Las inmobiliarias del futuro están hoy dentro de las entidades financieras. Como ya viene haciendo una gran mayoría, Banco Pastor se ha puesto manos a la obra para gestionar de manera activa los inmuebles y suelos acumulados a lo largo de los últimos años. Para ello, el banco gallego creó durante 2010 su nueva área inmobiliaria, cuya dirección ha encomendado a un ejecutivo del sector del ladrillo, Pablo Rodríguez Losada, procedente de Fadesa.
El reclutamiento de profesionales del sector inmobiliario por parte de bancos y cajas pone de manifiesto la importancia que tiene ahora la gestión de estos activos, que requieren de un enfoque inmobiliario más que financiero. En este caso, antes de recalar en el Banco Pastor, Rodriguez Losada fue responsable de la división internacional de la gallega Fadesa, donde ocupó distintos altos cargos, y del área de expansión de la constructora San Josíé.
De esta manera, en menos de un año, el equipo inmobiliario que antes formaban cuatro personas es ahora de más de 30 y trabaja con unas pautas puramente inmobiliarias. Aunque esta división no tiene nombre propio y diferenciado, Banco Pastor ha aglutinado todos los activos bajo el paraguas de una antigua sociedad, General de Terrenos y Edificiaciones (GTE), aunque para la comercialización por internet se ha recurrido al dominio Inmoselección.
Desde su llegada, además de la creación de un amplio equipo, una de las tareas de Rodríguez Losada tras analizar la cartera de activos ha sido la definición de un plan estratíégico. Según fuentes del banco, se ha optado por proyectar un calendario a medio-largo plazo para el desarrollo de aquellos adjudicados a los que se les pueda sacar plusvalías. Sólo aquellos que no cumplan con este perfil, en torno a un 5%, serán liquidados de inmediato.
Uno de los primeros en iniciar este camino fue el Banco Popular. La entidad presidida por Angel Ron recuperó para el mercado a comienzos de 2009 a Pedro Javier Rodera, procedente de Urbis, donde fue consejero delegado, despuíés de haber pasado por el área de promociones de Caja Madrid y por la inmobiliaria Realia, para hacerse cargo de Aliseda, un sociedad de los años 70 utilizada ahora por el banco como su propia inmobiliaria.
Como ya ha ocurrido en periodos de crisis anteriores, los bancos y cajas han sido siempre los embriones de las grandes inmobiliarias que han dominado luego el mercado. Hasta hace pocos años, gran parte de las cotizadas estuvieron antes bajo la marca de un banco, como fue el caso de Urbis por Banesto, de la catalana Colonial con La Caixa y de las dos grandes de la última díécada, Metrovacesa y Vallehermoso, con BBVA y Santander, respectivamente.