Los auriculares de diadema son comunes en agencias de viajes, centros de atención de clientes de empresas y otros sitios donde la gente tiene que hablar con frecuencia por telíéfono. Con una diadema para escuchar y hablar, ambas manos quedan libres para trabajar y se evita el dolor del cuello por sostener el telíéfono.
Ahora, los auriculares pueden hacer aún más innecesarios los telíéfonos de oficina, en momentos en que más empresas optan por canalizar llamadas a travíés de las computadoras.
Una forma de ahorro es comprarles a los empleados diademas en lugar de telíéfonos de escritorio, señala Tavis McCourt, director y analista de Morgan Keegan, que sigue el mercado de la telefonía por internet. Programas como Lync, de Microsoft, hacen posible emplear la computadora para hacer llamadas por internet.
Las computadoras comunes no son lo ideal para entablar una conversación, pues aunque tienen bocinas y micrófonos integrados, las conversaciones pueden distraer a personas en cubículos cercanos, señala Gregory Burns, analista de Sidoti & Co., de Nueva York.