Crisis de deuda soberana, revueltas en Oriente Medio, terremoto y crisis nuclear en Japón no han podido con las bolsas europeas, que siguen ofreciendo buenas oportunidades ya que los precios de las acciones siguen siendo baratos y atractivos frente a otro tipo de activos y respecto a la renta variable de otras regiones, como los emergentes. Los acontecimientos globales generarán cierta volatilidad en el corto plazo, pero eso no debe echar atrás a los inversores.
Muchos analistas e inversores se sorprendieron la semana pasada por la fortaleza que demostró la bolsa española pese a la que está cayendo en el mundo. Y no fue la única: los principales índices europeos cerraron con ganancias, superiores al 6% en el caso del Dax o cercanas al 4%, en el del Ibex. El Eurostoxx 50 sumó un 4,6%.
Los últimos acontecimientos que han acaparado la atención de los mercados no han cambiado los fundamentales en los que se apoya las bolsas de Europa para subir, según destaca Chris Taylor, responsable de Renta Variable para esta región de Schroders. La valoración de las empresas europeas está baja, de hecho, se encuentra en niveles que no se veían desde hace treinta años y las perspectivas de crecimiento y de beneficios de las compañías son positivas, por lo que “es un buen momento para comprar accionesâ€, comenta
La oportunidad que ofrece la renta variable tambiíén se debe a que las empresas tienen liquidez tras los ajustes realizados durante la crisis y “se verá a lo largo del año un incremento de las operaciones de fusiones y adquisicionesâ€. Además, se espera que se mantenga la recuperación económica en la eurozona.
Según Taylor, desde que las bolsas mundiales empezaron a recuperarse hace un par de años, se ha producido una separación entre la evolución de los mercados emergentes y de Estados Unidos y los europeos. “Un gap que no está justificado y que creo que se reduciráâ€, comenta.
Hasta ahora los flujos de capital se habían dirigido a los países emergentes, que han tenido un crecimiento más fuerte que el de los países desarrollados, “pero el contexto ha cambiado†y desde finales del año pasado y, sobre todo, en lo que va de 2011 se ha apreciado un cambio de dirección y el dinero está volviendo a los mercados desarrollados.
Los eventos macroeconómicos y geopolíticos tienen un impacto limitado
Aunque es cierto que la crisis de deuda soberana en la eurozona seguirá estando presente a lo largo de todo 2011 –Taylor cree que no puede desaparecer de la noche a la mañana teniendo en cuenta los condicionante políticos de la UE-, lo que generará volatilidad, pero el rescate de Portugal está descontado y se aprecia cierto grado de confianza y tranquilidad en los mercados. Eso sí, pese al buen momento para Europa en general, Taylor comenta que Schroders sigue infraponderado para los países perifíéricos.
Por otro lado, la tragedia de Japón es un hecho aislado y con un impacto muy limitado para las empresas europeas, aunque las de algunos sectores más expuestos podrían resentirse a corto plazo.
Y respecto a Oriente Medio, Taylor explica que esperan que el precio del petróleo se estabilice ligeramente por encima de los 100 dólares y destaca que sobre el rally del crudo están influyendo más otros factores estructurales, como la fortaleza económica, y por tanto incremento de la demanda, de los países emergentes