Las entidades financieras acumulaban a final de 2010 críéditos de dudoso cobro de los hogares españoles por valor de 25.985 millones de euros, gran parte de los cuales están relacionados con el pago de hipotecas. El endeudamiento global de las familias en príéstamos alcanza los 901.000 millones.
La mala coyuntura económica que vive el país, con una tasa de paro instalada en el 20,1% de la población activa, está dejando como poso problemas para las familias en la atención de sus compromisos financieros. Según los últimos datos que maneja el Banco de España, los hogares habían acumulado a final del pasado ejercicio críéditos de "dudoso cobro" por valor de 25.985 millones de euros, el equivalente al 2,6% del PIB. Según la terminología de las entidades financieras, se trata de príéstamos en los que se ha detectado un impago puntual que no pasa de los tres meses de retraso. A partir de ese plazo se considera que el cliente ha entrado en mora y pasa a computar en un apartado especial en los balances de bancas y cajas de ahorro.
Del total de críéditos de dudoso cobro por las entidades financieras concedidos a los hogares, 16.151 millones (un 62,1%) corresponden a príéstamos, bien para compra de vivienda bien para rehabilitación de un inmueble. El resto, otros 9.834 millones de euros, está referenciado a príéstamos otorgados para el consumo tanto a corto plazo (6.990) como duradero (2.844).
Lo normal, según indica la Asociación Hipotecaria Española, es que cuando surgen problemas para atender los compromisos adquiridos lo último que se deja de pagar es la hipoteca. Por tanto, es de prever que en los próximos trimestres se eleve el peso específico de los críéditos de dudoso cobro referidos al consumo sobre los estrictamente hipotecarios. Con todo, las circunstancias de cada familia son muy dispares y es difícil sacar conclusiones generales. Lo más preocupante es la situación de ese millón de hogares en donde todos los miembros de la unidad familiar se encuentran en paro, según la EPA.
En total las familias tienen acumulado un endeudamiento de 957.000 millones de euros de los que la inmensa mayoría (901.545 millones) corresponden a príéstamos suscritos con la banca. Esta fuerte exposición a la deuda está siendo corregida en los últimos trimestres. Así, la tasa de ahorro registró máximo históricos a mediados de 2010 para caer en el último trimestre del año al 13,1% de la renta disponible.
La caída del ahorro no debe interpretarse como una mayor propensión al consumo, según María Jesús Fernández, analista de Funcas, sino a que la situación financiera, en algunos casos, es tan complicada que las familias no tienen margen para seguir ahorrando.
Más depósitos y efectivo
De momento, lo que sí se está notando es un aumento del dinero en efectivo y en depósitos (846.600 millones en el tercer trimestre de 2010), 26.000 millones más que doce meses antes. Este aumento se ha producido a la vez que las familias reducen su tenencia en acciones hasta los 516.000 millones (34.000 millones menos) como prueba de las posiciones conservadoras en las que se hayan inmersas.
De cara a los próximos meses el Banco de España prevíé que se mantengan estas posiciones conservadoras a la espera de que se aclaren las perspectivas macroeconómicas, sobre todo la generación neta de empleo que el supervisor no estima que se produzca hasta el segundo semestre del año.
El alza de tipos, nueva piedra en el camino
El alza de tipos de interíés que prepara el Banco Central Europeo (BCE) para este mes supone una nueva piedra en el camino para los bolsillos de los consumidores. De hecho, desde que se conocieron hace tres semanas las intenciones del presidente de la autoridad monetaria, Jean-Claude Trichet, el euríbor a un año (indicador al que se referencian el mayor número de hipotecas) no ha parado de subir. Se encuentra ya en el 2,013%, la tasa más alta desde marzo de 2009, duplicando el tipo oficial del 1% del BCE. Este jueves el Consejo de Gobierno del banco central decidirá si finalmente pone negro sobre blanco las amenazas de Trichet. Mientras tanto el mercado ya ha dado por hecho esta subida.
Al encarecimiento de las hipotecas se une la subida de tarifas de la electricidad, el gas y la gasolina, fruto de las tensiones inflacionistas en los mercados de materias primas. Así, el Ministerio de Industria elevó el pasado viernes un 4,1% el precio del gas para consumidores y un 6,1% el de la bombona de butano.
La factura gasista supone un incremento medio mensual de 1,44 euros y de 17,28 euros al año. La TUR 1 (tarifa para consumo de agua caliente y cocina) sube un 3,3%, lo que equivale a 0,57 euros, mientras que la TUR 2, que incluye tambiíén la calefacción, aumenta un 4,3% o 2,31 euros en valores absolutos. En la actualidad, hay 7,3 millones de clientes susceptibles de acogerse a estas tarifas.
En el caso de los carburantes, la gasolina súper 95 se encuentra en máximos históricos, a 1,3 euros por litro. El gasóleo, tambiíén, a 1,28.
