Nuevo revíés para los cálculos del Gobierno. El Banco de España, en su informe mensual correspondiente a marzo, calcula una expansión del PIB del 0,8% este año y del 1,5% el que viene. Los datos distan de las estimaciones del Ejecutivo: un 1,3% para 2011 y un 2,5% para 2012. Así, España no cumpliría con el objetivo de díéficit público para ese periodo.
Sus cálculos están en línea con el consenso de analistas, sin embargo, distan de las estimaciones del Gobierno, que mantiene su previsión en el 1,3% para 2011 y del 2,5% para 2012.
Si no se cumpliese con las estimaciones de crecimiento oficiales, se pondría en tela de juicio el plan de ajuste del díéficit público del Ejecutivo, que calcula una reducción este año al 6% del producto interior bruto (PIB) y al 4,4% del PIB el año que viene, desde el 9,2% del año pasado. De hecho, el organismo prevíé que saldo de las Administraciones Públicas será un díéficit del 6,2% del PIB este año y del 5,2% el próximo.
El presidente del Gobierno ha señalado, en la sesión de control hoy en el Congreso de los Diputados, que "en el primer trimestre de este año vamos a crecer más que en el último trrimestre del año 2010". Entre octubre y diciembre de 2010, el PIB español se expandió un 0,2% intertrimestral y un 0,6%.
Para 2011 y 2012, el Banco de España tambiíén prevíé que "las condiciones financieras se endurezcan, en la medida en que los tipos de interíés del críédito bancario van a reflejar tanto el aumento esperado de los tipos de interíés interbancarios como el efecto sobre los márgenes asociado al encarecimiento de la financiación mayorista en el último año".
El instituto emisor asimismo destaca la "lenta mejoría" del mercado de trabajo, que espera que comience a crear empleo a partir de la segunda mitad de este año. Pese a ello, apunta el paro como el desequilibrio más persistente. "Todavía podría aumentar en 2011 y solo empezaría a reducirse levemente en 2012, en ausencia de medidas adicionales en el mercado de trabajo". En concreto, calcula un nivel de desempleo del 20,7% este año, que pasaría al 20,4% el ejercicio que viene.
Según el informe, la demanda de familias y empresas seguirá estando afectada por la "corrección de los desequilibrios acumulados" en la larga fase de expansión que precedió a la crisis y de los que han surgido como consecuencia de íésta.
Los precios se desinflarán
Otro de los asuntos que más preocupa en estos momentos es la espiral inflacionista. De hecho, hoy se ha conocido el dato adelantado del IPC de marzo, que marca una tasa interanual del 3,6%. Según los cálculos del Banco de España, este índice marcará una media anual del 2,9% en 2011, con una moderación a final de año. Para 2012, augura una variación del 1,5%.
Según el Banco de España, "algunos de los desequilibrios acumulados por la economía española se corregirían parcialmente en 2011 y 2012". En concreto, estima que el elevado peso que alcanzó la inversión en construcción y, en particular, en vivienda sobre el PIB en la etapa de expansión "seguiría moderándose y se situaría en unas ratios más comparables a las de otros países europeos".
Además, indica, el díéficit público se reducirá de manera sustancial y disminuirá la necesidad de financiación.
En conjunto, el organismo que dirige Miguel íngel Fernández-Ordóñez insta al Ejecutivo a seguir con su política de reformas. Así, señala que "la economía española se encuentra todavía inmersa en una situación difícil, que requiere, por un lado, el seguimiento de políticas ambiciosas y exigentes para corregir los desequilibrios fiscales y, por otro, avanzar en las reformas estructurales que favorezcan el crecimiento y en la reestructuración y recapitalización del sistema financiero"
Riesgos
Pese a la dinamización de la economía, el Banco de España pone el foco sobre algunos riesgos que pueden dar al traste con sus previsiones. En primer lugar, se refiere al encarecimiento de la energía. En segundo lugar, que el consumo privado sea más suave de lo esperado. En tercero, que los costes laborales sean mayores: "El incumplimiento de este supuesto no solo resultaría en una mayor persistencia de la inflación, sino que tambiíén acarrearía costes en tíérminos de producción y empleo".
Por último, otro peligro es la evolución de los mercados financieros y sus repercusiones sobre el coste y la disponibilidad de financiación de la economía. "No puede descartarse totalmente un recrudecimiento de la crisis de la deuda soberana, que podría afectar negativamente a la economía española; por otro lado, el cumplimiento de los compromisos adquiridos y el progreso en las reformas propuestas podrían aumentar la confianza de los inversores en España y conducir a una mejora de las condiciones de financiación y, en general, de las perspectivas de crecimiento", explica el informe.