Buffett se enfrenta a su mayor error en 40 años por el 'caso Sokol'
Fuente: Expansión
Warren Buffett tendrá que enfrentarse mañana a las consecuencias del que podría ser el mayor error de su carrera: la elección de David Sokol como su delfín.
Berkshire Hathaway, la firma de inversión del Oráculo de Omaha, celebra mañana su junta y en ella Buffett responderá a las preguntas de accionistas y periodistas sobre el escándalo de la compraventa de acciones de Lubrizol por parte de su mano derecha, David Sokol.
Lejos de amilanarse, Buffett, que desde 2009 responde a las preguntas que aparecen en pantalla durante la junta desde 2009, ha animado a los periodistas a hacer preguntas difíciles, en vez de interesarse por beisbol o religión como en años anteriores.
La junta se celebra tres días despuíés de que el Comitíé de Auditoría de Berkshire Hathaway concluyera que David Sokol, ex directivo de la compañía que llegó incluso a ser considerado el máximo favorito en la sucesión del octogenario inversor al frente de la compañía, no cumplió con sus obligaciones de información y lealtad hacia la empresa al adquirir acciones de la compañía Lubrizol antes de proponerla como objetivo de inversión a la entidad. Sokol adquirió unos 10 millones de dólares en acciones del fabricante de lubricantes cuando representaba a Berkshire para la compra de la compañía. Por ello, la compañía se plantea iniciar acciones contra el propio Sokol.
El Comitíé de Auditoría afirma que la conducta de David Sokol respecto a la compraventa de las acciones de Lubrizol "violó las normas de la compañía", incluyendo el código de conducta interno de la entidad en lo referido a información privilegiada. "Sus engañosas e incompletas revelaciones a la cúpula directiva de Berkshire Hathaway respecto a esas compras violó la obligada franqueza hacia la compañía".
Sokol, de 54 años, presentó su dimisión de todos sus cargos en Berkshire Hathaway el pasado 28 de marzo. Dos días despuíés, Buffet elogío su “extraordinaria†contribución a la compañía.
Se da el caso que Buffett supervisa a los jefes de Berkshire y sus más de 70 filiales junto al vicepresidente Charles Munger, de 87 años, de ahí que pueda tener preguntas sobre su propia conducta, según algunos analistas.
El ‘caso Sokol’ podría perjudicar incluso a la calidad del críédito de la compañía, según ya ha anunciado Moody’s. La SEC está investigando si Sokol utilizó información privilegiada.
En juntas anteriores, el multimillonario ha tenido que hacer frente tambiíén a las demandas de sus accionistas. En 2007 se le cuestionó su inversión en Petrochina y en 2009 la de Goldman Sachs.