Los mercados tienen puesto el foco en Portugal. El Parlamento luso vota el miíércoles un plan de austeridad, pero si el Gobierno, con minoría, no logra sacarlo puede suponer la chispa que encienda los planes de rescate.
El Gobierno de Portugal necesita aprobar ese plan para saciar y calmar a los mercados y a los organismos internacionales. De hecho, cuando se anunciaron las medidas el pasado 11 de marzo fue bien recibido por Bruselas y por el Banco Central Europeo.
El programa de austeridad recoge entre otras medidas un recorte del 5% de las pensiones superiores a 1.500 euros, la congelación salarial de los funcionarios y una reducción de costes en la sanidad y en la educación. Se trata del cuarto plan de ajustes en los últimos doce meses y busca lograr un recorte adicional del 0,8% del PIB, para cumplir con el objetivo de díéficit de 2011 situado en el 4,6%.
Sin embargo, lo más probable es que el partido del socialista Josíé Sócrates se quede solo en la votación del plan. De momento, todos los partidos de la oposición han mostrado su negativa a las nuevas medidas de ajuste.
Este fracaso puede tener consecuencias políticas como la convocatoria de elecciones anticipadas (una hipótesis que va cobrando fuerza), pero, sobre todo, puede abocar a la economía lusa al rescate.
Ayer lo admitía el ministro de Finanzas portuguíés, Fernando Teixeira dos Santos: "Si se produce una crisis política en este momento, esto va a crear grandes dificultades al país para acceder a los mercados financieros y creo que eso pondrá en riesgo nuestra financiación".
E incluso Teixeira fue más allá y admitió que "en estos momentos la crisis política contribuye a empujar al país solicitar ayuda exterior", ha añadido.
Por su parte, la Comisión Europea insistió ayer en que corresponde a las autoridades portuguesas evaluar hasta quíé punto es sostenible el precio actual de la financiación de su deuda para tomar la decisión de solicitar la asistencia financiera de sus socios europeos.
"Una demanda de asistencia es una decisión que debe ser tomada por Portugal. No nos corresponde a nosotros", aseveró hoy el portavoz comunitario de Asuntos Económicos y Monetarios, Amadeu Altafaj.
La prima de riesgo portuguesa se sitúa en estos momentos en los 423 puntos básicos. Es cierto, que está por debajo que hace una semana (cuando llegó a los 440 puntos), pero tambiíén que ha ido aumentando en las últimas horas. Si ayer por la mañana la prima de riesgo exigida por los inversores para comprar deuda portuguesa a diez años caía por debajo de los 400 puntos, ahora ya supera los 423.
Esta semana confluyen dos acontecimientos que podrían elevar el riesgo país de Portugal. Por un lado, el posible fracaso en la votación del plan de ajuste, ya mencionado. Y, por otro, que la cumbre que celebra la UE los próximos 24 y 25 marzo y el denominado Pacto del Euro acaben decepcionando a los mercados.
