Portugal sigue avanzando sin pausa hacia el punto de no retorno antes del rescate. La crisis política provocada la semana pasada tras la dimisión del primer ministro y la rebaja de rating hasta un escalón por encima del bono basura por parte de Standard & Poor's han disparado las ventas de deuda portuguesa y disparado la rentabilidad de los bonos en el mercado secundario.
Los títulos a 5 años han superado el 9% por primera vez desde que existe el euro. Por su parte, los bonos a diez años una rentabilidad del 7,8% y los de 2años han superado el 7,4% y se sitúan, prácticamente, en el mismo nivel que los que tienen vencimiento en 2021. La prima de riesgo del país roza los 470 puntos básicos tras siete jornadas ampliándose y ha superado los máximos de noviembre, cuando las tensiones del mercado como consecuencia de los problemas irlandeses se agudizaron y desembocaron en un rescate del país.
Esto coincide con las declaraciones de la líder brasileña Dilma Rousseff que dijo ayer que Brasil ayudará a Portugal. Brasil estudia la compra de deuda portugesa, explicó anoche Rousseff, igual que ya anunciara el pasado noviembre, cuando las tensiones por la crisis de la deuda soberana en Europa elevaron con fuerza los diferenciales de los países perifíéricos.
Portugal vive una peligrosa espiral: la rentabilidad de sus bonos lleva desbocada desde enero, lo que dificulta el acceso a la financiación y que pueda afrontar sus compromisos de deuda y esta dificultad para afrontar los vencimientos está contribuyendo a que se eleve el rendimiento de sus títulos.
La clave sobre el rescate a Portugal es si el Tesoro luso consigue el suficiente efectivo o si podría conseguir una línea de críédito para hacer frente a los vencimientos de deuda que tiene hasta junio, ya que entonces el nuevo gobierno tendría margen para negociar con la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional. De lo contrario, tendría que recurrir al Fondo de Estabilidad Financiera (EFSF), el órgano que dirige Klaus Regling.
El país debería conseguir casi 12.000 millones de euros entre abril y junio para cubrir vencimientos y cupones, según los cálculos de Barclays. Y los expertos señalan que aunque pueda hacer frente a sus obligaciones del mes que viene, probablemente no lo consiga en junio.
Ayer, la agencia de calificación Standard & Poor's rebajó en un escalón la nota de solvencia de la deuda pública de Portugal que se sitúa en 'BBB-/A-3' desde 'BBB/A-2', lo que coloca a los bonos portugueses al límite del 'bono basura' o grado especulativo, en lo que supone el segundo recorte de 'rating' de la deuda lusa en menos de una semana por parte de la calificadora de riesgos, que otorga a la nota lusa una perspectiva "negativa".
Las dudas sobre España se relajan
La prima de riesgo de España sigue relajándose, mientras que aumentan las presiones sobre la deuda portuguesa ante la desconfianza de los mercados sobre la capacidad de Lisboa para hacer frente a sus vencimientos de deuda de aquí al verano tras la crisis política que se abrió la semana pasada y debido a que desde comienzos de año sus bonos cotizan con una alta rentabilidad.
El diferencial entre el rendimiento del bono español a diez años y el alemán, de referencia en Europa para medir la prima de riesgo, se sitúa esta mañana en 186 puntos básicos tras cinco días contrayíéndose y se encuentra un 30% por debajo de los máximos marcados en enero, cuando las dudas sobre Portugal y el posible contagio a España hicieron que se disparase. El rendimiento del bono español está hoy en el 5,17%.
El diferencial se encuentra prácticamente en los mínimos de febrero, cuando cayó hasta 183 puntos básicos (ó 1,83 puntos porcentuales), pero todavía está muy por encima de los niveles de abril del año pasado, antes de que estallase la crisis de deuda soberana en Europa, cuando se encontraba en torno a los 70 puntos básicos.