Cajastur y la Caja del Mediterráneo (CAM) han roto su alianza. Según publica el diario La Nueva España, su matrimonio de conveniencia está prácticamente roto.
La CAM habría iniciado ya la búsqueda de nuevos socios que evite su intervención por parte del Banco de España, mientras que la caja asturiana está preparando una asamblea en la que propondrá a sus delegados votar en contra de ratificar la fusión fría con la entidad alicantina.
Según el diario asturiano, "Cajastur considera que las cuentas de la CAM son mucho peores de las que conocieron antes de dar el paso de constituir el SIP, con una mora reconocida que ya alcanza el 8,7%. Para la entidad asturiana, lo que ha aflorado al cabo de los meses en los balances de la CAM no sólo resulta un lastre insoportable para el resto de cajas aliadas en esta fusión, sino que sería una irresponsabilidad en estos momentos plantear a sus asambleas seguir adelante, puesto que asumir unos balances como los que presenta la entidad alicantina supondría poner en peligro la propia estabilidad de la entidad del Principado, de Caja Cantabria y de Extremadura".
La CAM y Cajastur formaron junto a las cajas de Cantabria y Extremadura una fusión fría (SIP) denominada Banco Base. Además, detrás de la ruptura se encuentran tambiíén las luchas por el reparto del poder.
El diario señala que la CAM nunca se ha sentido cómoda con la alianza y destaca las discusiones desde el primer momento por los plenos poderes que exigía el presidente de Cajastur, Manuel Meníéndez, al considerar que no tenía "suficiente bagaje para liderar el SIP".