“Merck no puede invertir en un país que rebaja los precios de los medicamentosâ€
por Sergio Saiz en Expansión
El primer ejecutivo de la farmacíéutica alemana garantiza el presente de las plantas de la multinacional en España, pero asegura que su futuro depende de la credibilidad del entorno político.
“España es uno de nuestros grandes mercados, tanto en ventas como en fabricación y queremos que lo siga siendo. Sin embargo, el marco político del país decidirá el papel que jugará en la estrategia de Merckâ€. Con estas palabras, el presidente de la farmacíéutica alemana, Karl-Ludwig Kley, resume el malestar generado en la matriz por la aprobación de dos reales decretos consecutivos para recortar el precio de los medicamentos en España.
El nuevo marco legislativo le costará a las farmacíéuticas presentes en el país cerca de 2.100 millones de euros, es decir, un 13% de su facturación. Mientras el sector se prepara para afrontar una oleada de despidos, que podría dejar en el paro a 5.000 personas sólo en España, el presidente de Merck garantiza, de momento, los puestos de trabajo en todos los países en los que la compañía está presente.
“No hemos recortado personal, ya que estamos intentando afrontar la crisis reduciendo horas de trabajoâ€, aunque si el escenario internacional sigue complicándose, Kley no descarta que el grupo se vea obligado a seguir los pasos de sus competidores. “Todos los países quieren tener industria farmacíéutica por su alta inversión en I+D, pero reducen los precios de los medicamentosâ€. En su opinión, estas dos políticas son contradictorias y, asegura, “no podemos invertir en un país que rebaja los precios de los medicamentosâ€. Actualmente, España es uno de los países de la Unión Europea donde más baratos son los fármacos.
Mercado nacional
Merck cuenta con tres centros de producción en el país, donde emplea a cerca de mil personas. Y, aunque estos puestos están a salvo, “las consecuencias de este tipo de medidas son siempre a largo plazoâ€. De momento, España figura en los planes estratíégicos de Merck “y no vamos a reducir plantilla inmediatamenteâ€, pero dentro de cuatro o cinco años la situación podría ser diferente, advierte el ejecutivo. Karl-Ludwig Kley asegura que, a la hora de adjudicar la fabricación de nuevos productos, clave para la continuidad de las plantas nacionales, “analizaremos toda la situación global del país, desde el Gobierno hasta las fábricasâ€.
“Si el negocio se ve amenazado, será difícil continuar con nuevas inversionesâ€, ya que el sector farmacíéutico requiere de una gran estabilidad, tanto desde el punto de vista legal como político, porque los proyectos de I+D se ejecutan a muy largo plazo, explica Kley.
Otro factor que corre en contra de España es el problema que supone para las farmacíéuticas el reparto de competencias entre las comunidades autónomas y el Gobierno, difícil de entender incluso para alguien que preside una compañía con sede en Alemania, un país federal. Kley considera que el modelo español de las autonomías es “arcaico†y ha fragmentando el mercado.
Pese a las críticas, Karl-Ludwig Kley sigue defendiendo la producción en España y destaca la productividad de las plantas nacionales de Merck y asegura que, cuando se habla de I+D, la deslocalización hacía países con mano de obra más barata no es una opción.
Además, la abultada factura del sistema sanitario “no es sólo un problema españolâ€, apunta el presidente de Merck, que ve con incertidumbre las diferentes políticas que se están adoptando en toda Europa y que están poniendo contra las cuerdas a las farmacíéuticas. Sin embargo, Kley es un ejecutivo que destila optimismo y no cree “en las estrategias escritas en una pizarraâ€, ni en seguir los pasos de sus competidores.
Mientras que otras multinacionales de medicamentos de marca entran de lleno en el segmento de los geníéricos, Merck, nadando contracorriente, decidió vender esta división: “En un sector caracterizado por la innovación y alta tecnología, no hay sitio para un negocio de commodities (sin valor añadido)â€.
Planes de futuro
Las decisiones de Kley parecen haber dado en la diana, ya que en el último trimestre la facturación creció un 25%, hasta los 2.438 millones de euros, y el beneficio bruto de explotación (ebitda) se disparó un 50%, superando los 700 millones.
Ahora, la farmacíéutica se centra en los mercados emergentes, como China, y en equilibrar su pipeline de molíéculas, donde cuentan con una importante cartera en oncología. “Tenemos candidatos muy prometedores†para convertirse en la nueva generación de fármacos y sortear así el fantasma de la caducidad de patentes. Su lanzamiento más inmediato es la cladribina, un tratamiento oral para la esclerosis múltiple, que actualmente está siendo evaluado por las autoridades sanitarias de Estados Unidos (FDA) y de la Unión Europea (Emea).