El sector bancario no termina de salir del atolladero. Así lo refleja la media de firmas de análisis que hacen cobertura de las cinco entidades que cotizan en el Ibex 35.
La prueba de ello es que, tras las presentaciones de resultados, los expertos han recortado las previsiones de beneficio para 2011 respecto a las atribuidas a principios del año. De este modo, la banca mediana -Banco Popular, Pastor, Sabadell y Bankinter- ve reducido su resultado en un 9 por ciento de media; mientras que la gran banca -BBVA y Santander- acusa un descenso de un 6 por ciento.
Se trata de una caída generalizada en las estimaciones de beneficio para la banca española, que pone así fin a la etapa de optimismo que se había producido por la combinación de tres factores: los resultados con los que cerraron el año fiscal de 2010, el fin de la guerra entre bancos y cajas de ahorro para captar depósitos y la progresiva adaptación de las financieras a los criterios de Basilea III.
La mejora del negocio tradicional, a la que se suma el mayor margen que las entidades están captando con sus críéditos, se ve perjudicada por el fin de las provisiones geníéricas en 2011. Este tipo de provisiones son el colchón en el que las entidades financieras guardan una determinada cantidad de dinero para haes el salvoconducto que ha hecho que la banca comercial española tenga una de las mejores tarjetas de presentación en los últimos años. cer frente a íépocas de vacas flacas, y
Existen, además, las provisiones específicas que cubren aspectos bien concretos, como por ejemplo los críéditos dudosos. Hasta ahora, para cubrir estos supuestos, en muchos casos críéditos a promotores inmobiliarios, los bancos lo han hecho mediante provisiones geníéricas. Tan sólo había que traspasar las cantidades de un colchón a otro, como si de vasos comunicantes se tratase.
Una práctica que según Nuria ílvarez, analista de Renta 4, podría llegar a su fin puesto que "el nivel de provisiones geníéricas de los bancos se acerca al margen mínimo exigido por ley". Esta circunstancia podría reflejar negativamente en los resultados que las entidades financieras presenten al finalizar el año.
El motivo, tal y como explica la experta, es que "el aumento del nivel de mora obligará a los bancos a tener que aumentar la cantidad de recursos dotados a provisiones específicas" y esta vez, no podrán sacarlos del colchón. Lo que se traduce en que "se descontará de los beneficios netos que se presume que obtengan en 2011".
Las cifras concretas
Más allá de las especulaciones, los datos hablan por sí solos. í‰stos revelan que las geníéricas se reducen en un momento en el que junto al aumento de la mora, se prevíé una subida de los tipos de interíés. En esta coyuntura, el Santander estima que los 768 millones de euros que tiene destinados a provisiones geníéricas para su negocio en España le durarán hasta el primer semestre de 2011. No se conoce cúando se acabarán los 800 millones que le quedan al BBVA.
Si se analizan minuciosamente los datos, observamos que el principal perjudicado en cuanto al recorte de beneficios es el Banco Popular (ver más información en el apoyo). Si a comienzos de año la media de bancos de inversión estimaba un beneficio neto de 600 millones de euros, ahora se reduce hasta los 522 millones, lo que supone un recorte del 13 por ciento. El que sale más airoso, aunque igualmente afectado, es el Santander. La previsión para la entidad presidida por Emilio Botín baja en un 5,7 por ciento, hasta los 9.290 millones de euros, desde los 9.849 millones que los expertos estimaban a comienzos de año.
Otras entidades que han informado de la cuantía que tienen destinada a tal concepto y cuándo estiman que lo agotarán son: Banco Pastor, Popular y Banesto. En el caso del Pastor, destina un total de 113 millones de euros, mientras que el Popular dedica 328,9 millones; por su parte, Banesto cuenta con 190 millones.
En los dos primeros se aventuran a prever que dichas cantidades les durarán un año, para el Popular y dos años en el caso del Pastor.
El consenso de mercado recogido por FactSet le otorga a Bankinter, Popular y Sabadell un consejo de venta. Es decir, que recomiendan deshacer posiciones al considerar que la tendencia futura de sus respectivas rentabilidades será peor que la que se espera que arroje el mercado.
Por su parte, BBVA, Banesto y Santander cuentan con una recomendación de mantener.
