He aquí el plan que los padres de la ciudad de Pekín dieron a conocer la semana pasada para acometer el sofocante tráfico de la ciudad: Crearán 280,000 nuevos cajones de estacionamiento, 1,000 estaciones para compartir bicicletas, 560 km de nuevas vías del tren subterráneo, 200 km de nuevas calles en el centro de la ciudad, 37 km de túneles, nueve centros nuevos de transportación, tres zonas de congestión y una cura para todo: "el uso de la tecnología moderna".
Que nunca se diga que China, orgulloso consumidor de más de la mitad del cemento del planeta, piensa en pequeño.
"Hemos construido muchos pasos a desnivel y vías expríés", dijo Zhao Jie, experto de transportación de la Academia China de Planeación Urbana y Diseño. "Hemos invertido muchísimo dinero en trenes subterráneos y líneas de autobús, y probablemente Pekín tiene los precios más bajos en el mundo. Sin embargo, cada vez son más poderosos los estímulos para tener un automóvil".
Duan Haizhu, chofer de taxi, de 26 años, lo expresó de otro modo en un lento recorrido a travíés de la ciudad en su Hyundai naranja y marrón. "La velocidad con que se construyen caminos no se acerca, y por mucho, a la velocidad con que la gente compra automóviles", destacó. "Y la gente no dejará de comprar automóviles".
De hecho, ni siquiera van a comprar menos. Para diciembre, Pekín tenía 4.7 millones de vehículos registrados, con 2,000 nuevos que se suman a la congestión vial cada día. Eso equivale a más de 700,000 nuevos vehículos este año, lo cual ya había subido respecto de los 550,000 nuevos vehículos del año pasado, 376,000 en el año previo y 252,000 el año anterior.
Cuando el número llegue a 6.5 millones, con base en cálculos de investigadores, las calles de Pekín estarán totalmente saturadas. Algunos dicen que ya lo están: en junio, una encuesta de IBM en 20 metrópolis ubicó a Pekín en un empate como la peor del mundo, junto a la ciudad de Míéxico.
Este año, casi un tercio de todos los hogares chinos encaja en la definición de clase media, con ingresos anuales de 5,000 a 15,000 dólares, y ese porcentaje aumentará a más de 45% para 2020, con base en datos de Euromonitor International, empresa de inteligencia empresarial.
La mayoría de estos hogares quiere automóviles. El gobierno se ha mostrado cortíés. En 2009, en parte a fin de combatir el colapso mundial de la economía, el gobierno redujo a la mitad el impuesto de venta sobre los autos de motor pequeño a quienes compran vehículo por vez primera, amíén de que invirtió miles de millones de dólares en subsidios para compras de automóviles y cambios por mejores vehículos en zonas rurales.