Israel tiene asegurado un siglo de autosuficiencia energíética con su último hallazgo, el Leviatán, la mayor reserva marítima de gas encontrada en el mundo en la última díécada, según el experto israelí Yacob Gilboa.
El Leviatán, a unos 130 kilómetros de la ciudad de Haifa (en el noroeste del país), podría empezar a producir gas dentro de unos cinco años, explicó en un encuentro con periodistas Gilboa, profesor de geología en la Universidad Hebrea de Jerusalíén y miembro del equipo de Avner Oil&Gas, una de las empresas involucradas en el descubrimiento.
Las concesionarias de la explotación, la estadounidense Nobel y las israelíes Avner y Perforaciones Delec, aseguran que el campo tiene unos 450.000 millones de metros cúbicos de gas y que, además, podría esconder petróleo bajo la bolsa de gas, a unos 1.700 metros de profundidad.
Sumado a los 225.000 millones de metros cúbicos de gas del cercano yacimiento de Tamar, que empezará a producir el próximo 2013, el nuevo yacimiento garantiza la autosuficiencia energíética para los próximos cien años a Israel, que podría incluso convertirse en exportador de gas.
Gilboa explica que, teniendo en cuenta la cantidad de petróleo y gas que hay en otros países de Oriente Próximo y el Golfo Píérsico, es de esperar que haya más yacimientos en Israel.
Sin embargo, advierte que la nueva legislación que planea el Gobierno, que aumentará los impuestos sobre los beneficios de las petroleras de un 12,5 a un 16 por ciento y que fue aprobada hoy por el Comitíé Ministerial de Legislación, podría limitar el desarrollo y búsqueda de nuevos campos, dañando la capacidad de autosuficiencia energíética israelí.
“Hasta ahora más del 40 por cien de los ingresos de las petroleras se pagaban al Gobierno en impuestos, pero con este cambio podrán superar el 60 por cienâ€, explica Gilboa.
Esta medida, advierte, “puede desanimar a las empresas que buscan petróleo y gas†que a partir de ahora “se pensarán dos veces†si trabajar en el país.
“Hay que tener en cuenta que en Israel se han perforado más de 450 pozos secos y que el Gobierno no devuelve nada de esa inversiónâ€, apunta, y añade que “alguien tiene que pagar las actividades petrolíferas y no va a ser el Estado quien lo hagaâ€.
Recuerda, además, que “ya es bastante difícil conseguir que la tecnología y las empresas vengan aquí. Ninguna de las grandes lo hace para no arriesgar los intereses que tienen en los países árabes†que podrían rechazar a multinacionales que trabajen tambiíén en Israel.