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Autor Tema: ¿Por quíé las empresas del Ibex 35 contratan a polí­ticos?  (Leído 377 veces)

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¿Por quíé las empresas del Ibex 35 contratan a polí­ticos?
« en: Diciembre 18, 2010, 08:47:16 am »
¿Por quíé las empresas del Ibex 35 contratan a polí­ticos?

por Estefaní­a Fonseca en www.invertia.com
 
Colgar el hábito y abandonar el redil polí­tico es una aventura que cada vez seduce más a los altos cargos de la administración pública. Y no es para menos ya que las firmas ven en estos representantes un maná de contactos, experiencia y saber hacer.

“Básicamente, un polí­tico ofrece unas caracterí­sticas positivas para cualquier empresa como son la toma de decisiones complejas para conciliar voluntades y tambiíén que han contado con una gran responsabilidad de personas a su cargo”, expresa Ignacio Bao, presidente de Bao Signium Internacional, firma que presta servicios de consultorí­a de alta dirección.

Aunque no todos los polí­ticos pueden entrar en este saco. Hay polí­ticos que cuenta con un pasado de gestión y que luego han accedido a la polí­tica. Por otro lado, aquellos que pese a no haber desarrollado una actividad de gestión, sí­ han tomado decisiones y por último, están los que no cuentan con un buen reconocimiento.

Además, es necesario discernir tambiíén si el alto cargo se encuentra en un momento álgido o de decadencia. “Hay que buscar el momento óptimo”, reseña Bao. En esa coyuntura de esplendor se encuentra ahora Miriam González, esposa del viceprimer ministro británico Nick Clegg nombrada recientemente como consejera independiente de Acciona. González que es licenciada en Derecho por la Universidad de Valladolid y que cuenta con un master del Colegio de Europa adquirió gran relevancia pública en las últimas elecciones en el Reino Unido, donde su marido era uno de los candidatos favoritos.

Junto a este factor, es imprescindible tener en consideración la situación por la que atraviesa el partido polí­tico. Por ejemplo, cuando se producen cambios de Gobierno. En momentos como ese, muchas empresas optan por poner “tierra de por medio”. Desde esta firma internacional de búsqueda de directivos consideran que la popularidad del polí­tico siempre suele tener un papel relativo.”Un polí­tico puede no ser popular en las encuestas y, sin embargo, las empresa estíén encantadas de contratarlo. "Hay que verlo todo en su conjunto”.

¿Cómo tantear al polí­tico?

Normalmente, las compañí­as no buscan premeditadamente un alto cargo. “Las empresas te piden un determinado perfil y nosotros, como asesores, buscamos a las personas que mejor podrí­an responder a sus expectativas”, indica Bao. “En general, cuando les decimos que hemos pensado en tal polí­tico se muestran reticentes”. Estos recelos de la empresa privada responden a una actitud de prudencia, ya que en todo momento, la firma analiza quíé dirán los compañeros de partido, sus contrarios e incluso, la opinión pública.

Tampoco, los polí­ticos suelen zambullirse en la empresa privada sin reservas, pese a que los salarios en la empresa son más elevados (un diputado puede ganar entre 40.000 y 80.000 euros anuales). “Para un polí­tico con una determinada posición suele ser complicado dar ese paso, en la medida en la que tiene vocación por posicionarse dentro de su propio partido”, indican los Head hunters consultados. En definitiva, se trata de un proceso arduo y lento que puede prolongarse durante varios meses.

Es en este punto, donde el papel de las firmas de gestión de talento cobra mayor relevancia. Este tipo de empresas se encargan, en muchos casos, de tantear al polí­tico. El primer contacto que se establece es para hablar de planteamientos generales. Quíé le parece la idea, conocer para quíé se les quiere o cuáles son sus funciones son las preguntas más frecuentes que se plantean los altos cargos cuando una empresa quiere ficharlos. “Al final se trata de un proceso de convencimiento mutuo”.

En este sentido, los polí­ticos suelen ser fichados para desempeñar cargos como consejeros, presidentes, directores del área internacional, etc, en busca de las relaciones nacionales e internacionales que poseen y del conocimiento del negocio de la empresa de la que entrarán a formar parte. “Este tipo de personas cuenta con una posición y un nivel de contactos muy elevado, es decir, que cuando te llaman por telíéfono no obtienen un no por respuesta”, reseñan desde Bao Signium.

¿Conflicto de intereses?

Sin embargo, esta “fuga de cerebros” del lado polí­tico al de los negocios no siempre cuenta con el beneplácito de la opinión pública. Uno de los casos que levantó más recelos fue el aterrizaje de David Taguas, ex director de la Oficina Económica de Moncloa, en la dirección de la patronal de las grandes constructoras españolas SEOPAN. Taguas, a su vez, era miembro de la comisión delegada del Gobierno para asuntos económicos, un organismo encargado de examinar las cuestiones de carácter general que tengan relación con varios de los departamentos ministeriales, entre otros asuntos.

De acuerdo con el artí­culo 8 de la Ley 5/2006 -Reguladora de Conflictos de Intereses de los Altos Cargos- durante los dos años siguientes al cese los altos cargos “no podrán desempeñar sus servicios en empresas o sociedades privadas relacionadas directamente con las competencias del cargo desempeñado”. Finalmente, la Oficina de Conflictos de Intereses, entidad responsable de la supervisión de esta ley, dio su visto bueno al nombramiento.