Las principales ciudades quedaron paralizadas ayer por la suspensión del transporte y la colocación de barricadas en protesta contra un alza de hasta 80% en los combustibles, en un creciente descontento que el presidente Evo Morales intentó paliar con aumentos salariales.
El Alto, una ciudad vecina a La Paz y considerada el principal feudo electoral de Evo Morales, lideraba las protestas con la movilización de miles de personas que montaban barricadas con llantas quemadas y apedreaban edificios de organizaciones afines al mandatario.
"A (Evo) Morales así como lo hemos subido igual lo vamos a bajar", dijo Patricia Coyo, una lavandera de 30 años que salió a bloquear las calles, en una situación que amenaza con desbordarse.
En La Paz, donde el Palacio presidencial era resguardado por militares, el transporte colectivo virtualmente había desaparecido desde temprano y la población tenía dificultades para trasladarse. En las tiendas había largas filas de ciudadanos en busca de alimentos, que comienzan a escasear.