Una operación valorada en 7.500 millones de euros y pactada, cerrada a cal y canto ante cualquier tipo de filtración, salvo para la cotización en bolsa de Cepsa. La petrolera llevaba dos semanas disparada, con alzas superiores al 20%, hasta que la CNMV suspendió de oficio su cotización para pedir explicaciones. Y las obtuvo. El fondo IPIC -que forma parte del entramado de inversión que tiene Abu Dhabi- anunciaba una OPA sobre la petrolera a 28 euros por acción, con una prima del 22% y un compromiso de venta bajo el brazo con la francesa Total, que controla el 48% del capital.
La compra, cocinada durante las últimas semanas, vio la luz el miíércoles para desconcierto tanto de sus rivales como del equipo directivo actual de Cepsa. "No sabíamos absolutamente nada. Nos hemos enterado de la operación a travíés de la prensa y por el hecho relevante enviado a la CNMV. Hemos sido un sujeto pasivo en todo esto. Se firmó el martes y el Gobierno fue informado tambiíén poco despuíés", aseguran a Cotizalia fuentes de la petrolera. El fondo soberano árabe, que se ha hecho con el 92% del capital y lanzará una OPA sobre el 100%, preve excluirla de cotización.
IPIC ha transmitido su intención de mantener la españolidad de Cepsa y su actual equipo directivo. "Las relaciones de Abu Dhabi con España son muy buenas. Tienen un proyecto ambicioso para la compañía, pero desde España", apuntaban estas fuentes. De hecho, los contactos son recurrentes y fluidas entre las monarquías los emiratos y el Rey Juan Carlos, que recientemente departió con su alteza real Khadem Al Qubasi, consejero en Cepsa por IPIC, así como con Santiago Bergareche, presidente de la petrolera española.
Cepsa cuenta con una capacidad de refino de 500.000 barriles diarios, 55.000 de hidrocarburos y 1.750 estaciones de servicio repartidas por toda la geografía ibíérica, además de una importante presencia en la distribución del gas y electricidad en España y Portugal. Antes de dos semanas, la petrolera prevíé convocar un consejo de administración antes del 1 de marzo en el que se consumará la salida de los representantes de Total, entre ellos, el consejero delegado Dominique de Riberolles. Tambiíén se apunta que Bergareche, presidente no ejecutivo, presentará su renuncia entonces, días despuíés de hacer lo mismo en Gamesa, aunquen permanecerá en Ferrovial y Vocento.
No obstante, el secretismo de la operación y la condición de inversor financiero que mantenía IPIC en Cepsa provocó temporalmente el sobresalto en los cuarteles generales de Repsol, su principal rival en el refino y comercialización del crudo, ante las consecuencias del movimiento del gigante francíés. Antonio Brufau, presidente del grupo participado por Sacyr y La Caixa, contactó con sus primeros espadas para estudiar las consecuencias de una operación no esperada por parte de Total, según fuentes del mercado, aunque otras voces próximas al grupo señalaron que la jornada se vivió con normalidad "y desde lejos" pese al desconcierto inicial.
Para los franceses, oficialmente, el final de la aventura en Cepsa se produce por su estrategia de salida del negocio del refino en Europa Occidental, según justificó la compañía, cuyos portavoces desmintieron su potencial interíés en Repsol al no encajar en ese camino. No obstante, el descubrimiento de los grandes campos submarinos de crudo en Brasil y la alianza de la española con Sinopec en aquel país habrían despertado el interíés de Total en el grupo español, según algunos analistas. Repsol, que recientemente ha vivido la salida de uno de sus accionistas, tambiíén podría verse afectada por el proceso de alianzas en el sector como la que han firmado estos días la italiana Eni y la rusa Gazprom, o el que han estado a punto de alcanzar la brasileña Petrobras y la lusa Galp.
De esta manera, Total desinvierte en Cepsa despuíés de librar una enfrentamiento con Banco Santander desde 2004 por el control del grupo, que acabó en los tribunales con la derrota del banco y el pago de una multa multimillonaria por romper el pacto parasocial que mantenían en el accionariado. Aquella guerra terminó, precisamente, por la entrada en escena del fondo IPIC, que compró la participación del 30% del banco que preside Emilio Botín a 33 euros por acción hace tan solo dos años, un 17% por encima de lo que ha logrado el grupo galo. Se embolsará 3.600 millones por su 48% y mantendrá además una alianza comercial con IPIC en el negocio de exploración y producción, especialmente, para el desarrollo de yacimientos de gas y crudo.