El mercado de materias primas está en plena ebullición y hay quienes hablan de una nueva 'burbuja' en relación a estos activos. Los acontecimientos internacionales que han tenido lugar en lo que va de año, con la crisis árabe y el terremoto en Japón como protagonistas, han empujado a la cotización de muchas commodities a máximos desde 2008, cuando tuvo lugar la 'burbuja' anterior. En los casos concretos del oro, el algodón y el maíz, los precios han alcanzado máximos históricos, pero el alza parece no tocar techo. Algunas materias primas se han disparado por un desajuste entre oferta y demanda. Otras lo han hecho con el añadido de la especulación.
El 'rally' emprendido por el precio del petróleo es el que más preocupa a los analistas. Según apuntan, su alza podría convertirse en un lastre para la recuperación económica mundial. El barril de Brent, de referencia en Europa, alcanzó a comienzos de semana máximos desde abril de 2008 al superar la barrera de los 122 dólares y llegó a marcar ayer máximos intradía de 123,38 dólares. En lo que va de año, su precio se ha disparado más de un 28%, desde los 94,75 dólares en los que cerró 2010. Por su parte, el barril WTI marcó este lunes máximos desde septiembre de 2008 al superar la barrera de los 108.
Muchos expertos plantean que la subida no se debe a una disminución de la oferta, sino a una intensificación de los movimientos especulativos. A pesar de ello, el devenir de la cotización en los futuros del crudo dependerá, en gran medida, del desarrollo de los acontecimientos en los territorios árabes. En este sentido, la situación podría seguir empeorando por el 'efecto contagio'. La ola de cambio iniciada por Túnez -y que fue seguida por Egipto, Libia, Yemen, Siria y Bahríéin- podría incluso alcanzar a Arabia Saudí, uno de los principales productores de la OPEP.
Sin embargo, aunque el factor 'petróleo' acapare la atención, el 'boom' de las materias primas no solo se centra en el crudo. El oro, activo refugio por excelencia, cotiza en máximos históricos y cerró ayer la jornada en los 1.458,70 dólares por onza. Su alza en lo que va de año ha sido de un 10,64% en relación a los 1.318,40 dólares en los que cerró 2010, cuando tambiíén obtuvo un fuerte impulso por las dudas en torno al avance de las economías. El mismo camino ha emprendido la plata, aunque su precio no ha tocado máximos históricos sino de treinta años. Ayer, su cotización se situó en los 39,350 dólares, lo que supone un incremento del 27% desde los 33,14 dólares en los que finalizó el pasado año.
Otro de los grandes protagonistas del 2011 está siendo el algodón, que tambiíén ha alcanzado máximos históricos. Sus futuros se han disparado un 48,15% en lo que va de año desde los 1,44 dólares por libra en los que se situó a comienzos de año hasta los 2,08 dólares en los que cerró ayer. El dato ha preocupado de manera destacada a la industria textil que está viendo cómo sus márgenes se han reducido en sus últimos resultados corporativos, tal y como ha ocurrido con empresas como Hennes & Mauritz e Inditex. La elevada demanda en las fábricas de China, la escasez en países productores como India y Pakistán y las incidencias meteorológicas en Australia y Rusia se posicionan entre las razones de este repunte
Gas natural, carbón y uranio, los protagonistas tras la crisis nuclear
El terremoto y el tsunami que tuvieron lugar en Japón han desatado un amplio debate sobre la energía nuclear tras los problemas con los reactores de la central de Fukushima. El gas natural y el carbón han experimentado un alza desde el 11 de marzo, ya que se han impuesto como fuentes de energías alternativas a la producción nuclear. Por su parte, el precio del uranio ha sufrido el efecto contrario: el posible cierre o la suspensión de la construcción de centrales de nueva planta ha presupuesto la disminución de la demanda de este material. A pesar de ello, todos se encuentran lejos de alcanzar máximos desde la 'burbuja' que ya tuvo lugar en 2008.
Los futuros del gas natural se han disparado un 8,22% tras la catástrofe nipona desde los 3.830 dólares por millón de BTU (British Thermal Units) en los que cotizó el undíécimo día de marzo hasta los 4.145 dólares en los que se situó ayer. Sin embargo, su precio continúa siendo un 5,88% inferior al cierre del 31 de diciembre de 2010, cuando se compró a 4.405 dólares por millón de BTU. Similar ha sido la tendencia del carbón, cuyos futuros han repuntado un 8,19% desde el 11 de marzo hasta los 76,99 dólares por tonelada actuales, aunque su precio es un 3,73% menor al alcanzado al cierre del pasado año, cuando se compraba a 79, 98 dólares.
Por otro lado, ante una posible caída de la demanda, el uranio experimentó una caída del 26,30% entre el 11 y el 17 de marzo, cuando pasó de comprarse por 67,50 dólares por libra a 49,70 dólares. La debacle en Japón truncó el alza de su cotización, que registraba subidas desde principios de año. Al cierre de los mercados de ayer, su precio se situó en los 59 dólares por libra, un 5% a la cotización en la que cerró 2010, cuando se compraba a 62,10 dólares.
Los alimentos, un motivo preocupante
En lo que va de año, los futuros del maiz han repuntado un 19,87% en el mercado de materias primas de Chicago hasta alcanzar los 7,63 dólares por 'bushel' o celemín [medida agraria para cereales y semillas], lo que supone un máximo histórico. Por su parte, los precios del trigo se sitúan en los 7,66 dólares por celemín frente a los 8,56 en los que llegó a cotizar durante la crisis en Egipto. A pesar de ello, los precios de este cereal han experimentado un continuo avance desde el verano pasado cuando la gran sequía en Rusia propició una escalada del 25% del producto agrícola en tan solo una semana, debido al corte de las exportaciones.
El encarecimiento de los alimentos como producto de necesidad primaria está poniendo en tela de juicio la sostenibilidad de los precios actuales a nivel global. De acuerdo a los últimos datos facilitados por la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO), los precios de los alimentos presentaron en febrero su octava subida consecutiva con un repunte del 2,2% mensual, lo que supone máximos históricos desde, al menos, 1990, cuando comenzó a elaborarse el índice. Según apuntan los analistas, la tendencia inflacionista continuará durante algunos meses.
En este sentido, el economista de la FAO, Abdolreza Abbassian, señala que "el alza de precios de los alimentos supone una grave preocupación, en especial para los países de bajos ingresos y díéficit de alimentos, que pueden tener dificultades en financiar sus importaciones". El experto destaca la importante incidencia de este factor sobre las familias pobres que gastan un porcentaje importante de sus ingresos en alimentos