Así anunciaba Le Monde el dato del desempleo del factor trabajo en España correspondiente al cuarto trimestre del 2010: el 20,5% en tíérminos desestacionalizados (Angel Laborda, en El País Negocios del 30.01.2010, Pág. 28) el pasado Viernes: “Plus d’un Espagnol sur cinq au chí´mage í la fin de 2010â€.
Al respecto un apunte, una cifra. La tasa de actividad, el porcentaje de personas entre 16 y 65 años que dicen que están dispuestas a trabajar sobre el total de la población comprendida entre esas edades, era, a 31.12.2010, del 59,99%, en Dinamarca el 78%; ¿quíé quiere esto decir, pues que si España con su tasa de actividad -muy baja-, el desempleo del factor trabajo que es el que es, imaginen que niveles alcanzaría el paro si España tuviese una tasa de actividad como la de Dinamarca.
No es extraño que la población activa aumente: en el cuarto trimestre del 2010 en 27.000 personas: en tíérminos desestacionalizados (misma fuente); ¿por quíé?, porque a medida que el desempleo vaya aumentando y más el de larga duración, más personas tratarán de encontrar un empleo a fin de aportar algo a la renta familiar. En el 2008, cuando la tasa de desempleo comenzó a crecer con fuerza, distintas interpretaciones se hicieron en el sentido de que la población activa decrecería debido al retorno de inmigrantes a sus países de procedencia, y si, han habido retornos, pero para la mayoría de los llegados por mal que en España estíén las cosas, las oportunidades aquí son superiores a las que se dan en sus lugares de procedencia.
Incluso la población activa ha aumentado tambiíén a pesar de las personas desanimadas que han abandonado la búsqueda de una ocupación porque, pura y simplemente, no la encuentran. Y lo más chocante: el desempleo puede ‘mejorar’ a medida que más inmigración se vaya y más personas se desanimen en la búsqueda de un empleo.
Es perverso, ya: la población ocupada puede mantenerse en los niveles actuales o incluso reducirse, y el desempleo puede bajar, simplemente porque la población activa descienda, no porque la demanda de trabajo aumente. Si eso sucediese, ¿saldría en la tele algún miembro del Gobierno -del que fuese- vanagloriándose de la mejoría que habría experimentado el desempleo?.
Y claro la gente, la población, el hombre de la calle, pregunta: ‘¿Cuándo se solucionará el tema del paro?’, sinceramente pienso que nunca: pienso que nunca España alcanzará una tasa de desempleo real del 4,3%, que es el que ahora muestra Holanda. España, entre 1995 y el 2009 tuvo su momento, estuvo de moda: se le admitió, se aceptó, que España hiciese las cosas como sabía hacerlas, y España hizo muchos pisos, y muchos Ibizas, Fiestas y Corsas, y atendió a muchísimos turistas de cerveza y bañador, y sirvió requetemuchas paellas en chiringuitos de playa, y aunque con carencias flagrantes, ‘España fue bien’ y la tasa de paro en España llegó a situarse en el 7,9% (es curioso: la que ahora tiene Dinamarca cuando las cosas van mal); pero aquello acabó, ahora toca otra cosa, España ha dejado de estar de moda, y ni sabe ni puede dar la vuelta a la situación.
¿Quíé le espera al factor trabajo español?, pues, pienso, tasas de desempleo estructural muy elevado, mucho, y tasas de temporalidad y empleo a tiempo parcial -forzado- elevadísimas a partir de que la crisis finalice, y superelevadas mientras la crisis dure. Ya nunca, pienso, las cosas volverán a hacerse como España las hizo, sin embargo España tiene la población que tiene, con la formación que tiene, y tiene el modelo productivo que tiene, con las empresas que tiene que producen los bienes que producen de la forma que los producen, y -ya hemos llegado- para eso esas empresas tenían que ocupar a la población activa que han ocupado, pero que ya no ocupan, por eso España no crece al 2,0%, que es la tasa a la que la economía española debe crecer, como mínimo, para generar empleo. Acaben Uds. mismas/os el razonamiento: si España ya no va a volver a hacer lo que hacía como lo hacía …).
(Túnez, Egipto, ¿Marruecos mañana?. ‘El pueblo pide libertad’. ‘El pueblo exige democracia’. Claro, pero Egipto lleva inmerso en una dictadura desde hace siglos, con su actual presidente treinta años, sin embargo, ni hace un par de años, ni hace diez, la ciudadanía egipcia exigió democracia. Pueden hacerse todos los análisis geopolíticos que se quieran pero la realidad es que el pueblo egipcio se ha echado a la calle cuando el precio del cereal se ha disparado, lo mismo que en Túnez.
A partir de ahí el pueblo ha sido más consciente -de lo que ya era- de que está sumido en la miseria: la tasa de pobreza -egipcia- en Egipto supera el 40% y el subempleo (¿se imaginan como debe ser el subempleo en Egipto?) puede superar el 60% de la población. A esa gente -¿quíé expectativas tiene esa población?-, al egipcio medio, no le quedaba casi nada y, encima, sube el precio del cereal, ¿la salida natural?, el motín.
Ahora se le darán a esas revueltas las interpretaciones que se les quiera dar, y se beneficiarán de ellas quienes tienen capacidad de mover los hilos de las mismas, como en Francia: fueron los sans-culottes quienes tomaron la Bastille, y les Tuileries y fueron sans-culottes los que murieron en la Revolución, pero fue la Bourgeoisie quien de ello se benefició, ahora sucederá lo mismo; pero si la crisis de 1787 no hubiese tenido lugar, los hechos que precipitaron el declive del Anciene Ríégime se hubieran desarrollado de otra manera, ¡seguro!: la crisis del 87 agudizó el sentimiento de miseria del pueblo francíés; como ahora en Egipto y en Túnez, de momento.
¿La solución?, ni idea. De lo esencial, la demanda es muy superior a la oferta, y la disponibilidad de commodities, su acceso, es el que es. A partir de aquí …).
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
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