7-Eleven se prepara para conquistar la Gran Manzana
Por raro que parezca, muchas cadenas minoristas, como por ejemplo Wal Mart, no han conseguido todavía tener íéxito a la hora de intentar hacerse un hueco en la jungla de asfalto. Manhattan sigue siendo un reducto para muchas compañías, debido al elevado coste de su mercado inmobiliario y su comportamiento freníético si lo comparamos con el resto de la geografía norteamericana. Sin embargo, cadenas como 7-Eleven aprovechan la caída de precios en el 'real estate' de la Gran Manzana para conquistar la ciudad de Nueva York, donde la compañía tiene previsto abrir cien establecimientos en los próximos cinco años.
Según la publicación Crain's Business, 7-Eleven pretende crecer hasta los 15 establecimientos antes de 2012 y luego multiplcarse para garantizar una amplia presencia en la isla de Manhattan. La portavoz de la compañía, con sede en Dallas, Margaret Chabris, reconoció que "en estos momentos existen localizaciones mucho más atractivas debido a la recesión", una señal más que demuestra que muchos negocios saben sacar partido cuando la economía se tambalea. De momento, la cadena de tiendas de consumo ya ha abierto dos establecimientos en Murray Hill y ha firmado el alquiler de otros dos más.
No sólo el centro de la ciudad
El plan de 7-Eleven de conquistar Nueva York no se limita sólo a la ciudad en sí sino que se extiende a campuses universitarios y aeropuertos. Cabe recordar que el año pasado la compañía ya inauguró una tienda en el aeropuerto internacional de Newark, en Nueva Jersey.
Hasta la fecha, 7-Eleven, subsidiario de la compañía nipona Seven & i Holdings, sólo cuenta con 10 localizaciones en la Gran Manzana, incluídas dos tiendas abiertas el pasado diciembre en las calle 28 y 21, donde se paga cerca de 125 dólares por pie cuadrado (0,09 metros cuadrados).
Dentro de la estrategia de la compañía, tambiíén se incluye acordar con distintos delis y bodegas en proceso de rehabilitación, el reformar sus negocios en franquicias de 7-Eleven, algo que podría llegar a costar hasta 250.000 dólares por establecimiento. "Estamos intentando reconstruir nuestra marca", explica Chabris, "muchos neoyorquinos desconocen nuestros establecimientos mientras que en el resto del país somos muy conocidos", añade.