Perder en bolsa es fácil; ganar no tanto
Por Josíé Antonio Fernández Hódar en Expansión
La impresionante carrera alcista de algunas inmobiliarias, a las que se han sumado valores de segunda y tercera división ha terminado y ahora toca recoger velas, mientras haya tiempo de hacerlo. El que entró tarde, dirá que va a largo. Y tan largo.
Decia Kostolany que quiíén tiene poco dinero no tiene más remedio que especular de forma agresiva. Y tenía toda la razón. Sacarle un 10% a un capital de 2.000 euros no da para muchas fiestas, y por bien que te vaya el año, es que no sales de pobre. Pero el 10% de un millón de euros, son palabras mayores. ¿Pero hay quien opere a corto con semejante cantidad? Con esa, y con mucho más. A nivel de andar por casa, hay dos clases de especuladores: los que son mas listos que el hambre, y los tontorrones. Los primeros van sacando sus buenos pellizcos. Jamás se harán ricos con la bolsa, pero sobreviven, se divierten y ganan sus dineros. A los segundos, habría que recordarle el refrán: lo que Dios no da, Salamanca no presta. Pero lo mismo no lo entienden y nos toman por raros. La bolsa se encarga de ponerlos en su sitio: en la calle, con la cartera esquilmada. Pero debe trasmitirse por vía geníética, porque arruinada una generación de ludópatas, llega la siguiente a repetir los mismos errores. Esta semana, un camarero de un restaurante me ha preguntado quíé era Quabit. Le dije que es como ahora se llamaba Afirma, la antigua Astroc. Ante la cara de mus de mi interlocutor, añadí: una inmobiliaria que camina por la raya roja de la quiebra, pero que de momento aguantaba. Por consejo de un cliente, que “sabía mucho de bolsaâ€, había comprado cuando la cotización rondaba los 0,26 euros. Sorprendería saber la cantidad de personas que compran acciones de una empresa de la que no saben nada, si siquiera, a quíé se dedica. Para quien sienta la tentación de sumarse a los cazadores de gangas, sólo recordarles que refinanciar la deuda es aplazar el día “D†de una muerte anunciada. El Ibex 35 ha tenido esta semana el atrevimiento de mantenerse durante unas horas por encima de los 11.000 puntos. Psicológicamente estamos convirtiendo esta cota en el muro de las lamentaciones. Tíécnicamente es un doble techo tremendo, pero diga conmigo: “esta cota se supera†y ya verá como acierta. Wall Street está como una moto. París y Francfort siguen siendo alcistas y muy rezagados no nos vamos a quedar, salvo que se haga del tema de las cajas la chapuza nacional, algo que no nos sorprendería cuando los Reinos se Taifas se le están subiendo a las barbas a un Gobierno capaz de venderse por cuatro votos. Se ha extinguido el fuego en el polvorín de Egipto, y podemos dar un suspiro de alivio. Wall Street lo celebraba en la tarde del viernes con un nuevo paso adelante. Quedan los rescoldos de un fuego que amenazaba con propagarse por todo el norte de ífrica y Oriente Medio y que puede reavivarse en cualquier momento. Pero ha vuelto la calma. El crudo baja de precio y las principales bolsas retoman la senda alcista. Los bancos han estado muy apagados esta semana y confiamos en que recobren protagonismo la próxima. Mantened en cartera, al menos a los dos grandes. El fuego se ha extinguido en el polvorín de Egipto y los mercados van a celebrarlo con nuevas subidas, a rueda de Wall Street.