Ducha escocesa en los mercados
Por Cárpatos
Comentaba hace algún tiempo la BBC que 'no es raro ver a un sujeto que, teniendo que enfrentar la experiencia, muestre verdadero terror, grite, forcejee y trate de escapar; se sofoque y sufra palpitaciones', según una descripción del siglo XVIII citada por el investigador Lawrence Wright. ¿Saben a quíé tortura se enfrentaban estas personas? Pues a algo tan inofensivo como una ducha. Eso sí, de agua fría.
Y es que la ducha se hizo común porque en ese siglo la recetaban los míédicos como una medicina. Quedaban atrás cosas del pasado como íésta: 'La reina Isabel de Castilla estaba orgullosa de haberse bañado sólo dos veces en toda su vida; cuando la reina Isabel I de Inglaterra comenzó a utilizar la ducha instalada en 1598 en el castillo de Windsor, se comentaba, con recelo o curiosidad, que su majestad se bañaba una vez al mes 'fuera que lo necesitara o no''.
Hoy en día ya tenemos claro que no hay nada más sano que una ducha para purificar y renovar el ánimo. ¿Es eso lo que intentan las Bolsas? ¿Simplemente una sana corrección del último tirón? ¿O en realidad se acabó la subida tras los sustos de esta semana?
Los flujos de capital que se mueven hacia Wall Street nos muestran con claridad que en las dos últimas semanas en las que se han intentado romper resistencias, las manos díébiles han estado comprando fondos como no lo hacían desde varios meses atrás, mientras que las manos fuertes sacaban capital. En suma, el ataque ha partido de manos díébiles, y eso no es un buen signo.
Por otro lado, el que ha conseguido el empuje a la zona de resistencias ha sido, casi en solitario, el sectorial de materiales básicos, y si lo ha hecho es porque las materias primas subían y la inflación tambiíén, lo cual a fin de cuentas es una mala noticia para las bolsas y la economía. Por ello la subida era algo paradójica.
De los resultados empresariales no se pueden esperar noticias optimistas
¿Y cuáles son esas resistencias? Las podemos ver con claridad en el gráfico adjunto del Dow Jones. En 13.000 hay una cifra psicológica; ahí se encuentra la media de 200, otro indicador muy seguido, y además el retroceso de Fibonacci del 61,8% de la bajada anterior.
Una ruptura fiable de esos niveles necesitaría volumen. Una señal confirmatoria la podríamos tener en el itraxx crossover, que mide las cotizaciones de las primas de seguro de quiebra. Cruzar a la baja el nivel 400 -lo cual diría que el miedo de las manos fuertes baja mucho- con las Bolsas rompiendo resistencias sería una gran señal alcista. Mientras no sea así: lateral confuso y con poca visibilidad, en un entorno macroeconómico muy deteriorado en EE UU con la palabra estanflación en la boca de muchos operadores, y íésa no es una buena palabra para el mercado.
Tampoco se puede ser optimista con los resultados empresariales. El 61,3% de las compañías en EE UU, según datos de Bespoke Investment, no han querido dar pronósticos en esta temporada sobre cuáles serán sus resultados futuros. Eso solo puede ser indicador de resultados en descenso.
De momento cerramos la semana con ducha fría. O, mejor dicho, escocesa: agradable al principio, no tanto despuíés...