Quíé significa ser espiritual?
¿Quiere decir no estar más preocupado con el mundo físico? ¿Que se prive a sí mismo de los placeres mundanos y se dedique a lo etíéreo?
¿Cuál es el propósito de la espiritualidad?
No tener un entendimiento claro de estas cuestiones es negar un ingrediente vital para su eficacia y bienestar. La verdadera espiritualidad es completamente distinta de toda la canalización de poderes ocultos y sobrenaturales que es tan popular hoy día; incluso es diferente de la religión. La verdadera espiritualidad tiene que ver con la consciencia y el comportamiento. Significa, sencillamente, tener un buen reconocimiento de su identidad espiritual eterna y del tipo de valores que necesita para vivir. Significa tener claridad sobre su propio valor inherente, y cómo puede este reflejarse en su vida diaria. La gente espiritual es gente sencilla, que obtiene íéxito al aplicar un sentido elevado de sí mismos a la forma en que están llevando sus vidas. El verdadero propósito de la espiritualidad es hacernos más efectivos, ayudándonos a mejorar nuestros actos. ¡La espiritualidad y la acción trabajan juntas!. La espiritualidad da un sentido a nuestras acciones, y las acciones le dan un propósito a nuestra espiritualidad.
Tal papel vital que la espiritualidad desempeña en nuestra vida diaria requiere no obstante de un esfuerzo para comenzar el proceso. La búsqueda es un primer paso. Es natural buscar para descubrir lo que es verdad, lo real e inmortal. Sin embargo, existe un paso despuíés de la búsqueda, el cual es comenzar a basar todo lo suyo: pensamientos, palabras, acciones, relaciones,etc., en lo que ha hallado; es decir en lo que usted acaba de conocer. Es allí donde el esfuerzo comienza. Tomemos por ejemplo pensar positivamente. Usted podría, en el curso de su búsqueda espiritual, llegar a comprender el poder del pensamiento; que clase de pensamientos son buenos para usted y cuales no. Un pensamiento positivo tiene paciencia, amor, o cualquier virtud inherente a íél. Es esta virtud la que lo hace un pensamiento positivo. Sin embargo, es solo cuando esa virtud se expresa en su actitud, discurso o comportamiento que la espiritualidad en la acción comienza.
La espiritualidad en la acción significa utilizar su entendimiento espiritual en la vida diaria. Esto es lo que toma esfuerzo. Hay muchos quienes creen que no deberíamos de llevar vidas de esfuerzo, que la vida es para vivirse. Ellos desean mantener las cosas fáciles y usar todo a su alrededor para mantenerse felices. Sin embargo ¿es esto real?, ¿estamos seguros de que tenemos los recursos para satisfacer realmente la necesidad de ser felices?, ¿de dónde son extraídos esos recursos?. La realidad es un cuadro muy diferente. Aquellos recursos los cuales pueden verdaderamente satisfacer nuestras necesidades están en general en un estado de gran agotamiento en este momento. Hay escasez de ambos tipos: de aquello que necesitamos tanto interna como externamente para ser felices. Aunque la vida pueda ser "solamente para ser vivida", en la actualidad hay algo que necesitamos estar haciendo con ella; algo que necesitamos estar creando y trayendo a la vida. Esto es algo que las personas necesitan comprender: que además de ser vivida solamente, la vida es tambiíén algo para hacer, para crear. No estoy diciendo que disfrutar la vida este mal, pero disfrutarla y estar a cargo de ella tambiíén; aprender a moldearla y dirigirla, le permite a usted sacarle más provecho. Para esto usted necesita una clara comprensión de sus recursos internos, de cómo las energías del pensamiento y los sentimientos se forman y cual es la fuente de esas energías. Aquí es donde una educación espiritual puede ser de mucha ayuda, lo que le va a permitir entender las necesidades esenciales de su ser interno y satisfacerlas.
Traer la espiritualidad a la acción tiene un efecto positivo y directo por lo menos en cuatro áreas específicas de su vida: su bienestar interno, su efectividad como persona, su potencial de liderazgo, y su perfil profesional. Note como todos estos cuatro campos se ajustan directamente a su vida y a ¡ su habilidad para vivirla! Esto está en contraste con la suposición popular que se tiene de que la espiritualidad debería de alguna manera tomar lugar separadamente de la vida, que la meta de una práctica espiritual, en realidad la práctica misma, necesita ocurrir aislada de la vida. De hecho, todos estos cuatro aspectos son ejemplos de como la espiritualidad es para utilizarse en la vida, de como la espiritualidad y la acción están conectadas.