El grupo de infraestructuras reducirá su tamaño hasta los 9.000 millones de euros cuando cierre este año el plan de desinversiones programado.
La disciplina impuesta por la cúpula de Ferrovial para enfrentarse con garantías al periodo de restricciones de críédito y de capital desde 2008 se ha traducido en un cambio de dibujo de la compañía que, cuando culmine el proceso de desinversiones programado, será “más ágil y menos endeudadaâ€, pero tambiíén más pequeña. “Hemos reducido el tamañoâ€, indicó Rafael del Pino, presidente de Ferrovial, en un encuentro organizado por El Mundo y patrocinado por KPMG, la semana pasada.
Según las estimaciones del grupo de infraestructuras, la facturación descenderá desde los 12.000 millones de euros al entorno de los 9.000 millones de euros, lo que supone una cura de adelgazamiento del 25%. Con estas dimensiones operativas, Ferrovial retrodecería al volumen de ingresos registrado en 2005, cuando la compañía facturó 8.989 millones de euros.
Detrás de este cambio, que se hará visible a lo largo de este ejercicio y el que viene, está el cambio de perímetro contable, tras el fuerte proceso de desinversiones ejecutado el pasado ejercicio. Ferrovial se ha deshecho de siete activos, entre líneas de metro, autopistas, aeropuertos y filiales inmobiliarias, que le han generado una caja de algo más de 2.000 millones de euros. El movimiento más relevante fue la venta del 10% de la autopista canadiense ETR 407. La compañía tambiíén vendió Swissport, el líder mundial del handling, aunque la transacción todavía no se ha liquidado.
Si se cumple la agenda prevista para este año, la compañía controlada por la familia Del Pino tambiíén traspasará el 10% de BAA y, si la colombiana ISA ejecuta su opción de compra, del 40% de las autopistas chilenas.
Además de los flujos generados por la operación, que el mercado sitúa entre 300 y 400 millones de euros, la venta del 10% de BAA mejorará notablemente los ratios de endeudamiento del grupo. De los 20.000 millones de euros de deuda, el 70% corresponde a la filial británica. Si se produce la venta, Ferrovial contabilizará BAA por puesta en equivalencia, por lo que la deuda se reducirá unos 6.000 millones de euros. Entre los efectos de las desinversiones figura la eliminación de la deuda con recurso. Según Ferrovial, la posición neta de tesorería ya es positiva.
Además de las ventas programadas, el grupo español podría anunciar más movimientos. “Forma parte de nuestra estrategia, por la política continuada de rotación de activosâ€. Los más maduros se encuentran en España, un mercado que ha perdido atractivo para los inversores en este tipo de negocio.
Globalvía negocia con cinco fondos
Globalvía, el grupo de infraestructuras controlado por FCC y Caja Madrid, ha dado un impulso en los últimos días a la búsqueda de un tercer socio mediante una ampliación de capital que reforzará sus fondos propios, La compañía espera captar 500 millones de euros a travíés de una ampliación de hasta el 40%.
Según las fuentes financieras consultadas, la empresa ya tiene una lista corta de candidatos en la que figuran fondos de infraestructuras norteamericanos (Canadá) y europeos. A partir de ahora, el grupo abrirá los libros a los inversores con el objetivo de poder cerrar la operación antes de finalizar el primer semestre. En la actualidad, varios fondos de infraestructuras extranjeros analizan de cerca a los grupos españoles con una buena cartera de proyectos en el exterior. Entre ellos, destaca el canadiense Brookfield.
Entre los fondos europeos más dinámicos figuran Rreef, gestionado por Deutsche Bank, el británico KKR, Meridian (Críédit Agricole) o el fondo de infraestructuras de Morgan Stanley. En el mercado apuntan que el impacto de la reforma financiera sobre Caja Madrid podría forzar a la entidad a desprenderse de parte de su cartera industrial, incluida Globalvía.