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Autor Tema: Ruiz Mateos rescata los fantasmas judiciales: "La campaña que estoy sufriendo es  (Leído 248 veces)

Eguzki

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TRAS LOS EMBARGOS PREVENTIVOS DE LA SEGURIDAD SOCIAL Y DE VARIOS BANCOS.
Josíé Marí­a Ruiz Mateos está a punto de cumplir 80 años. Esta cita con el calendario no le ha impedido reaccionar de manera eníérgica ante la situación que atraviesa Nueva Rumasa y el eco que sus problemas de pago con los acreedores están adquiriendo en las últimas fechas. Ante esta situación, el empresario jerezano no dudó ayer en salir al paso para presentarse como “objeto de calumnias, falsedades, cretinadas e imbecilidades”, que no hacen más que extender una impresión inexacta, de medias verdades, sobre la situación financiera de su grupo de empresas.

 

El refundador de Nueva Rumasa ha recurrido a los viejos fantasmas de la intervención de su grupo para recordar que a estas alturas todaví­a no ha sido juzgado, como asegura que una vez le dijo el fiscal jefe de la Audiencia Nacional. Por ello, ¨en tanto esto no se produzca, todo cuanto se diga de Rumasa y de mi persona es completamente falso. Quiero que todos los españoles sepan que, si para conseguir ser juzgado, despuíés de 28 años, hace falta ingresar en la cárcel estoy dispuesto a ello esta misma tarde, a pesar de que tengo 80 años¨.

 

Precisamente, la proximidad con la fecha del aniversario número 28 de la intervención de Nueva Rumasa, el próximo 23 de febrero, ha dado pie a Ruiz Mateos para lamentarse públicamente de ¨la campaña que estoy sufriendo¨, a la que califica de ¨inexplicable, miserable y canallesca¨. De nuevo, recurre a su doble condición de empresario, ¨toda mi vida me he dedicado a crear empleo. He dado y doy, miles de puestos de trabajo¨ y de ví­ctima, pues ¨despuíés de estos 28 años, el Estado sigue sin pagar los 18.000 millones de euros correspondientes a la indemnización de Rumasa¨.

 

Estas declaraciones de Ruiz Mateos son una reacción directa a las palabras pronunciadas ayer miíércoles por el director general de Tesorerí­a de la Seguridad Social, Javier Aibar, que explicó la decisión de la Administración de proceder al embargo preventivo de bienes propiedad de sociedades de la familia. Esta actuación se debe a los retrasos acumulados por parte de las empresas del grupo en el pago de las cuotas y los reiterados incumplimientos en los plazos, a pesar de las muchas oportunidades concedidas, para regularizar su situación.

 

Los embargos preventivos están vinculados a una quincena de fincas propiedad de Clesa, una de las empresas lí­deres de Nueva Rumasa. Esta actuación previsora de la Seguridad Social se ha conocido por las acciones judiciales iniciadas por Royal Bank of Scotland (RBS), uno de sus acreedores, que reclama el cobro de 37 millones, recurso que tambiíén han iniciado otras entidades financieras y proveedores para reclamar deudas pendientes con distintas empresas (Duhl, Cacaolat…). En total, las solicitudes de embargo pendientes de resolución judicial ascienden a 76 millones.

 

Según la familia Ruiz Mateos, estas iniciativas son desproporcionadas, sobre todo si se tiene en cuenta que Nueva Rumasa espera cerrar el ejercicio de 2010 con una facturación global de casi 1.500 millones de euros. Como motor del grupo, cerca de 1.000 millones corresponderí­an con la división de alimentación que abanderan Dhul y Clesa, mientras que el resto se reparten entre otras actividades, como la venta y alquiler de terrenos, las empresas de distribución, el negocio de bodegas y bebidas, y la explotación de hoteles turí­sticos.

 

La operativa de Nueva Rumasa

 

Por otro lado, la deuda global de las empresas del grupo, que aglutina a más de 60 sociedades, alcanza los 737 millones. Estos críéditos, algunos hipotecarios, como los vinculados a las fábricas, suelen tener su origen en las compañí­as antes de ser adquiridas por la familia Ruiz Mateos. Precisamente, parte de la operativa de Nueva Rumasa en sus compras, como en Clesa, pasa por asumir las deudas. En otros casos, como el de Kraft en Mahón, el vendedor se desprende de sus activos por un precio simbólico a cambio de ahorrarse los costes en que incurrirí­a si decidiera cerrar.

 

A partir de aquí­, la estrategia de Nueva Rumasa responde siempre al mismo patrón: explotar las economí­as de escala que ofrece la integración de compañí­as vinculadas al mismo sector industrial y, al tiempo, renegociar nuevas condiciones de pago más ventajosas con acreedores y proveedores. De esta manera, la familia Ruiz Mateos trata de obtener mejores márgenes de producción y por otro lado lograr una estructura financiera más cómoda, de manera que la ampliación de plazos de pago liberen recursos de tesorerí­a para financiar el funcionamiento del grupo.

 

El impacto de la crisis, tanto en ventas como en la relación con acreedores y proveedores, ha tensionado la situación del grupo. Precisamente, la emisión de pagaríés por parte de Nueva Rumasa para financiar su supuesto plan de expansión, que incluí­a hasta la puja por la compra de Sos Cuíétara, no era más que un recurso para financiar el circulante de la compañí­a. Para lograr este objetivo, las emisiones iban dirigidas a inversores particulares y ofrecí­an altas rentabilidad, entre el 7-10%, siempre a corto plazo (un año), avaladas a su vez por activos del grupo.

 

La publicidad de estas emisiones a particulares como alternativa a la financiación mayorista, cuestionada por la CNMV, y el recuerdo de lo ocurrido con la Rumasa original han hecho que todas las actuaciones de la familia Ruiz Mateos hayan sido escrutadas particularmente durante los últimos meses, en los que se han sucedido episodios puntuales con proveedores y empleados. Ahora, la aparición de la Seguridad Social reconociendo los embargos preventivos por los retrasos acumulados en el pago de las cuotas ha abierto una nueva espita. Aunque esta vez habla la Administración.