Un rayo de luz se adivina en el horizonte del sector de la construcción. Es todavía tenue y, sobre todo, difuso, pero el ‘ladrillo’ se agarra a íél como a un clavo ardiendo para encontrar señales positivas. El consumo de cemento -un indicador clave para entender la coyuntura del sector de la construcción- ha vuelto a crecer en España en enero. El aumento es irrelevante –apenas un 0,3% respecto del mismo mes del año anterior-, pero lo más importante es que se trata de la primera tasa positiva desde los últimos meses del año 2006, que marcan un antes y un despuíés de la crisis de la construcción.
El incremento es, incluso, algo superior, un 0,5% interanual, si se corrigen las cifras de variaciones estacionales y de calendario, y pone de relieve una incipiente mejora que no significa necesariamente que estíé a la vista el renacer del sector de la construcción. Al contrario, todos los indicadores -licitación oficial, visados de viviendas o empleo- reflejan que aún faltan al menos dos años para que se produzcan una recuperación mínimamente significativa.
Hoy por hoy, sin embargo, y según datos de Oficemen, la patronal del sector cementero, el primer mes del año 2011 se cerró con un consumo aparente de cemento equivalente a 1,5 millones de toneladas. La cifra, como se ha dicho, es ligeramente superior a la del mismo mes del anterior, pero como recuerda Oficemen, “nos remonta a niveles de consumo de 1988â€. Es decir, que pese al ligero repunte, hoy se consume en España el mismo cemento que hace casi 23 años, lo que pone de relieve la intensidad del ajuste en el sector.
Para hacerse una idea de lo que significa ese 0,3% de crecimiento hay que tener en cuenta que en 2010 la caída del consumo de cemento fue del -15,4%, pero que es que en 2009 el retroceso fue del -32,4%, superior incluso al -23,8% registrado en 2008. Como se ve, un desplome que ahora se ha frenado. Al menos en enero.
La patronal del cemento lo achaca a razones temporales. Y, en concreto, a las malas condiciones climatológicas de comienzos de 2010, que por entonces paralizó muchas obras. Este año 2011, el clima ha sido más benigno, y eso ha permitido mayor actividad en los tajos. Aún así, 1,5 millones de toneladas de consumo de cemento representan apenas la tercera parte de las 4,6 millones que se llegaron a consumir (medias mensuales) en los años 2006 y 2007. Es decir, durante los años en los que en España se construían tantas viviendas como en Alemania o Francia juntas,
Dependencia del 'ladrillo'
La dependencia de la economía española del 'ladrillo' ha sido tan acusada que incluso en un año de crisis como fue 2009, el consumo en tíérminos per cápita fue equivalente a 630 kilos de cemento por habitante, que es el mayor consumo en estos tíérminos en Europa, salvo en dos países escasamente representativos por su dimensión, como son Chipre y Luxemburgo. El consumo en Italia, según datos de Oficemen, que es el referente comparable con España, fue de 599 kg/per cápita; Francia estaría en torno a los 325 kg. y Alemania con una ratio algo menor en 310 kilos por habitante.
La incipiente recuperación de enero tiene tambiíén que ver con la proximidad de las elecciones municipales y autonómicas, que han acelerado muchas obras públicas con el objetivo de que estíén acabadas antes del 22 de mayo. Se trata, por lo tanto, de un fenómeno de mera anticipación del consumo, lo que significa que pasado el periodo electoral, la actividad volverá a caer.
Hay que tener en cuenta que a importancia de la obra civil en el consumo de cemento es cada vez mayor ante el desplome en la construcción de viviendas. En 2009, último año con cifras oficiales, el 60% del consumo se destinó a obra civil frente al 40% dirigido a edificación (vivienda y edificación residencial conjuntamente). Sólo en vivienda se consumió en 2009 el 22% del cemento, mientras que en edificación no residencial fue el 18% del total. En el caso de la obra civil, el reparto está bastante segmentado exceptuando el caso de las carreteras y viales que suponen el 44% del consumo de obra civil y en urbanizaciones, plazas y parques que supone el 21%.
El despegue del ‘ladrillo’, en cualquier caso, está todavía lejano. El indicador de producción de la construcción refleja aún una caída del 27,5%, y que llega al 38,6% en el caso de la obra civil. En cuanto a la edificación residencial, muestra que en 2010 se terminaron 21.600 viviendas al mes (259.200 al año), muy lejos de 53.500 mensuales que se terminaron en 2007 (642.000 al año), según datos del Ministerio de Fomento.
El número de viviendas terminadas en 2010 puede parecer elevado habida cuenta del desplome del sector, pero hay que tener en cuenta que muchas se iniciaron al comienzo de la crisis, y sus promotores no han tenido más remedio que culminarlas aunque no tuvieran comprador, lo que en última instancia ha ayudado a engordar el stock de viviendas vacías.
El mejor indicador es, por lo tanto, el número de viviendas iniciadas, y los datos oficiales reflejan que en 2010 comenzaron a construirse 91.521 pisos, una cantidad ínfima si se compara con las 760.179 viviendas comenzadas en 2006.