Nouriel Roubini: Las cosas mejoran en Latinoamíérica
Nouriel Roubini
En nuestras perspectivas para el 2011, enmendamos nuestras previsiones de crecimiento para Latinoamíérica en previsión de una demanda interna flexible, unas condiciones externas mejores y unos precios elevados de los productos básicos.
Ahora vislumbramos un ritmo anual de crecimiento del 4,7 por ciento en el 2011 y del 6,1 por ciento en el 2010. Si no nos equivocamos, el 2010 anotará los mejores resultados económicos de Latinoamíérica de la última díécada y su crecimiento más rápido desde 1980.
La probabilidad de una recaída en Estados Unidos, un riesgo mucho más importante para esta región, ha descendido considerablemente debido, en parte, a la flexibilización cuantitativa junto con las ampliaciones de los subsidios de paro, los recortes fiscales de la íépoca Bush y la introducción de un recorte del 2 por ciento en el impuesto sobre la renta. Además, el hecho de una profunda crisis europea ha dejado de ser un riesgo inmediato.
En este contexto, seguimos pensando que los países latinoamericanos irán bien si EEUU evita una brusca deceleración, si siguen pudiíéndose controlar las distorsiones mundiales causadas por una posible crisis estadounidense y si las economías avanzadas mantienen unas condiciones macroeconómicas permisivas.
Reiteramos que algunos países (Brasil, Chile, Colombia, Míéxico y Perú) puede que obtengan mejores resultados que otros (Argentina y Venezuela) en circunstancias adversas, gracias a sus balances consolidados y sensatos y su credibilidad ganada a pulso en la política macroeconómica.
En el 2010, la actividad económica regional se vio principalmente impulsada por una demanda interna sólida, aunque unas condiciones económicas y financieras externas mejores de las previstas supusieron un acicate añadido.
Vimos cómo la mayoría de las ganancias se producían en el primer semestre de 2010 y cómo en el segundo semestre de 2010 se advertía una deceleración a unos niveles más sostenibles de crecimiento.
Mientras que Brasil, Argentina, Chile y Perú consolidaron sus resultados y Venezuela sorprendió de forma positiva (aunque todavía sigue en recesión), Míéxico y Colombia causaron una cierta decepción.
En 2011, la estabilización de la demanda interna debido a unas condiciones macroeconómicas más estrictas (salvo en Argentina yVenezuela) y a un crecimiento mundial algo más lento, redundará en un crecimiento regional a unos niveles más sostenibles y cercanos a su tendencia media, en torno al 4,3 por ciento.
Asimismo, las exportaciones netas seguirán siendo un obstáculo para la actividad económica, no sólo por la falta de crecimiento sino tambiíén porque las condiciones comerciales puede que no sean tan buenas como en 2010.
Mantenemos nuestra previsión de que la inflación será algo menor en 2011 en comparación con la de 2010, y que los países con unos regímenes que apuntan a la inflación, como Brasil, Chile,Colombia, Míéxico y Perú, alcanzarán sus límites inflacionistas.
Los principales riesgos para esta estimación son unas presiones inflacionistas procedentes del extranjero mayores de las previstas, la combinación de unos precios más elevados en los productos básicos y una demanda mundial más fuerte, y una cierta complacencia en las políticas para evitar el empeoramiento de sus perspectivas monetarias.
Su mayor crecimiento respecto a otras economías y unas fuertes divisas continuarán en 2011 aumentando los díéficit por cuenta corriente y reduciendo los superávit. Mientras, los diferenciales positivos de crecimiento y de tipos de interíés de Latinoamíérica mantendrán el atractivo de la región para las entradas de capital y financieras, lo que limitará el saldo de riesgos de pago.
Además, unos niveles elevados de reservas internacionales, unos balances consolidados, una flexibilidad de las políticas y unos sistemas financieros financiados en su mayoría por los propios países probablemente paliarán en Latinoamíérica los efectos de una volatilidad externa excesiva.
No obstante, si las condiciones de los balances por cuenta corriente se deterioran, estos países se mostrarán más vulnerables a unos cambios bruscos en el apetito por el riesgo y las condiciones globales de liquidez.
A este respecto, la desestabilización de las condiciones financieras y fiscales en la UE es la amenaza más inmediata, pero tambiíén debería tenerse en cuenta el ajustado ciclo monetario estadounidense, ambos tendrán repercusiones económicas y financieras negativas a nivel mundial, lo que a su vez afectará a los ingresos por exportaciones de Latinoamíérica, a los sentimientos del mercado interno y a las entradas de capital y de carteras.
Creemos que un crecimiento y un salto en los tipos de interíés mayores, junto con unas condiciones comerciales todavía favorables y una abundante liquidez global, mantendrán el atractivo de las divisas regionales. No obstante, un entorno externo volátil, los riesgos de intervención y unas valoraciones distendidas, entre otros muchos factores, pueden moderar el optimismo y limitar la tendencia a la apreciación.
Para finalizar, el ciclo electoral continúa con las elecciones de Perú en abril y de Argentina en octubre.
En Perú, la continuidad de la política es el resultado más probable, ya que los candidatos más proclives al mercado son los que lideran las encuestasl.
En Argentina, el fallecimiento del antiguo presidente Níéstor Kirchner ha dejado un espacio político en el Partido Peronista para un candidato más conciliador. Aunque la Administración actual es ahora menos antagónica, la oposición sigue estando debilitada y fragmentada, por lo que no esperamos ningún cambio significativo en la política macroeconómica antes de las elecciones.
Nouriel Roubini. Presidente de RGE y profesor de la Escuela Stern, Universidad de Nueva York