Críédit Agricole ha confirmado hoy que acudirá a la ampliación de capital mediante convertibles que está realizando Bankinter. Lo llamativo de esta decisión es que el banco francíés no ha pedido nada a cambio, ni siquiera un puesto en el consejo de la entidad española, a pesar de ser su principal accionista por encima de Jaime Botín, como adelantó El Confidencial.
Según el propio folleto de la colocación, Críédit Agricole (CA) ha alcanzado el 24,7% del capital de Bankinter, frente al 23,87% del hermano deEmilio Botín. La lógica decía que, si estaba comprando pequeñas cantidades en mercado, tenía que acudir a la ampliación para no diluirse. La inversión supondrá unos 60 millones de euros, según la propia entidad francesa, aunque alcanzar su porcentaje en la ampliación supone teóricamente unos 75 millones.
Con esta confirmación, podrán respirar aliviados en Castellana, 29, sede de Bankinter. El 8 de marzo, su consejera delegada, María Dolores Dancausa, aseguró que "mañana o pasado mañana tendremos la respuesta de Críédit Agricole". Pero no ha sido hasta hoy, más de un mes despuíés, cuando la entidad que dirige Jean Paul Chiffer ha mostrado sus cartas.
Esta decisión resulta difícil de entender para buena parte del mercado, que pensaba que los franceses tenían "la ocasión de oro para reclamar su cuota de poder en Bankinter, al menos un par de sillones en el consejo". Lo cierto es que CA no tiene ninguna influencia en la gestión de Bankinter, no es consultado para decisiones estratíégicas como la destitución de Jaime Echegoyen e incluso se enteró de la ampliación de capital el día anterior de que se hiciera pública.
Sin embargo, acude a todas las demandas de ayuda de la entidad española sin pedir nada a cambio; ya lo hizo en la ampliación de mayo de 2009 para adquirir Línea Directa Aseguradora, y ahora vuelve a hacerlo.
Las razones de CA
Pese a todo, hay razones para esta actitud. Por un lado, se trata de una inversión muy pequeña y financieramente muy rentable: las convertibles pagan un 7% anual durante tres años y permiten entrar en el capital con un importante descuento sobre la cotización (4,55 euros). Esto, además, permite reducir más el precio medio de su participación desde los 13,5 euros que pagó a Bhavnani por su 15% a finales de 2007.
En segundo lugar, Críédit Agricole tiene otros frentes mucho más importantes que atender: el año pasado tuvo que provisionar 2.000 millones por sus píérdidas en Grecia, tienen que fusionar a los dos bancos participados en Italia y Nicolas Sarkozy está presionando a los bancos franceses para que incrementen el críédito en su país. Es decir, ahora Bankinter es el menor de sus problemas.
Finalmente, la entidad gala siempre ha defendido que su inversión en España es a largo plazo y, además, cree que Bankinter puede volver a alcanzar el tamaño anterior al estallido de la burbuja puntocom. Claro que para eso tendría que tomar el control. Y, de momento, sigue a la espera
