La división de energía de FCC ha frenado el plan de ampliación de su termosolar de Palma del Río (Córdoba), reciíén empezada a construir con un presupuesto de 260 millones en su primera fase. A pesar de contar ya con los terrenos para la extensión, el grupo se ha dado margen para "calcular otras posibilidades".
FCC necesita tiempo para definir el proyecto de ampliación de la planta termosolar que el grupo tiene en construcción en Palma del Río (Córdoba) y ha pedido paciencia a su ayuntamiento. El Consistorio puso en noviembre a disposición de la compañía un terreno de 220 hectáreas en el que acometer la instalación de nuevos megavatios (MW) que se sumarían a los 50 MW del proyecto inicial. El suelo fue adjudicado en concurso a FCC, único participante en el proceso, pero la empresa ha comunicado a las autoridades locales que el proyecto deberá esperar.
En medios locales se ha llegado a argumentar que el grupo que preside Baldomero Falcones desiste de un mayor desarrollo termosolar en Palma del Río a la vista del real decreto de diciembre que regula el ríégimen de retribución de la producción de electricidad a travíés de las tecnologías eólica y termosolar.
Sin embargo, fuentes oficiales de FCC simplemente aluden a que la envergadura del plan "requiere un cálculo detenido de todas las posibilidades". Esta ralentización en la toma de una decisión "no implica que se renuncie a nuevas actuaciones en Palma del Río".
Activo estratíégico
La termosolar que empezó a levantarse el pasado mes de noviembre en la Finca Guzmán marca un hito para FCC. Además de ser la primera de esta tecnología en la cartera de la filial FCC Energía -tiene asignada una segunda instalación en Alicante-, supuso el arranque de una alianza en materia de energías renovables con el conglomerado japoníés Mitsui.
En el caso de la instalación cordobesa, FCC controla el 70%, por un 30% en manos del socio asiático. La inversión prevista para los primeros 50 MW es de 260 millones y Mitsui debía encargarse de la financiación externa. De este proyecto depende la extensión del acuerdo a otros mercados y campos de actividad, como el de las infraestructuras. Las dos empresas colaboraban ya en una obra hidráulica en Míéxico.
Petición de un marco regulatorio estable
Pese a que FCC prefiere no vincular sus decisiones respecto a la planta Guzmán con la política del Ministerio de Industria, tanto la firma española como la japonesa lanzaron mensajes claros en noviembre. El responsable de FCC Energía, Eduardo González, manifestó que "los momentos de turbulencias que vive España en materia de energías renovables no ayuda a cerrar acuerdos con los bancos". Y es que, a finales del año pasado, la financiación de esta infraestructura energíética estaba aún por cerrarse. Desde Mitsui, el director de operaciones, Shintoro Ambe, añadió en su reciente visita a Córdoba que España debía mantener una política regulatoria estable para el desarrollo de esta planta y otros proyectos similares.
El de la energía es el principal campo de expansión para el grupo FCC, consolidado en mercados como el de las infraestructuras y los servicios. A la espera de los detalles del nuevo plan estratíégico, se confía en que FCC Energía aporte a finales de 2013 el 20% del Ebitda global de la entidad, frente al peso actual del 4,5%. En los tres años que FCC se ha dado para alcanzar esa cota, la compañía debería contar con 2.000 MW en renovables. Un nivel que implica multiplicar por cuatro los actuales 460 megavatios en operación.
En la tecnología termosolar, FCC proyecta la entrada en el capital de un par de plantas asignadas a otro promotor y tomar parte en la futura preasignación de otros dos proyectos.