento de un depósito al 4% que obligó a mover ficha al resto.
En el segundo trimestre logró depósitos por 32.000 millones de euros, aunque ello le supuso una caída de su margen de interíés del 11,1% interanual y un diferencial sobre su actividad en ahorro de -0,03%, frente al 0,4% del primer trimestre del año. A cambio, eso sí, de elevar su cuota de mercado en 200 puntos básicos.
El consejero delegado del banco, que se ha retirado de la vanguardia de la rentabilidad, reconoció que la lucha por los depósitos había sido "desquiciante".
íngel Cano. Consejero delegado de BBVA. Coste para el sector de 7.000 millones
La entidad no ha entrado a fondo en la guerra por el pasivo, aunque no se resistió a competir cuando su rival Santander lanzó en primavera un depósito a un año al 4%. El banco ha defendido en sus mensajes al mercado que una competencia dura y prolongada por la captación de depósitos es una amenaza para el margen de intermediación y su consejero delegado, íngel Cano, cifró recientemente en 7.000 millones de euros el coste de la guerra del pasivo. Es decir, la factura anual para el margen de intermediación del sector.
En una estimación más conservadora, y contando con una rivalidad menos intensa por captar depósitos, el coste podría quedar en los 5.000 millones.
Miguel íngel Fdez. Ordóñez. Gobernador del Banco de España. Vigilancia para no minar la solvencia
El Banco de España vigila muy de cerca el difícil dilema ante el que se enfrenta la mayor parte del sistema financiero del país: por un lado la necesidad de captar liquidez a travíés de los depósitos -lo que requiere participar en la guerra de precios- y por otro lado, la importancia de salvaguardar los márgenes, y con ello la cuenta de resultados, en un momento en que la concesión de críéditos está bajo mínimos.
Pero la doctrina del Banco de España es clara y rechaza que las entidades mantengan por más tiempo la rivalidad ya que el efecto a largo plazo es el debilitamiento de la solvencia. Además, las que reciban ayudas públicas del FROB deberán ser especialmente prudentes.