El Ejíército libio de Muamar Gadafi afrontaba el jueves unas fuerzas rebeldes cada vez más organizadas y confiadas, que están apelando al apoyo internacional y aspiran a expandir sus íéxitos militares hacia el oeste, en dirección a Trípoli, informa la agencia de noticias Reuters.
El enfrentamiento entre los leales a Gadafi y los rebeldes que se han apoderado de parte de Libia se intensificó, mientras que el secretario general de la Liga írabe, Amr Musa, dijo que se estaba considerando un plan de paz para Libia ofrecido por el presidente venezolano, Hugo Chávez.
"Hemos sido informados sobre el plan de Chávez pero todavía está siendo considerado", dijo Musa a Reuters en una conversación telefónica. "Ayer consultamos a varios líderes", expresó Musa, pero no dio un plazo para una decisión final sobre el plan.
Cuando se le preguntó si Gadafi había aceptado el plan, Musa dijo: "No lo síé, ¿cómo voy a saber eso?". Cuando se le preguntó si se había comprometido con el plan de Chávez, Musa dijo: "No".
La cadena de noticias Al Yazira había informado previamente de que Gadafi y Musa habían acordado el plan de Chávez, que incluiría una comisión desde Amíérica Latina, Europa y Oriente Próximo tratando de negociar una solución entre el líder libio y las fuerzas rebeldes.
En el frente militar, los rebeldes libios repelieron una ofensiva aíérea y terrestre de las fuerzas de Gadafi mientras el desafiante líder advertía a las potencias extranjeras de "otro Vietnam" si intervenían en la revuelta popular de su país que pretende poner fin su gobierno de 41 años.
Los rebeldes, desde su bastión oriental de Bengasi, instaron a que Naciones Unidas llevara a cabo ataques aíéreos para detener las incursiones de mercenarios africanos que según dicen Gadafi usa contra su propio pueblo.
Los analistas advirtieron en contra de sacar conclusiones firmes sobre acontecimientos que se desarrollan rápidamente y en una situación de erráticas comunicaciones. "Debemos tener en cuenta que tanto el Gobierno como los rebeldes están intentando dar una imagen de fuerza", dijo Shashank Joshi, analista del United Services Institute de Reino Unido.
La insurrección, la más sangrienta contra los veteranos gobernantes de Oriente Próximo y el Norte de ífrica, está causando una crisis humanitaria, especialmente en la frontera tunecina donde decenas de miles de extranjeros están tratando de huir.
Disfrutando de la adulación de sus seguidores en Trípoli, Gadafi lanzó una diatriba contra los "mafiosos armados" que según dijo están detrás de la agitación, y que serían parte de una conspiración para colonizar a Libia y recapturar su petróleo.
"Vamos a entrar en una sangrienta guerra y miles y miles de libios van a morir si Estados Unidos o la OTAN entran", dijo Gadafi a seguidores en Trípoli en un encuentro televisado en directo. "Estamos dispuestos a entregar armas a un millón, dos millones o tres millones, y va a comenzar otro Vietnam", agregó.
Un vecino de Trípoli y opositor a Gadafi, que no quiso ser identificado, dijo a Reuters más tarde: "Gadafi va a resistir durante un tiempo. No va a ser fácil para una multitud desarmada enfrentarse a unas fuerzas armadas que están ansiosas por disparar contra su propio pueblo".