Por quíé una tasa de paro elevada beneficia a las empresas en EEUU
Fuente: M.R. / elEconomista.es
No es un tema del que se hable a viva voz, pero resuena en todos los pasillos. En EEUU, las compañías ya presentan resultados de megahit taquillero mientras que las cifras del paro son de película de terror. Pero no es de esperar que el guión cambie pronto: mientras las empresas puedan seguir engordando sus beneficios sin ampliar plantilla, no apostarán por ello.
Como señala la CBNC en un artículo titulado "El sucio pequeño secreto del mercado: una tasa de paro al 9% está bien", el duro golpe de la crisis, que hizo temblar los cimientos de la economía estadounidense y dejó a muchas de las grandes corporaciones al borde del precipicio, justifica el respaldo estatal en forma de beneficios fiscales o, directamente, en billetes contantes y sonantes.
"El desempleo es un hecho terrible para familias y particulares, pero estoy seguro de que muchas compañías creen que están mejor con menos trabajadores y se escudan en la supuesta debilidad de la economía para mantener sus filas escuálidas", indica el cofundador del hedge fund Short Hill Capital, Stephen Weiss.
"En su lugar, se centrarán en incrementar la productividad de sus empleados y conseguir mayores márgenes", añade.
El propio presidente de la Fed, Ben Bernanke, hacía referencia hace sólo dos días a esta cuestión. "Los indicadores de gasto y producción son alentadores, pero el mercado laboral ha avanzado muy lentamente", indicó. En su opinión, el índice de desempleo se mantendrá alto "durante bastante tiempo" aunque la recuperación económica parece consolidarse.
Todo por la Fed
Así, mientras la tasa de paro siga a los actuales niveles, reflejando la difícil realidad de millones de ciudadanos estadounidenses, la Reserva Federal mantendrá sus programas de inyección de liquidez. Y eso gusta a las empresas.
El desempleo elevado "les mantendrá alejados de retirar el programa de estímulo monetario e, incluso, les puede llevar a un tercer QE", asegura Nicholas Colas, estratega jefe de mercados de BNY ConvergEx. "La renta variable lo hará bien ante un mercado laboral deteriorado porque es el gran motivo por el que la Fed continúa con su apoyo", añade James Iuorio, director ejecutivo de TJM Institutional Services.
"Por muy paradójico que parezca, la debilidad en el mercado laboral y en el residencial está dando alas a la bolsa", concluye.
Resultados de cine
Según recoge The Economist, la presente temporada de resultados se presenta como una de las mejores de la historia.
Por el momento, ya han publicado sus números la mitad de las firmas que integran el índice S&P 500, revelando un crecimiento del 17% en los beneficios de 2010 con respecto a 2009. Algunos ejemplos: la petrolera ExxonMobil ganó 9.250 millones de dólares en el cuarto trimestre, un 53% más, mientras que el beneficio de Coca-Cola se multiplicó por cuatro en el mismo periodo, hasta 5.770 millones de dólares.
Las compañías acumulan liquidez y surge una pregunta: ¿a dónde irán a parar todos estos millones? De acuerdo con las estimaciones de Goldman Sachs, este año las empresas que cotizan en el S&P 500 elevarán un 25% su presupuesto para la recompra de acciones, mientras que gastarán un 15% más en adquisiciones y fusiones en efectivo.
El dinero reservado a dividendos e investigación y desarrollo crecerá un 11%, mientras que las inversiones de capital repuntarán un 12%. Lo que no se detalla en el informe de Goldman es cuánto de este porcentaje se destinará a contrataciones y cuánto a compra de material, apunta la CNBC.
Los emergentes, cómplices
Aunque esta situación entraña sus riesgos. Por una parte, algunos expertos creen que el rendimiento que las empresas pueden obtener de sus empleados está tocando techo.
"Cerca del 90% del incremento de la productividad proviene del recorte de costes y eso está llegando a su límite. Los trabajadores, temiendo perder sus empleos, han trabajado más por el mismo dinero, pero no pueden ser fustigados con más fuerza", segura la analista de Citigroup Carsten Stendevad.
Además, existe otra amenaza, tal y como apuntan desde TJM Institutional Services: ¿cuánto pasará hasta que el consumo se resienta de nuevo? Sin trabajo y, por extensión, sin ingresos, las familias no pueden gastar y las empresas podrían acabar sufriendo las consecuencias de sus ajustes.
En este punto, no es sólo el consumo domíéstico el que hay que vigilar, sino tambiíén el de los países emergentes. Las economías en desarrollo han servido de cómodo refugio las multinacionales estadounidenses mientras la crisis hacía mella en los bolsillos de sus conciudadanos.
Por ahora, las ventas siguen creciendo en estos mercados y 2011 "será el año de la inversión para crecer" fuera de las fronteras de EEUU, asegura Mark Spelman, director de estrategia global de Accenture. Un horizonte brillante pero que podría verse amenazado por la creciente inflación que sufren algunas de estas regiones emergentes, por la formación de nuevas burbujas -inmobiliaria, de activos...- o por la posibilidad de un sobrecalentamiento económico