Los ministros de Economía de la UE no lograron ayer ponerse de acuerdo sobre la financiación de los fondos de rescate para la zona euro y, en particular, sobre la contribución en metálico de cada uno de ellos y el correspondiente incremento del díéficit. La factura para España podría oscilar entre 5.000 y 8.000 millones de euros.
Los ministros de Economía y Finanzas de la UE mantuvieron ayer en Bruselas la primera de las maratonianas jornadas que tienen por delante para dar forma legal al acuerdo político sobre los fondos de rescate alcanzado el pasado viernes por los líderes del club.
Como era previsible, la cita de ayer no bastó para resolver los detalles tíécnicos sobre el funcionamiento y financiación del fondo provisional, Facilidad Europea de Estabilidad Financiera (FEEF), operativo hasta 2013, ni sobre el permanente, Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE).
Las discusiones encallaron, entre otras cosas, en el reparto de las contribuciones a esas dos cajas comunes. El reforzamiento del FEEF se hará con toda probabilidad en base a avales, que solo computan como deuda. Pero la del fondo permanente (el MEDE) resulta mucho más políémica porque requerirá aportaciones millonarias en metálico con un previsible impacto en el díéficit de cada país contribuyente.
Aunque la negociación no está cerrada, fuentes diplomáticas indicaron que los cálculos apuntan a que al menos una quinta parte de los 500.000 millones de euros del fondo sea en dinero contante y sonante. Para España, esa solución supondría una factura de hasta 8.000 millones de euros, porque el reparto se haría en base al porcentaje de cada país en el capital del Banco Central Europeo (8,3% en el caso español).
La cuantía podría reducirse, hasta unos 5.000 millones, si la aportación en metálico se rebaja de 100.000 a 80.000 millones de euros, como defienden algunos ministros. Y tambiíén se reduciría si los países de la UE que mantienen sus propias divisas confirman su disposición a colaborar en la financiación del fondo.
Pero a juzgar por la reunión de ayer, la factura tambiíén puede incrementarse, porque los países con economías más pequeñas (como Eslovaquia o Estonia) reclaman una reducción en su cuota.
Al tíérmino de la reunión, el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, reconoció que las divergencias entre los países, "aunque pequeñas", obligaban a convocar una nueva reunión el próximo 21 de marzo. Se mantiene el objetivo de cerrar el acuerdo en la cumbre europea del 24 de este mes.
Cumbre empresarial en Moncloa
El presidente del Gobierno, Josíé Luis Rodríguez Zapatero, volvió ayer a citar a las grandes empresas españolas a una reunión en el Palacio de la Moncloa que se celebrará el 26 de marzo, tras el Consejo Europeo que aprobará en Bruselas el denominado "Pacto del Euro" o de competitividad.
El objetivo del encuentro con los principales empresarios del país, según avanzó el Ejecutivo, es analizar las repercusiones que tendrá el citado pacto europeo en el calendario de reformas y, en concreto, las "iniciativas sobre el empleo".
En esta ocasión, son 44 las empresas invitadas a la reunión, frente a las 39 de la cita del pasado 27 de noviembre, además de la patronal CEOE, que no participó en aquella ocasión.
Las cinco compañías que el Gobierno ha añadido a la lista de convocados son Amadeus Global Travel, Arcelor Mittal, Acerinox, Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) y Enagás. En noviembre, solo faltaron a la reunión los representantes de Mercadona y Cepsa, que han vuelto a ser invitados. En aquella ocasión, Zapatero no invitó a ningún representante de la CEOE, que estaba liderada por Gerardo Díaz-Ferrán, a la espera de su relevo. Para esta cita, se ha citado al nuevo presidente, Juan Rosell, pero se ha vuelto a dejar fuera a la patronal de las pequeñas empresas, Cepyme.
La cifra
52.000 millones de euros aporta España en avales al fondo de rescate. Esa cifra aumentará hasta un 75% para reforzar la capacidad del fondo.