Lo que hoy todavía son cajas de ahorros, dentro de ocho meses en muchos casos deberán ser bancos que cotizarán en bolsa. A lo largo de este proceso, las cajas deberán incrementar su core capital (cantidad de dinero que debe haber dentro de la entidad sobre el riesgo contraído) para cumplir con las normas de transparencia y credibilidad impulsadas por el Gobierno.
Para poder cumplir esta misión, una de las posibilidades que no se debe descartar es que una o varias de las entidades actuales se recapitalicen vendiendo activos.Y aquí llegamos al meollo de la cuestión: una de las formas más viables de conseguir una inyección de capital es poner en venta las participaciones que las cajas de ahorros tienen en cartera. Lo que involucraría hasta a 42 valores del mercado español. La duda está en el impacto que tendría la venta de estos paquetes de acciones sobre las cotizadas en cuestión.
Vimos un claro ejemplo la semana pasada, con el nacimiento de CaixaBank. La gran caja catalana supo resolver los interrogantes sobre el destino de su cartera industrial, al mantener sus joyas (Telefónica y Repsol) en Criteria, y dejar para el banco no cotizado los servicios y la actividad inmobiliaria (Gas Natural, Abertis).
Según Marc Batllíé, de la sicav Elcano, la prioridad de La Caixa es dejar saneado el futuro banco e ir vendiíéndole las participaciones de Criteria. Respecto a la participación que posee sobre Metrovacesa (un 5,2 por ciento), el analista explica que íésta "queda dentro de la cesta de valores donde tampoco hay un interíés claro comprador, se la sacarán de encima en la medida en que tengan que afrontar vencimientos".
Esta misma afirmación se podría aplicar hasta a 18 compañías de las 42 ya citadas: bien por tener una clara recomendación de venta, bien por figurar en la cartera de las cajas de ahorros que pueden tener necesidades de saneamiento en el corto plazo (o por ambos factores). La cuestión es: ¿la venta de quíé participaciones derrumbará a sus compañías en bolsa?
SOS, la más perjudicada
La alimentaria sería la peor parada en caso de que las cajas de ahorros necesitaran acudir al mercado para financiarse. Entre Caja Madrid, Unicaja, la Caja de Ahorros de Granada y Banca Cívica controlan el 40,1 por ciento del accionariado de SOS. La más expuesta a la compañía es la primera, que controla más del 18 por ciento, seguida por Unicaja, que tiene más del 11 por ciento. Banca Cívica y Caja de Ahorros de Granada poseen el 5,3 y 5,1 por ciento, respectivamente (ver gráfico).
Ante la premura de las bases impuestas por el Gobierno a la hora de recapitalizar las cajas, ¿es buen momento para que las cajas se desprendan de las acciones de SOS? El consenso le otorga una clarísima venta a un precio objetivo de 0,55 euros y sus títulos se han quedado sin potencial. Se trata de un valor que ya cede un 30 por ciento en 2011, y que presenta unos volúmenes anormalmente altos (su capital se intercambia una media de 2,2 veces cada día, según datos de FactSet)
Esta posibilidad se vuelve todavía más dramática para Caja Madrid. Si tuviera que vender ahora tendría serios problemas, pues no ha provisionado las eventuales píérdidas. Lo que supondría que, en el caso de tener que colocar el paquete de acciones de SOS, tendría que asumir unas píérdidas indigeribles.
La caja de Pandora
Ante la posibilidad de tener que vender acciones, la entidad madrileña tiene dónde elegir, porque aparte de SOS, Caja Madrid posee acciones en ocho compañías más (ver gráfico). En el caso hipotíético de que se decidiera desprenderse de todas sus acciones, la caja conseguiría unas liquidez importante de 4.690 millones de euros. No obstante, puede ser que no sea el mejor momento de vender algunos de los activos de su cartera industrial.
Caja Madrid posee más del 27 por ciento de Realia. Con una subida de más del 6 por ciento en el año, sus títulos se han quedado sin potencial y es un valor para vender para el consenso de mercado. NH Hoteles y Metrovacesa son otros de los valores sobre los que Caja Madrid tiene exposición. Sus títulos están entre los más alcistas de 2011 (en especial la inmobiliaria, que se revaloriza más de un 60 por ciento), pero han perdido todo su atractivo, y la media de bancos de inversión aconseja vender.
Sin embargo, Caja Madrid tambiíén tiene valores seguros. Uno de ellos, Mapfre, del que posee más del 15 por ciento de su accionariado, podría ser un potencial aliado en el caso de que Caja Madrid se convirtiera en banco, y no sólo por el gran acuerdo de seguros que han firmado ambas compañías, sino a la hora de buscar inversores que entren en el capital de su futuro banco. Dentro de los valores que correrían menos riesgo tambiíén están BME, Indra, IAG e Iberdrola. Ojo con íésta última: si Caja Madrid quisiera colocar en el parquíé el 5,5 por ciento de la elíéctrica, de ningún modo se puede dejar de lado una eventual maniobra estratíégica por parte de ACS. La constructora sigue imparable con su intención de hacerse con el 30 por ciento del accionariado de la compañía presidida por Ignacio Sánchez Galán, especialmente ahora que ya ha liquidado la opa sobre Hochtief.
Las gallegas, temblando
La situación de las cajas gallegas tambiíén es de las más preocupantes, ya que a pesar de las distintas fusiones en las que se han visto envueltas, puede ser que no lleguen al 10 por ciento de core capital necesario para no ser nacionalizadas. Entre sus carteras industriales poseen títulos de Pescanova, Tecnocom, Sacyr y Elecnor -todas ellas, excepto Tecnocom, tiene recomendación de compra-. El valor de estas participadas ascendería a más de 400 millones de euros.
Otro caso alarmante es el de Banca Cívica, entre sus participadas están SOS, Amper, Tubacex, Fluidra y Dinamia. No obstante, vender estos valores sería provechoso sólo en el caso de Tubacex y Dinamia que ostentan una recomendación de compra.