NECESITA 483 MILLONES EN MENOS DE UNA SEMANA.
Despuíés de una interminable lista de intentos fallidos de fusión, Braulio Medel, presidente de Unicaja, ha encontrado por fin alguien dispuesto a aceptar sus exigencias en cuanto reparto de poder: Caja España Duero. Acuciada por la necesidad de 483 millones para cumplir los requisitos de capital del Gobierno dentro de una semana, la entidad castellano-leonesa no ha tenido más remedio que plegarse a los deseos del malagueño, que controlará el 66% del nuevo banco al que díé lugar el SIP que formarán las dos entidades, frente al 33% de su compañera de viaje.
Esta distribución resulta sorprendente si tenemos en cuenta que Unicaja tiene un balance de 35.000 millones mientras que Caja España-Duero alcanza los 46.000. Y sólo se explica por las urgencias de esta última para alcanzar el 10% de core capital exigido por el Gobierno antes de la fecha tope del próximo lunes, y evitar así su nacionalización. Unicaja es su tabla de salvación -cuenta con un capital básico del 13,1%- y, además, había quedado en una posición de total dominio despuíés de que Mare Nostrum rompiera las negociaciones con la castellano-leonesa la semana pasada.
Es cierto que en otros SIP, el porcentaje mayoritario no corresponde a la entidad más grande, sino a la más solvente. El ejemplo más claro es el de Cajastur y CAM, donde la que era la cuarta caja de España se quedó por debajo de una entidad mucho más pequeña. Pero en el caso de Unicaja y Caja España se alcanza el mayor desequilibrio hasta la fecha.
Fuentes cercanas a la negociación aseguran que "el reparto no está cerrado del todo y puede variar finalmente, aunque no irá más allá del 60/40". Por otro lado, las urgencias de Caja España-Duero se derivan de su condición de no cotizada, puesto que tiene un ratio de capital del 8,2%, mejor que el del mismísimo Banco Santander (8,1%).
En todo caso, la situación creada por el Real Decreto-Ley de recapitalización ha permitido que Medel por fin consiga compañero de viaje despuíés de todos los intentos anteriores, malogrados por sus exageradas demandas de cuota de poder. Fue el caso de CajaSur, donde su postura impidió una fusión que, a la postre, habría sido más barata para el erario público y más rápida que la intervención y posterior subasta de la entidad cordobesa.
Medel tampoco logró el acuerdo soñado por la Junta de Andalucía, Unicaja-Cajasol, entre otras cosas porque no se puede ni ver con el presidente de esta última, Antonio Pulido. Fracasó tambiíén en su acercamiento a Ibercaja, una entidad que puede hablar de tú a tú a la malagueña en cuanto a tamaño y solvencia, y que no estaba dispuesta a cederle el poder. Hasta lo ha llegado a intentar con NovaCaixaGalicia, urgido por el Banco de España a participar en la salvación del sector, pero lo de las cajas gallegas era una misión imposible.
Sin Mare Nostrum, Caja España quedaba a los pies de los caballos
Incluso ha estado a punto de malograrse la fusión anunciada ayer. Como adelantó El Confidencial el 2 de marzo, las negociaciones entre Unicaja y Caja España-Duero se rompieron a finales de febrero por la exigencia de Medel de poner la sede social en Málaga. Entonces, la castellano-leonesa buscó como plan B una operación con Mare Nostrum (SIP de las cajas de Murcia, Granada, Sa Nostra y Penedí¨s), que no fructificó porque este último se convención de que estaba siendo utilizado para lograr vencer las resistencias de Unicaja.
Sin más opciones y sin más tiempo para buscarlas (pese a que desde León aseguraban que tenían varias abiertas), a la entidad que preside Evaristo del Campo no le ha quedado más remedio que decir amíén a las condiciones de Medel, incluyendo el establecimiento de la sede social en Málaga. La sede operativa todavía está en discusión, y algunas fuentes señalan que es posible que, de momento, no se unifique.
Y como a la fuerza ahorcan, hasta los políticos han dejado de lado sus reticencias y se vuelcan ahora con la fusión. "Algo habrá hecho bien nuestra caja cuando la que se considera la más solvente de España se ha fijado en ella para una integración", dijo ayer el Presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera.