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Autor Tema: NOS DIRIGIMOS A UN SUBSIDIO DE SUBSISTENCIA  (Leído 395 veces)

Orpheo

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NOS DIRIGIMOS A UN SUBSIDIO DE SUBSISTENCIA
« en: Diciembre 28, 2010, 09:49:28 am »
Está siendo de manual: como las cosas deben ser. Primero se recortó la remuneración de los funcionarios y trabajadores asimilados: empresas prestadoras de actividades concertadas con el Sector Público: ‘Ud. pague lo que quiera a sus trabajadores, pero yo le voy a dar un X% menos por lo que está haciendo). Luego vino la Reforma Laboral que originariamente -¡por favor: no lo olviden jamás!- tení­a como objetivo reducir la temporalidad y para lo único que ha servido es para que la poca demanda de trabajo que hay sea de trabajo temporal, y para reducir los costes laborales ví­a reducción de los costes del despido. Y ahora les ha tocado a las pensiones: primero se congelan, luego se ‘racionalizan’.

 

‘Es para dar credibilidad a los mercados’. Bien, admitamos eso: si España, para ganar credibilidad, tiene que bajar las pensiones que paga a sus jubiladas y jubilados, España tiene un megaproblema. Aparquemos eso. Justificar el incremento del número de años a considerar para el cálculo de la pensión con el aumento que se está produciendo en la esperanza de vida supone suponer que íésta va a continuar aumentando, de ahí­ que sea preciso, consecuente, aumentar la edad de jubilación. Veamos.

 

Cierto es que la esperanza de vida ha aumentado mucho, mucho, en las últimas díécadas, y lo ha hecho, básica y fundamentalmente, gracias al modelo de protección social cuyas prestaciones han estado yendo a más (a pesar de que en España, con relación a otras economí­as europeas han existido y existen diferencias notables: que ya nunca serán reducidas). Tambiíén la esperanza de vida ha aumentado gracias a que las rentas medias han crecido, lo que ha permitido que la ciudadaní­a tuviese acceso a una mejor alimentación y a mejores equipamientos en sus viviendas: en los años 50 o 60, ¿cuántas familias disponí­an de calefacción en sus domicilios?.

 

Pero el modelo de protección social se halla en retroceso: ni es tan necesario porque ya no hace falta calmar a hordas de reivindicativos obreros, ni se disponen de los fondos suficientes para pagar los cada vez más caros tratamientos; y tambiíén la renta media está decreciendo: más desempleo supone reducción de la renta media de un creciente sector de la población: el desempleado y el subempleado, y de una parte del ocupado: el undermilerurista y el subundermileurista (¿son mil euros el nuevo salario medio?).

 

Menor protección social y menores rentas, pienso, van a desembocar en una reducción de la esperanza de vida: entre 1991 y 1997 la esperanza de vida cayó cinco años en los territorios de la antigua URSS: entíérense quíé sistema sanitario tení­an los ciudadanos soviíéticos y cual empezaron a tener despuíés de 1991; y menor esperanza de vida, menor gasto total en pensiones, lo que quedará de uno u otro modo compensado por la menor recaudación obtenida, durante la crisis, por el creciente desempleo, y, tras la crisis, por un elevado desempleo estructural.

 

Siguiendo con lo de ayer: la prolongación de la edad legal de jubilación pienso que tiene más de maniobra de distracción que de otra cosa: si el desempleo va a ir aumentando cada vez se jubilarán menos personas a la edad legal de jubilación (otra cosa es que continúen trabajando en la economí­a sumergida que, si no se legaliza, se disparará: la mexicanización de la economí­a) y las que lleguen a jubilarse llegarán, muchas, con menores bases de cotización: los salarios medios decrecerán: esa será la cuarta pata del mecano sobre el que el Gobierno (el que sea), pienso, basará ‘la recuperación de la Economí­a’, lo que, de nuevo, lleva a menos recaudación y a menos pensión media. (Lógicamente, el paso siguiente será aumentar el número de años necesarios para acceder a una pensión).

 

Decí­amos sobre la reducción de los salarios medios. A medida que el desempleo vaya aumentando: por la caí­da de la actividad, ahora, y por las menores necesidades de factor trabajo, despuíés, la remuneración de ese factor trabajo, el salario, caerá: cuestión de oferta y demanda; si a eso añadimos que la oferta es ya mundial y la demanda es local … Y, ¿cómo se rebajan los salarios?, pues a travíés de dos ví­as: no aumentándolos: convenios colec … ¿quíé?; y reduciíéndolos: en una primera, fase pluses y dietas; en una segunda, valoraciones de puestos de trabajo, en una tercera, ‘es lo que hay’. Efectos sociales, implicaciones íéticas, lo que quieran y más, pero ahora estamos con las pensiones. Dando por supuesto que el sistema continúe más o menos como ahora, cada vez van a entrar menos fondos en la caja pagadora de pensiones y cada vez van a haber menos personas a cobrar unas menores pensiones durante un menor tiempo, pero, a la vez, el número de los sin-derecho-a-pensión crecerá.

 

¿Hacia quíé vamos?, pienso que hacia ‘los 426 euros’. Recuerden: dijimos que permanecerí­an, aunque fuese con otro nombre, aunque fuese con otra forma (ahora habrá que ver en que se forma a los perceptores de ese subsidio y para que les sirve en lo que se les forma: la formación no es barata, y menos la formación para que sea útil (¿a alguien se le habrá ocurrido emplear a desempleados como formadores de otros desempleados?)). Pienso que con las pensiones acabará sucediendo algo parecido.

 

De uno u otro modo pienso que vamos hacia un subsidio de subsistencia: pongan la denominación que quieran. Para un número creciente de población: desempleados crónicos nunca demandados, desempleados temporales rotatorios, no-jubilados expulsados del mercado de trabajo, … todos, cuando las percibí­an, con rentas bajas y sin posibilidad alguna de establecer algún plan de ahorro, la única alternativa a la miseria será un subsidio e ir operando en ‘la economí­a informal’: la mexicanización, un subsidio en parte pagado por un Estado en retroceso por sus menores competencias y por sus menores ingresos, en parte por unas corporaciones que contribuyan a un creciente tercer sector. Y en todas partes, sí­: en todas partes.

 

Aquí­, posiblemente alguien acabe preguntando a este Gobierno si reducir las pensiones es que izquierdas, el Gobierno lo tiene fácil para responder: repartir lo menos que va a haber es lo que hoy es de izquierdas.

 

¿Ya se han leí­do el informe de la OCDE que ayer les recomendíé?: trabajar más tiempo quienes tengan ocupación, pensiones con importes decrecientes, dificultades en aumento para acceder a una pensión, … empobrecimiento de la mayorí­a, evidentemente.

 

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economí­a IQS. Universidad Ramon Llull.

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En individuos, la locura es rara; en grupos, partidos, naciones y épocas, es la regla", Nietzsche.