Metrovacesa ha decidido dar un golpe de efecto para desbloquear la refinanciación de su deuda, que lleva año y medio empantanada. Según fuentes de toda solvencia, la inmobiliaria ha aprobado recurrir a la Justicia británica para acogerse a una figura llamada scheme of arrangement, que permite sacar adelante la refinanciación con el apoyo del 75% de la masa acreedora. Actualmente, hay un 13% que se opone, compuesto por hedge funds 'buitres' que compraron deuda de la inmobiliaria con descuento.
La citada figura jurídica no existe en España, de ahí la 'huida' a Londres de la inmobiliaria que preside Vitalino Nafría. Se trata de una protección para operaciones bloqueadas, tutelada por un juez, que obliga a los acreedores díscolos a aceptar la refinanciación si la apoya el 50% de los acreedores y tres cuartas partes del críédito total. En nuestro país no es posible forzarlos a refinanciar si las condiciones del críédito sindicado exigen unanimidad para tomar este tipo de decisiones.
Con esta medida, Metrovacesa pretende evitar el riesgo de que "una pequeña parte de los acreedores que se niega a firmar pueda llevar a concurso a la compañía por un sindicado", según una de las fuentes consultadas. Un portavoz de la compañía negó que se haya presentado ya la demanda del scheme of arrangement.
Además, cuando una empresa se acoge a esta figura, goza de una protección parecida a la del famoso 'Capítulo 11' de EEUU, es decir, los acreedores no pueden ejecutar los activos que tienen como garantía de la operación de que se trate. Por otro lado, tampoco hay causa objetiva para ejecutar, puesto que Metrovacesa no ha incurrido en impago. Según las fuentes consultadas, este proceso tardará en resolverse 12 semanas como mucho.
La inmobiliaria puede acogerse a la Justicia británica porque el críédito sindicado se firmó bajo la legislación de ese país. "La mayoría de los grandes sindicados en los que intervenían bancos internacionales se hacían así, en primer lugar porque no hacía falta notario, y en segundo lugar porque es mucho más ágil y flexible que la legislación española", explica otra de las fuentes.
Otras empresas extranjeras se han acogido con anterioridad a esta figura para resolver procesos de financiación estancados. Entre ellas, compañías alemanas, nórdicas y La Seda de Barcelona.
Una refinanciación de 3.200 millones
El críédito sindicado asciende a 3.210 millones de euros, a los que hay que restar unos 500 de los bancos que son accionistas de la empresa. De los 2.710 restantes, el 13%, unos 350 millones, pertenecen a los acreedores que se oponen a la refinanciación. Se trata de 14 hedge funds que compraron con descuento la deuda perteneciente originalmente al Hypo Real Estate y que esta entidad vendió al fondo Cerberus en mayo del año pasado, que a su vez la revendió a este grupo de inversores especializados en empresas en reestructuración.
Según las fuentes, estos fondos pretenden conseguir una rentabilidad todavía mayor de la que han obtenido con el descuento al que entraron, y por eso se niegan a firmar la refinanciación. La deuda total de Metrovacesa, sumando el sindicado con los críéditos bilaterales con diferentes entidades, alcanza 5.900 millones, a pesar de que muchos de los acreedores canjearon parte de su deuda por acciones y se convirtieron en accionistas de la compañía.
Santander, Banesto, Caja Madrid, BBVA, Popular y Sabadell poseen el 65,5% del capital en pago del críédito que concedieron a la familia Sanahuja para lanzar una OPA sobre Metrovacesa. La Caixa, Caixa Catalunya y el Instituto Catalán de Finanzas acumulan otro 7% procedente de una OPA anterior. Barclays tambiíén ha ejecutado sus garantías y posee el 5,2%, y HSBC tiene todavía pignorado el 11%, 650 millones, de un críédito concedido justo antes del hundimiento de la empresa. El 11,5% es el free float.